Emprender de la web a la cocina

Cookapp es una plataforma ‘online’ que conecta a los fanáticos del buen comer con cocineros profesionales y ‘amateurs’ que los reciben en sus casas. Una propuesta social y diferente para quienes buscan disfrutar una rica comida casera. Aquí, la historia de un gran emprendimiento gastronómico.

 

Txt.: Luisa Solazzi
Ph: Gentileza Jacinto Freixas y equipo Cookapp

 

Sueños como motores de acción. Sueños grandes que se cocinan por largo tiempo y llegan a buen puerto gracias a la pasión y el esfuerzo. Algo de esto hay en el camino recorrido por los hermanos Tomás y Magdalena Bermúdez, fundadores de Cookapp.

Male estudió Diseño de Imagen y Sonido; Tomás, Administración en Sistemas. Desde que terminaron la facultad, buscaron emprender en internet: “Creemos en el impacto que puede tener internet para comunicar ideas y como medio de vinculación”, cuentan desde la oficina de Cookapp en Villa Crespo. Primero comenzaron con un proyecto de sitio web de compras ‘online’ que vendieron a la compañía brasilera Pez Urbano, para la que luego empezaron a trabajar. Así conocieron a Pedro Rivas –quien hoy es el CEO de Cookapp-.

Pero mientras trabajaban en Pez Urbano, la idea de un nuevo proyecto rondaba por sus cabezas. “En casa siempre tuvimos la costumbre de comer siempre en familia, y nos apasionaba el fenómeno de sentarse en una mesa a compartir. Somos de Bahía Blanca y cuando vinimos a Buenos Aires a estudiar, nos gustaba organizar comidas para nuestros amigos. Así empezamos a pensar cómo hacer para que las personas tengan una forma fácil y novedosa de juntarse a comer una rica cena, ya sea con amigos o con desconocidos”, explica Male.

En mayo de 2013, entonces, crearon Cookapp.com, junto a Diego Fejgelis y Carlos Jeres Paz, quienes completan el equipo. La consigna del sitio es sencilla. Los usuarios ingresan a la plataforma, ven los eventos que hay filtrando por barrio y fecha, y hacen su reserva. El pago se realiza en efectivo en casa del chef, espacio donde se disfrutan varios manjares. El equipo de Cookapp, por su parte, se finanza cobrando un porcentaje por cada reserva.

Desde el lanzamiento, el número de usuarios y chefs registrados no paró de crecer. Hoy, cuentan con más de 100.000 fans en su página de Facebook, y planean seguir expandiéndose, con las ganas de demostrar que salir a comer a la casa del cocinero con gente divertida, es un excelente programa.

¿Cómo fueron los primeros pasos?

Tomás: Primero contactamos a los chefs que tenían restaurantes a puertas cerradas. Por suerte pudimos validar nuestra idea al comprobar que a ellos les encantaba. Muchas veces los cocineros no tienen tiempo de administrar y difundir lo que hacen. Entonces, con Cookapp ellos sólo necesitan ser buenos anfitriones, y nosotros nos encargamos del ‘marketing’. Sentíamos que este proyecto tenía que funcionar porque no hay mejor plan que juntarte a comer con personas simpáticas.

Male: Con Cookapp queríamos transmitir que cualquier reunión a la que le sumes comida siempre va a estar buena. Para empezar a probar la idea, todos los viernes hacíamos un “Cookapp” en lo de Tomás. Venían entre 14 y 20 personas que se sentaban en dos mesas comunales. Sacábamos fotos y subíamos videos a Facebook; así fue como la gente empezó a entender lo que era ir a comer a la casa de un extraño con mesas compartidas, donde la comida es una excusa para charlar, conocerse y vivir experiencias.

¿A qué público apuntan?

Tomás: Creímos que nuestro ‘target’ iban a ser personas entre 30 y 35 años, pero no siempre es así. El público es súper amplio porque las propuestas son muy diferentes: desde una comida de seis pasos en la casa de un señor en Recoleta, hasta unas hamburguesas a la parrilla en una terraza con música.

¿Cómo seleccionan a los chefs?

Tomás: Los cocineros aplican ‘online’ a través de nuestro sitio web, explicando qué quieren cocinar, en qué barrio están y por qué les interesa participar en Cookapp. Hay gente de nuestro equipo que se ocupa de leer estos formularios, contactar a los chefs y acordar entrevistas con ellos. Para empezar, les pedimos que hagan un “Cookapp” para seis de sus amigos. Nosotros mandamos un fotógrafo, que además de sacar fotos, releva información sobre la experiencia. Nos interesa que sean buenos anfitriones, que cocinen comida de calidad y que el lugar sea limpio y saludable.

¿Buscan que haya variedad de platos?

Male: En Cookapp el chef es el protagonista: elije el menú, el lugar, el precio y la cantidad máxima de personas que quiere recibir. Lo único que hacemos nosotros es aprobar los eventos para verificar que sean interesantes y, sobre todo, para ayudarlos. Por ejemplo, si un fin de semana a muchos se les ocurrió hacer sushi, tratamos de que alguno proponga otra cosa para que haya variedad.

