Por una belleza saludable

La cosmética natural y orgánica es un fenómeno que se afianza en el mundo como una alternativa a los químicos que saturan los productos convencionales de maquillaje e higiene personal. Los ingredientes de la tierra se acercan más a la composición de nuestra piel y, por lo tanto, son mejor aceptados por nuestro propio organismo. En esta nota, revisamos cómo estética y salud pueden ir de la mano.

Txt: Carmen Manresa Ph: Gentileza Natura y Weleda

Hasta no hace mucho, el ser humano usaba plantas, flores y hierbas para mantener su cuerpo limpio y sano. Y no era una costumbre rural o hippie, simplemente era la única forma. Tras la Segunda Guerra Mundial, la industria química se volcó hacia la cosmética y en ese momento nuestra piel comenzó a estar en contacto con sustancias de síntesis.

Bajo el manto de la estética y el glamour, se extendió por todo el planeta hasta instalarse entre los consumidores sin muchos cuestionamientos. Hoy sabemos que muchos de los ingredientes utilizados son dañinos para la salud y que, pese a sus bajas concentraciones, la acumulación en el cuerpo es nociva, ya que la piel no puede metabolizar residuos tóxicos.

Sin embargo, es bueno saber que existe una alternativa que países como Francia, Alemania, Austria y Estados Unidos llevan décadas desarrollando y difundiendo: la cosmética natural, bio, eco y orgánica. Parecen demasiados calificativos, pero en el fondo es la utilización de materias primas naturales, abandonando los químicos de síntesis u organismos genéticamente modificados (OGM) para lograr productos respetuosos con el medio ambiente y nuestra salud.

La naturaleza tiene sustancias que se acercan más a la composición de nuestra piel y, por lo tanto, son mejor aceptados por nuestro propio organismo, penetrando con mayor facilidad las capas más profundas de la piel, nutriéndola y con un efecto más duradero. Extractos puros vegetales, aceites esenciales, mantecas y ceras, frutos, semillas, algas y miel son parte de un conocimiento ancestral que abarca no sólo el maquillaje para el rostro, sino también la higiene personal, con shampoo, jabones, fragancias y cremas elaborados con los frutos de la tierra.

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Calidad y salud

La cosmética natural debe contener un mínimo de 95% de ingredientes naturales y al menos un 5% del producto final debe provenir de la agricultura ecológica, cantidad que sube al 10% para que pueda denominarse cosmética ecológica. La orgánica, por su parte, debe contar con un 95% de materias primas orgánicas. En ambos casos, no pueden contener conservantes, colorantes o perfumes sintéticos, ni aceites minerales derivados del petróleo. Tampoco está permitido el testeo en animales.

Natura lleva más de 10 años sin realizar este tipo de pruebas, de acuerdo al Proyecto de Esperanza Animal (PEA). “Fue posible gracias a la contratación de científicos especialistas y a la fuerte inversión en infraestructura de laboratorio”, explica José de Carli, Gerente de Asuntos Corporativos, quien además agrega que “la compañía busca utilizar cada vez más materias primas de la biodiversidad brasileña en el desarrollo de sus productos. Para cada nuevo activo que identifica en la naturaleza, se desarrolla una serie de inversiones para asegurar que se transformen en productos eficaces y seguros para el consumidor”.

Estos productos son distintos a los convencionales, ya que al no contener colorantes o fragancias sintéticas, sus tonos y perfumes son más neutros. Sus texturas son más líquidas y aceitosas, pues no usan siliconas ni espesantes artificiales; y duran menos al no contener conservantes químicos. Para certificar su autenticidad, existen organismos como Ecocert (Francia), Soil Association (Reino Unido), NaTrue y USDA Organic (EEUU).

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En Argentina y en el mundo

Siendo aún una niña, Margareth Halfon sufrió una alergia por los cosméticos de su madre. Eso no la alejó de un mundo que le fascinaba. Tras trabajar en distintas marcas del rubro, en 2011 lanzó en París su propia línea de maquillaje orgánico de alta tolerancia, certificada por Ecocert. Bases, cremas, máscara de pestañas, sombras, labiales, entre otros, son realizados con una selección de pigmentos naturales de tierras vegetales y minerales para ofrecer productos naturales y ecológicos que protegen la piel y el medio ambiente. Está a la venta en muchos países, en su web y en distintas plataformas online.

En Segovia, España, encontramos a Amapola Biocosmetics, con más de 20 años elaborando cosméticos con ingredientes vegetales ecológicos certificados. Fue fundada por Ana Isabel de Andrés, farmacéutica y amante de la naturaleza. Fue ese amor por las plantas lo que la llevó a crear líneas para el cuidado facial y corporal -también para niños y bebés-, protección solar, línea balsámica, aromaterapia y jabones, que se distribuyen en 350 puntos del país y en su tienda online. Su producción es 100% sostenible, con un consumo energético casi nulo y sin generar contaminantes.

Por su parte, la compañía suizo-alemana Weleda está en Argentina desde hace 25 años y se dedica a los preparados medicinales y cosmética con orientación antroposófica, natural y orgánica desde 1921. Cuenta con campos en Derqui (Buenos Aires) y Villa Berna (Córdoba), cultivados bajo normas de la agricultura biodinámica, de donde obtiene semillas, plantas y flores. Además, cuenta con la certificación NaTrue, uno de los sellos más exigentes en cosmética natural y orgánica. Sus productos se encuentran en la farmacia Belladona (Saavedra), en su página web y en distintos puntos de Buenos Aires.

La brasileña Natura, antes mencionada, es una de las empresas de cosmética natural que utiliza altas concentraciones de ingredientes naturales, con activos de la biodiversidad de la selva amazónica. A sus tradicionales líneas, hoy suma una hidratación intensiva para pieles extra secas con Tododia Nuez Pecán y Karité, y relanza su línea Chronos, con geles y cremas para distintas edades, con extracto de jatobá y aminoácidos.

En Argentina también hay emprendimientos de distinta escala. Uno de ellos es Dumitié, una marca que partió con cosmética apícola (miel) y se extendió a los extractos vegetales, frutos, semillas y flores especialmente seleccionadas, con productos libres de parabenos, talatos y sulfatos. Abril Preatoni, médica y desarrollista de las fórmulas, trabaja junto a su familia y comenta al respecto: “Entre todos desarrollamos cada producto con mucha consciencia y sobretodo, amor. El anhelo es mejorar cada día y poder formar comunidad, un concepto, que es mucho más que ‘clientela’”.

Bajo esta filosofía, la marca se especializa en crear “pequeños tesoros” dirigidos a distintos tipos de pieles y necesidades, a través de sus cremas y tónicos faciales, geles herbales, jabones vegetales con aceites puros y extractos vegetales, aceites esenciales, bálsamos y aceites corporales; todo a la venta en su showroom en Vicente López, su web y por Facebook.

Salud, estética y medio ambiente en comunión: un fenómeno que crece y se afianza.

+info

studio78paris.com
amapolabio.com
weleda.com.ar
naturacosmeticos.com.ar
dumitie.com