El aula al revés

Un nuevo método educativo que pisa fuerte alrededor del globo y se anima a romper con lo establecido. Se llama el Aula Invertida y su razón de ser es que la enseñanza ya no puede basarse en libros y actividades escritas a mano, porque los nativos digitales demandan nuevas estrategias de aprendizaje.

Txt: Catalina Pelman

 

La escuela es una institución muy reciente con respecto a la historia de la humanidad. En la Antigüedad, la formación era un diálogo entre el maestro y unos pocos discípulos. Con la invención de la agricultura, la imprenta y la industrialización, aparecieron nuevas formas de transmitir el conocimiento necesario para la vida.

Hoy, para muchos, la llegada de los nuevos dispositivos tecnológicos requiere una educación adaptada a un mundo vertiginoso, cambiante e hiperconectado. Esta corriente de pensamiento asegura que los alumnos necesitan y piden una transformación, que ya está en marcha y es irreversible.

Bajo esta creencia surge el Aula Invertida, una estrategia didáctica, un método de enseñanza que está cambiando el modelo tradicional de clase. El alumno, entonces, incorpora información antes de la clase -a través de información multimedia que elabora el profesor- y participa, posteriormente, en su desarrollo. La idea es ejercitar o profundizar el contenido en el aula por medio de tareas colaborativas guiadas por el docente.

 

De Estados Unidos, para todo el mundo

En 2007, los profesores Jonathan Bergmann y Aaron Sams, que enseñaban en la Woodland Park High School de Colorado, hallaron un software para grabar videos con sus lecciones. Los docentes subían esas producciones multimedia a Internet para que la gran cantidad de alumnos ausentes, sobre todo por enfermedad, las vieran desde sus casas y no perdieran el ritmo de la cursada. Con el tiempo, el material se viralizó y comenzaron a brindar conferencias sobre su innovador modo de trabajar, que hoy se conoce como Flipped Classroom o Aula Invertida.

Algunos especialistas aseguran que utilizar herramientas multimedia en el aprendizaje no siempre es la mejor opción, puesto que no existe un modo universal de exponer contenidos. Según esta corriente, sólo se deben emplear los recursos tecnológicos cuando se tenga la convicción de que es la mejor forma de abordar el tema. Por el contrario, Susana Trabaldo, directora de Net Learning, una firma dedicada a la formación en competencias digitales para docentes de todas las áreas, afirma que el Aula Invertida también “podría darse sobre soporte analógico, pero la tecnología es hoy, según la UNESCO, una pieza fundamental en todos los ámbitos de la vida y no podemos dejarla afuera de la educación”.

Países como Estados Unidos, Reino Unido, México, Colombia y España eligieron este modelo porque renueva el ambiente de trabajo en el aula, mejora la atención personalizada según las necesidades de cada alumno, transforma la clase en un espacio de trabajo activo y colaborativo, y estimula la creatividad de los estudiantes.

En cuanto a la experiencia en Argentina, Trabaldo asegura: “Hay docentes que advierten que el cambio de paradigma es imposible de detener y se están capacitando incluso por sus propios medios”. Sin embargo, advierte que todavía falta mucho camino por recorrer. Por su parte, para la titular de Net Learning y editora de The Flipped Classroom España, el uso de las nuevas tecnologías facilita la puesta en marcha de esta innovadora forma de enseñar y aprender. Sin embargo, entiende que además de que los alumnos tengan en sus manos los dispositivos, es necesario avanzar en “la formación docente y en la decisión institucional de tomar definitivamente este rumbo”.

El aula al revés

Sin tarea para casa

Flipped Classroom es una nueva metodología que lleva el eje del proceso de enseñanza-aprendizaje fuera del aula, con el objetivo de optimizar el tiempo de trabajo en clase y dedicarlo especialmente a los aspectos prácticos. En el modelo pedagógico tradicional, el profesor desarrolla el contenido teórico en el aula y luego envía tarea domiciliaria para que los estudiantes consoliden lo aprendido. El nuevo paradigma propone el camino inverso: la teoría se estudia en casa y las prácticas, reflexiones y discusiones se realizan en el colegio, con el acompañamiento del profesor.

De esta manera, no se desperdicia el tiempo de cursada en largas explicaciones o ejercicios repetitivos, sino que se aprovecha para despejar dudas, resolver problemas, trabajar en equipo, debatir y experimentar. Entonces, no es el docente el que debe pedir la atención de los alumnos, sino que los alumnos recurren a él para consultar aquello que no hayan entendido o no puedan resolver solos.