¿Cómo manejan el tema inseguridad?

Tomás: Creo que en la primera experiencia hay miedo tanto por parte del chef como de los usuarios. Pero nosotros tomamos una serie de medidas para garantizar que las condiciones sean las más transparentes posibles. Antes que nada, la mayoría de los usuarios ingresan a la plataforma a través de Facebook, y chequeamos que tengan una cierta cantidad de amigos para evitar que sea un perfil falso. Otro de los requisitos para reservar es dejar el número de teléfono -que nosotros validamos con un pin- y el número de DNI. Con esto logramos que el chef tenga la mayor cantidad de datos posibles acerca de los comensales que irán. Y para que los usuarios se queden tranquilos, nosotros conocemos a todos los chefs porque pasaron por las instancias de entrevista y fotógrafo.

¿Qué se necesita para crear una ‘start-up’ en Argentina?

Tomás: Es importante contar con un buen equipo. En nuestro caso, Male se encarga del ‘marketing’; yo estoy en la parte de producción, diseñando el sitio; y Carlos y Diego están con la programación. Si bien todo depende del negocio que uno desarrolla, tecnología, marketing y operaciones son tres áreas esenciales para empezar una ‘start-up’. Por otro lado, muchas personas tienen ideas buenas, pero lo fundamental para emprender es ejecutar. Hay que ser muy proactivo. Nosotros no sabíamos mucho cuando empezamos. Pero llevando adelante las acciones, aprendimos.

Male: Creo que hoy en día hay recursos para emprendedores, como charlas, cursos y organizaciones ‘pro start-ups’. En nuestro caso, durante el primer año invertimos con ahorros. Una vez que el proyecto comenzó a ser exitoso, empezamos a tener inversores de distintos países, que nos permitieron crecer más. Nuestro sueño es que Cookapp esté presente en todo el mundo.

¿Cómo planean expandirse?

Male: Por ahora, dentro del país Cookapp está en Buenos Aires, Mendoza y Mar del Plata. Nos dimos cuenta de que funciona muy bien en ciudades más chicas, porque la gente está acostumbrada a ir siempre a los mismos lugares y la propuesta les resulta una forma de entretenimiento diferente. El año pasado llegamos a Nueva York y San Francisco, y queremos continuar expandiéndonos hacia otras ciudades.

¿Cómo es encarar el proyecto en ciudades de Estados Unidos, con culturas diferentes?

Male: Uno a veces tiene ciertos prejuicios acerca de cómo son los americanos. Como no queríamos caer en esto, mi idea fue viajar a Nueva York para ver de cerca los comportamientos de las personas y entender cuál es la mejor forma de comunicar nuestro proyecto en esa cultura. Lo primero que observé es que la interacción social es lo que más motiva al perfil de personas que va a los “Cookapps”. Por eso casi no hay propuestas con mesas privadas. La gente busca compartir la mesa, la comida y las anécdotas.

Tomás: Creo que en Estados Unidos están más abiertos a este tipo de experiencias. En Argentina hay públicos diferentes: los que van en pareja, los que van con amigos, los que quieren conocer gente y los que no saben bien qué quieren. Generar hábitos en las personas es difícil y lleva tiempo. Pero creo que estamos en camino, y Cookapp se va a ir instalando cada vez más en nuestra cultura.

¿Cómo influye internet y los medios digitales en el proyecto?

Male: Cookapp puede existir porque la tecnología lo permite. A través de la plataforma, el chef puede promocionar su propuesta, saber quiénes van a ir a su casa. Por su parte, los usuarios pueden ver reseñas de cada evento, y hasta hay un chat interno para comunicarse con el chef.

¿Qué sueñan para Cookapp?

Tomás: Mi sueño es que en cualquier lugar del mundo haya “Cookapps” a los que uno pueda ir, ya sea siendo turista o local. Que exista el hábito de comer en la casa del vecino (risas). Creo que esto ocurría hace mucho tiempo y estaría bueno poder volver un poco a esta idea de comunidad. Para nosotros, el sueño de conectar a la gente es todavía más fuerte que el de alimentarla. Igualmente ambas cosas van muy de la mano, porque cuando alguien cocina algo para otro, se produce un encuentro. La gastronomía une a las personas.

 

Desde el principio…

Marcello fue uno de los primeros chefs de Cookapp. Empezó cocinado en su casa hasta que se animó a abrir un espacio casa-cocina, donde prepara sus especialidades y dicta clases de cocina japonesa, sushi y sushi fusión. Además de mesas compartidas y privadas, cuenta con una barra para que los comensales puedan sentarse allí y preguntarle lo que quieran sobre el menú, mientras él cocina. “Está bueno para tener un contacto más directo con la gente y no tener que trabajar solo”, explica.

A los eventos que organiza van personas de todas las edades, aunque el rango más fuerte suele ser entre 30 y 50 años. Según revela: “Los usuarios dejan muchas reseñas en la plataforma, y la mayoría son muy buenas. Esto ayuda a que otros tomen confianza para ir. Para mí lo más importante es que la gente la pase bien y se sienta cómoda”.

 

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www.cookapp.com