Alfredo Zolezzi desarrolló una tecnología para eliminar el 100% de los virus y bacterias presentes en el agua en flujo continuo. Además, ideó un modelo de negocios que le permitirá asegurarse de que esta tecnología llegue primero a quienes más la necesitan. Ya funciona en cinco localidades chilenas, y este año se pretende escalar a México, Bolivia, Perú, Colombia y Haití.
Txt: Catalina Pelman
Ph: Gentileza Alfredo Zolezzi
Es diseñador industrial y desde 2010 dirige el Advanced Innovation Center en Viña del Mar, un centro de innovación reconocido internacionalmente por desarrollar tecnología de punta que permita solucionar los grandes desafíos del mundo actual. “Si no está entre nuestros objetivos el luchar por el bien común y por un mundo más justo, nada tiene sentido”, asegura.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), durante 2013 se invirtieron USD$134,8 mil millones en programas de asistencia oficial para el desarrollo. En 2014, esta cifra aumentó a USD$136,4 mil millones. Esto significa que sólo en dos años se destinaron USD$271 mil millones para socorrer a los más pobres. Sin embargo, Zolezzi afirma que “el mayor multiplicador de la pobreza en el mundo es la falta de agua y saneamiento” y que los resultados obtenidos “no se corresponden ni con el monto invertido, ni con la cantidad de causas y movimientos nobles, que con mucha voluntad, están intentando hacer algo”. Es decir, la lucha contra la falta de acceso al agua potable podría ser más rápida, eficaz y, al mismo tiempo, menos costosa.
El sanitizador creado por Zolezzi funciona sometiendo el agua contaminada a alta presión, para atomizarla y acelerarla a grandes velocidades. Luego, a través de un campo eléctrico, la transforma en plasma -el cuarto estado de la materia-, para luego reconvertirla en agua apta para consumo humano. La tecnología ha sido reconocida a nivel internacional como una promesa de salud pública sin precedentes. Por eso, Zolezzi se niega a vender la patente, y busca asegurarse personalmente de que esta nueva tecnología llegue a cada rincón del planeta que no cuente con agua apta para consumo: “Quiero ganar el dinero de forma diferente, no a costa de los más pobres, ni del medio ambiente”, afirma.
¿Por qué decidió embarcarse en esta investigación?
Ser diseñador industrial me ha permitido desarrollar una mirada del mundo desde una perspectiva diferente: veo cosas en mi entorno que no me gustan, que me conmueven profundamente. Por ejemplo, el hecho de que en el mundo muera un niño cada 90 segundos a causa de una enfermedad provocada por el consumo de agua contaminada. Esas estadísticas terribles me llevan a cuestionarme qué puedo hacer al respecto.
¿Qué significa para usted ser innovador?
Es la máxima expresión del ejercicio de la libertad individual: nos da la capacidad de imaginar, pensar y hacer las cosas de forma diferente. Todos podemos ser innovadores, desde distintos ámbitos. Ser innovador es ser protagonista y agente de cambio de la propia realidad. De esa capacidad que nos da la innovación, sumada al reconocimiento de que uno es afortunado porque ha tenido una vida privilegiada, surge la necesidad de buscar una respuesta: ¿para qué tengo todas estas capacidades, estos talentos? ¿Qué quiere Dios conmigo?
Estoy convencido, y lo he dicho antes, de que la respuesta está en aprender a utilizar los talentos, las capacidades y las oportunidades que cada uno ha recibido para hacer algo con ellos que vaya más allá del propio beneficio económico. Hablo de un compromiso real con aquellas personas que no han sido afortunadas como nosotros.
¿Es posible generar un cambio con poco dinero?
No es posible generar un cambio con los modelos tradicionales. Por eso hemos generado el Modelo de los Objetivos Integrados, que sostiene que lo que habla por nosotros no es la publicidad ni los medios, sino el impacto que somos capaces de generar: es ese impacto lo que actúa como un imán y atrae por sí mismo al capital.
¿Qué es el Modelo de Objetivos Integrados?
