En nombre del lujo urbano

La diseñadora de interiores Judith Babour desarrolló una reforma integral en un imponente piso palermitano de la Torre Le Parc De María. La vista panorámica al río ganó mayor protagonismo con esta intervención. El espíritu contemporáneo se desplegó en todos los ambientes a través de un lenguaje unificador de materiales, texturas y colores.

Txt: Dolores Vidal  Ph: Federico Kulekdjian

La invitación a darle una segunda oportunidad a este departamento de quinientos metros cuadrados fue una tentación irresistible para la diseñadora de interiores Judith Babour. La propuesta era muy atractiva porque consistía no sólo en una remodelación integral, sino que también abarcaba un proyecto completo de equipamiento e interiorismo en un lugar tan privilegiado como la Torre Le Parc De María. Así lo cuenta la protagonista: “Mis clientes compraron este piso en total estado de demolición, entonces lo recibí como si se tratara de una hoja en blanco con todas las posibilidades para revivir cada espacio”, dice entusiasmada.

Los primeros pasos que realizó esta reconocida interiorista, presencia habitual en Casa FOA y al frente de su propio estudio, fueron netamente estructurales. Trabajó mucho la planta para responder a los hábitos y necesidades de sus futuros habitantes: una pareja con dos hijos. Decidió bajar los cielorrasos, cambiar los pisos, remodelar por completo tanto los baños como la cocina. Además, proyectó la iluminación en sintonía con la reforma, a través de luces puntuales e indirectas para generar diferentes climas y efectos visuales en los distintos ambientes.

Otro capítulo clave de la obra fue magnificar la increíble vista al río que tiene el piso. “Decidimos reemplazar en el living las antiguas aberturas por otras más amplias que prometen una interacción libre y generosa con el espacio exterior”, explica Babour. La consigna se logró a la perfección: se ganó luz natural y se creó un efecto hipnótico hacia el horizonte en cada rincón del amplio estar. Las siluetas de los edificios, recortadas sobre el río, capturan hoy todas las miradas apenas se atraviesa el hall de entrada del departamento. Protagonizan la escena.

Recorrido lineal

“Además, proyectamos tres dormitorios en suite que permiten vivir situaciones de independencia a todos los miembros de la familia -agrega la interiorista-. Los dormitorios de los chicos, en sus versiones masculina y femenina, sumaron un baño privado y también un vestidor. En el caso de la suite principal, se construyeron dos baños y dos vestidores. Cuenta, además, con un living íntimo custodiado por los amplios paneles de vidrio con vista panorámica y un pequeño escritorio”, dice.

La reforma también apuntó a generar un estar como lugar de encuentro familiar, más dinámico e íntimo que el living. La consigna es relajarse en confortables sillones, acompañados por una mesa amplia todoterreno de madera, que invita a improvisar una picada o una comida informal.

Para Babour la fuente de inspiración de esta obra fueron los usos y expectativas de esta familia en busca de mayor calidad de vida y una convivencia apacible.

El estilo contemporáneo del departamento, equipado con todo lo necesario para vivir con comodidad, abrazó también a la cocina y el comedor de diario. En un rectángulo con una iluminación bien eficiente se resolvieron los sectores para preparar los alimentos, cocinar, desayunar y compartir experiencias culinarias con otras personas. Dos materiales aparentemente antagónicos como la madera y el acero aportaron un importante rol estético en el ambiente. Hay una mesa alta tipo barra y un comedor sobrio y cálido que llaman a reunirse.

“Mi aporte como interiorista fue crear un clima especial, sumar calidez a los ambientes y diseñar todo el equipamiento y los detalles”, describe Babour. Los elementos para llevar adelante este proyecto fueron una paleta de tonos neutros combinados con materiales y texturas que remiten a la naturaleza.

Los espacios resultaron despojados, pero acogedores. La madera, en sus distintas tonalidades, fue el material protagónico y su presencia se proyectó en todos los ambientes de la casa. Incluso los muros, en algunos sectores, se recubrieron con este material noble. Por ejemplo, en el comedor de diario y en una pared de la suite principal.

Las texturas acompañaron el argumento decorativo. Se eligieron géneros naturales: linos, yute, algodón, cuero, rattán y hasta algunos detalles de mimbre. Y en cuanto a los colores, se apostó por tonos neutros.

Los objetivos iniciales de este proyecto integral se cumplieron más allá de todas las expectativas. Su autora logró un estilo que no tiene fecha de vencimiento. La acertada elección de materiales y mobiliario pueden garantizar una larga vida útil tanto desde el punto de vista práctico como estético.

¿El resultado final? Un departamento contemporáneo, cálido y elegante, donde los espacios interiores dialogan en armonía con el mundo exterior.

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judithbabour.com.ar