La revolución del e-commerce

El auge de las compras a solo un ‘click’ es tendencia y Argentina ya ocupa el tercer lugar entre los países de América Latina que usan los servicios de venta online. Qué hay detrás de las oportunidades que abrió tanto el e-commerce con las compras vía ‘smartphones’ como el ‘crowfunding’ para los emprendedores.

Txt: Jazmín Bronstein Ph: Gentileza emprendedores y Unsplash

¿Para qué agarrar al auto, ir al supermercado y hacer la fila con el carrito lleno si se puede hacer la misma compra de manera online, desde el living y en pantuflas? Internet no solamente cambió la forma en la que nos comunicamos, sino que transformó hasta nuestra manera de hacer las compras. Ni siquiera se necesita una computadora: las necesidades pueden ser satisfechas siguiendo algunos pasos sencillos desde el smartphone.

Cada vez más consumidores eligen volcarse al mundo de las tecnologías a la hora de hacer sus compras. Según un estudio reciente de la consultora Nielsen sobre comercio electrónico, las ventas en línea de los productos que se compran en los supermercados crecen 5 más rápido que las ventas presenciales de este mismo tipo de productos.

“El lado bueno del e-commerce es que facilita el mundo de las compras: te sentás en tu casa, mirás un catálogo y elegís lo que te gusta. Por lo general, esos catálogos tienen ofertas que en los locales no es tan fácil encontrar”, explica Agustín Sozzi, de 28 años, que suele comprar productos por internet a través de la red social Instagram y en las grandes cadenas de ropa deportiva.

Las estimaciones muestran que para el 2020 el comercio electrónico mundial alcanzará un valor de más de US$ 400.000 millones. Dentro de esa cifra, alrededor de US$ 68.708 millones provendrán de Latinoamérica. Según la consultora mencionada, en la Argentina la venta online está en pleno desarrollo y ha crecido un al 97,6% en el último año. Un ejemplo es el de los supermercados, que registraron compras online por $1.082.780.402.

“Siempre que pueda prefiero hacer las compras de manera online, no soy una persona que le guste mucho ir a dar vueltas por un local o centro comercial. En el caso del supermercado, cada 2 o 3 semanas hago el pedido. Elijo los productos desde la computadora y los espero en casa”, cuenta Federico Dorfler, de 28 años.

Desde Nielsen contaron que las compras online que más se repiten tienen lugar en Coto y Jumbo. También aseguraron que todas las cadenas están pensando en aliarse con las firmas más famosas de delivery como Mercadoni, Rappi o Glovo para mejorar la experiencia que le brindan al usuario.

 

Los argentinos, fanáticos de la web

La Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) registró que los usuarios están cada vez más activos en los sitios de e-commerce: el tráfico aumentó un 30% y llegó a los $1.827 millones en lo que va del año.

Un dato novedoso es que se está empezando a usar más el ‘smarthpone’ para las búsquedas y las compras: el tráfico a través del celular fue de un 59%, mientras que las compras que efectivamente se hicieron representaron un 36%.

“Prefiero ver y tocar lo que voy a comprar, pero cuando no es posible acudo a la tecnología y la compra online. Si estoy en el trabajo, uso la computadora, sino lo hago desde el celular. Creo que la compu perdió terreno. Hoy el celular hace todo”, cuenta Vera Voskanyan, de 30 años, usuaria habitual del e-commerce.

Según las estimaciones de CACE, la compra y venta de bienes y servicios por internet creció un 66% en los primeros seis meses del año y Argentina ocupa el tercer lugar en América Latina con un número de usuarios de e-commerce importante.

Mientras que para el primer semestre de 2017 las ventas online en Argentina representaban el 2% del total de lo vendido, se calcula para el 2019 un crecimiento de más del 50% y se espera que se transforme en uno de los principales canales de venta al público.

¿Algo a mejorar? El servicio en las páginas web. Todavía la tasa promedio de abandono en los carritos de compras es muy alta. Además, el 90% de los usuarios exige que las páginas web tengan servicio de atención al cliente.

“La parte mala de las compras electrónicas es que te generan cierta desconfianza. Tenés que buscar sitios con avales o tener una referencia de algún amigo que haya comprado en ese lugar. Otra cosa fundamental es que las políticas de cambio sean buenas y estén claras”, explica Agustín.

Para Magalí Galván, de 35 años, lo importante es que sea con “reglas claras y transparentes”. “Es importante que el consumidor tenga en claro los detalles de la operación y la letra chica, para no sufrir engaños, así como sus derechos, para poder defenderse si cae. Creo que de a poco se está avanzando en esto, pero es muy común la publicidad engañosa, especialmente a lo referente a las cuotas y los costos financieros”, aclara.

El arte de emprender online 

Más allá de los consumidores, también hay un universo enorme de proyectos y emprendimientos que vieron en el comercio electrónico una oportunidad de crecimiento. Cada vez más emprendedores se suman a la ola del e-commerce.

“Nuestros productos están a la venta de manera online desde el 2016. Tenemos también un showroom por si quieren venir a probarlos. Elegimos sumarnos a la venta online porque creemos que tiene más alcance y pueden comprar desde cualquier parte del país”, explican desde Josita Swimwear, donde hacen bikinis y enterizas para todos los gustos.

Se estila mucho que los emprendimientos muestren primero sus productos a través de una cuenta de Instagram, donde primero suben fotos, los describen e invitan a los usuarios a pasar por las tiendas online. Tal es el caso de Sofi Klei, una marca argentina de maquillaje que invita a los usuarios a colaborar en su producción a través de encuestas y transmisiones en vivo por Instagram.

“Creo que el e-commerce facilita el mundo de las compras porque permite hacer un sondeo previo de los productos o servicios que uno quiere adquirir, y encontrar una oferta variada. Para el emprendedor o la empresa, es una vidriera mundial de lo que hace”, agrega Magalí.

Lo interesante de la propuesta de Sofi Klei es que solo venden los productos por internet en un día y hora determinados, hasta agotar stock. No tienen local a la calle y tampoco se puede comprar en cualquier momento. Hay que esperar a que la marca anuncie las fechas y estar atentos. Recién ahora están por inaugurar un pop up store, es decir, una tienda física que va a durar solo 4 días.

 

Financiamiento colaborativo

El crowdfunding -“micromecenazgo”- es otra de las novedades que el crecimiento de la web habilitó. Se trata de una red de financiación colectiva, por lo general online, a través de la cual los emprendedores reciben donaciones económicas -a cambio de recompensas a los colaboradores- para poder llevar adelante sus proyectos.

Las iniciativas en las que se utiliza el ‘crowdfunding’ como fuente de financiación suelen ser muy diversas: hay desde proyectos musicales -grabar un disco- o artísticos -filmar una película- hasta armados de campañas políticas, proyectos ecologistas o pedidos de fondos para cumplir viajes y metas personales.

Federico Bianchini, periodista y escritor argentino ganador del concurso “Las nuevas plumas” y del Don Quijote Rey de España (agencia EFE), editó en 2018 su libro “Personajes secundarios” gracias a las colaboraciones recibidas por medio de la página de crowdfunding Verkami.

“Me gustó la experiencia del crowfunding para editar mi libro porque fue un modo de acercamiento a los lectores. Y también porque es lindo saber que tanta gente confía en tus palabras”, recuerda Federico.
Lo cierto es que la tendencia de las compras y ventas online seguirá creciendo. Solo es cuestión de ir ajustando las prácticas tanto de los consumidores como de los productores. Las oportunidades se están multiplicando y el e-commerce puede ser hoy el mejor aliado de los emprendedores.