Es una nueva forma de abordar la innovación, a través de la cual uno hace suyos los problemas de otros. Si uno es capaz de resolver los desafíos de terceros y juntos resuelven los problemas de sus clientes, usuarios y ‘stakeholders’ en general; al final también se cumplen nuestros propios objetivos. Pero lo más importante es que juntos hemos cumplido los objetivos de quienes son más vulnerables. Este modelo es un reconocimiento del momento que estamos viviendo, el siglo XXI, cuando el conocimiento es un ‘commodity’ y en el que, gracias a las tecnologías, hay gran cantidad de información y conocimiento disponible. Hay muchas personas que, legítimamente, están opinando y criticando todo. Nosotros no hacemos eso. Sobre la base de nuestro modelo, el impacto que generamos es lo que habla por nosotros.
¿Qué significa “innovación con sentido”? ¿Por qué es importante?
La innovación con sentido es el resultado de la convergencia entre innovación social e innovación tecnológica. Es muy importante, porque en un mundo en el que la tecnología avanza de forma exponencial, en el que estamos realmente saturados de tecnología, no vemos que la problemática social se resuelva a esa misma velocidad. La innovación con sentido ha demostrado que es posible conectar ciencia avanzada con pobreza, y cambiar la aceleración con que se da la lucha contra ella.
¿Cómo funciona el Plasma Water Sanitation System?
La tecnología Plasma Water Sanitation System (PWSS) es un innovador sistema de tratamiento de agua capaz de eliminar el 100% de virus y bacterias, a través de la transformación transitoria de un flujo continuo de agua contaminada en plasma. Mediante una abrupta caída de presión al interior de una cámara de reacción, el agua tratada se transforma en una corriente bifásica líquido-gaseosa. Luego, se somete a un campo eléctrico específico capaz de ionizar las partículas de agua, generando un estado de plasma estable, que finalmente se recombina y condensa para obtener agua apta para el consumo. Este proceso de transformación de agua contaminada en plasma y su reconversión en agua segura, dura milisegundos.
¿Qué es el Camp Unit?
La primera de las múltiples aplicaciones posibles de la tecnología PWSS es el Camp Unit: una solución distribuida, de alta eficiencia energética y bajo costo de operación, especialmente diseñado para el tratamiento descentralizado de agua potable en comunidades que hoy no tienen acceso a una fuente segura. Una de sus principales características es que es fácil de operar y mantener. Además, un Camp Unit puede producir entre 4800 y 8000 litros de agua potable al día, suficiente para las necesidades básicas de 240 a 400 personas.
¿Ya está funcionando? ¿En dónde?
Desde hace más de un año tenemos Camp Units operando en cinco localidades vulnerables de Chile que no tenían acceso al agua potable, en el marco de un modelo piloto que estamos ejecutando con Fundación Avina y el Gobierno de Chile. Durante 2016 vamos a replicarlo en México, Bolivia, Perú, Colombia, Haití y esperamos que Argentina también pueda sumarse. Vamos a instalar 200 equipos en comunidades sin acceso a agua potable, beneficiando a más de 25.000 personas. Este es un modelo que estamos desarrollando junto a Fundación Avina, que ha sido un socio clave en todo este proceso. Se sumaron a este proyecto en su comienzo, cuando todo era una gran promesa.
¿De dónde proviene la inversión o de dónde estima que la conseguirá?
Hemos buscado dotarnos de un socio industrial, que estamos muy contentos de haber encontrado en Grupo Rotoplas (México), por su transparencia, su trayectoria, porque nos aporta con capacidad de producción con altos estándares de calidad certificada, además de cobertura, canal de distribución, mano de obra, fuerza de venta, instalaciones y financiamiento, para pasar a la fase de ejecución y fabricar de forma masiva, con múltiples certificaciones de calidad, y principalmente porque suscribe nuestra visión de innovar con sentido.
Me gustaría que la tecnología llegue primero a los más necesitados. Para eso quiero poner a disposición nuestro modelo y nuestra tecnología a todos los que quieran sumarse. Este modelo sostiene que la intervención social no se puede improvisar si queremos generar impacto.
Zolezzi espera que esta tecnología pueda llegar a todas las personas en el mundo que hoy viven sin acceso a una fuente segura de agua. “Y si no es con esta tecnología que nosotros hemos desarrollado, entonces que sea con otra, o con varias al mismo tiempo. Lo importante es que sirva primero a quienes más la necesitan”, concluye.