De esta forma, se acabaron las tareas odiosas resueltas a último momento con ayuda de los padres. Por el contrario, este nuevo método ofrece a las familias la oportunidad de ver los mismos materiales de clase que utilizan los estudiantes, dándoles la confianza de poder aprender juntos.

Aula divertida

Otro objetivo de la nueva metodología es terminar con las clases extensas y aburridas basadas en manuales escolares pesados y pilas de fotocopias. También se busca romper con las clases magistrales monótonas y exámenes estructurados. El Aula Invertida propone un aprendizaje que permite ver videos, escuchar ‘podcasts’ y hasta jugar en línea. Se cree que lo mejor es que el docente elabore sus propios recursos, pero también puede seleccionarlos de Internet, si efectivamente se adaptan a los objetivos de aprendizaje previstos y, por supuesto, citando al autor. Lo importante es que los contenidos estén disponibles en cualquier momento, lugar y dispositivo, para que los alumnos puedan tener el control de su ritmo de aprendizaje, revisarlos cuando lo necesiten y compartirlo con sus compañeros en las redes.

Una vez que los alumnos llegan al aula, el profesor propone actividades grupales, debates, proyectos, experimentos, transformando radicalmente la dinámica y la espacialidad de la clase. Los especialistas en el tema, aseguran que la implementación de clases participativas reduce los niveles de incumplimiento de normas dentro de la escuela, porque el alumno adquiere un papel activo y protagónico en su propio proceso de aprendizaje. “Ya no van a la clase y se aburren en silencio mientras el profesor expone, son los alumnos los que se interesan e investigan”, explicó Trabaldo. En este sentido, el maestro Alfonso de Arquer, del Colegio Reial Monestir de Barcelona, quien introdujo lentamente el modo de clase invertida con sus alumnos de 5º, explicó: “Obtuvimos resultados muy buenos porque los alumnos se entusiasman con las actividades propuestas y la calidad de sus producciones mejora notablemente”.

El aula al revés

Aprendizaje colaborativo

Además de facilitar el aprendizaje personalizado a quienes más lo necesitan, el Aula Invertida permite crear comunidades ‘online’ para intercambiar material e ideas entre compañeros y desarrollar proyectos grupales. Las nuevas generaciones acceden a la información con una enorme facilidad: basta un solo ‘click’ para despejar una duda. Esta nueva forma de enseñar propone aprovechar todo ese potencial de llegada a la información que el alumno posee, para que la teoría se incorpore fuera de la escuela por medio de contenidos multimedia previamente sugeridos. Ya en la clase, el profesor acompaña al alumno en la tarea, responde sus dudas, lo orienta. De esta manera, la relación con el docente gana calidez: ahora el profesor está mezclado con los estudiantes, interactuando e incluso aprendiendo con ellos.

En cuanto a la evaluación, se realiza en cada instancia del proceso y también sobre el producto final que los alumnos crean, pero considerando especialmente el desempeño por encima de los resultados obtenidos. En muchos casos, además se implementan instancias de autoevaluación o coevaluación. La psicoanalista Telma Zivec aseguró que con este método “los estudiantes se frustran menos, porque se tienen en cuenta sus características personales, donde lo que se evalúa es qué hace cada uno con sus potencialidades y dificultades”.

 

Usar el dispositivo propio

Otro fenómeno que ha penetrado en el ámbito educativo es el Bring Your Own Device (trae tu propio dispositivo). Cada vez más estudiantes prefieren llevar su ordenador o tablet a clase para ahorrar tiempo y esfuerzo en adaptarse a otros artefactos, teniendo siempre disponibles los archivos y aplicaciones personales. Lo cierto es que hoy en las escuelas, no son bienvenidos los dispositivos móviles: al entrar a clase los alumnos deben apagar sus celulares. Al respecto, Trabaldo asegura: “Es un desafío que los docentes y las instituciones educativas comprendan que las nuevas generaciones están siempre conectadas, que los móviles son parte del gran cambio que estamos atravesando”, y que el rol del profesor no es prohibir, sino orientar a los estudiantes para que puedan manejar la tecnología de una forma apropiada.

El reto actual es desarrollar nuevas formas de aprender y de transmitir el conocimiento, aprovechando el impulso de las nuevas tecnologías. “No hay vuelta atrás, no podemos volver al modelo tradicional porque hoy tenemos alumnos multitarea e hiperconectados”, afirma Trabaldo. Por supuesto, las nuevas tecnologías por sí mismas, no harán ninguna revolución educativa que destierre los antiguos modelos de enseñanza, puesto que ella es el vehículo, no el destino de este viaje.

 

+info_

The Flipped Classroom España:
www.theflippedclassroom.es
Net Learning:
www.net-learning.com.ar
Colegio Reial Montesir:
www.rmsantaisabel.com