Patagonia en dos ruedas

El año pasado, el circuito de los Siete Lagos fue elegido como uno de los más interesantes del mundo por el New York Times. Hoy, cada vez son más los que se animan a recorrerlo en bicicleta. ¿Te animarías?

Txt: Camila Barreiro Ph: Gentileza Patagonia Biking y Pixabay

Cien kilómetros suenan a poco cuando estos abarcan las más variadas maravillas naturales de la Patagonia argentina. El recorrido de los Siete Lagos, en Neuquén, está compuesto por un trazado que va desde San Martín de los Andes hasta Villa La Angostura. Entre ambas aldeas turísticas se esconden los mejores ejemplos de la geografía de la provincia: senderos serpenteantes, espejos de agua cristalinos y la posibilidad de conectar con la naturaleza de manera inevitable. La total blancura de la nieve en invierno -con sus lagos congelados y su escarcha- se convierte, durante primavera y verano, en una explosión de colores, entre los que se destacan el verde de la forestación y el carmesí de las flores. Todo el año hay algo por descubrir en este recorrido.

Las propuestas para explorar este paisaje son tantas como viajeros en el mundo. Hay un estilo de excursión para cada uno de ellos: están quienes deciden hacer base en alguna de sus cabeceras y acercarse a los lagos en automóvil durante el día, y también los más aventureros, que se adentran a pie en las diferentes salidas de la Ruta 40 para pasar algunas noches en los campings de cada lago. A su vez,  está contemplada la oferta para aquellos que aprovechan las vacaciones haciendo deporte y descargando energía. Para estos últimos, hay una opción a la que cada vez se animan más personas: un circuito completo en bicicleta.

El corredor atraviesa los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi, y fluye entre los lagos Lácar, Machónico, Falkner, Villarino, Escondido, Espejo y Correntoso. Además de lo impactante que tiene cada uno de ellos, la Ruta 40 es cada vez más concurrida porque -gracias a las obras de asfalto realizadas hace dos años- andar en bicicleta por allí, es más sencillo. Tampoco hay que olvidar la gran difusión internacional que adquirió esta zona cuando, luego del arreglo, fue elegida por The New York Times como uno de los “52 destinos más recomendables del 2016”. Nell McShane Wulfhart, la periodista, no dudó en colocar al destino en el puesto número 15 y sentenciar: “ya no es necesario alquilar un vehículo 4×4 para explorar esta zona. Con la pavimentación (…) ahora es posible conducir en auto, en bicicleta o en moto por este camino (…) que lleva a algunos de los paisajes más convincentes de la Argentina”.

Opciones para todos

AndesTrack Patagonia es una de las agencias que se encarga de hacer una excursión exclusiva por los Siete Lagos en bicicleta. Según los guías que la organizan, la misma tiene una dificultad física y exigencia técnica media, y dura tres días. Su punto de encuentro es en Villa La Angostura y culmina en la otra cabecera, San Martín de los Andes. El primer día se pedalea hasta la zona del río y lago Correntoso, y se toma la intersección que lleva a un camino de ripio que conduce a Villa Traful. Este sube casi un kilometro hasta un portezuelo, desde el cual se despliega una ruta con subidas y bajadas que bordea el lago Traful.

El día termina en un camping para empezar, a la mañana siguiente, con un ripio sinuoso que alterna ondulaciones y diferentes desniveles, y que lleva a la confluencia del río Traful con el Limay. Desde allí se toma el Paso del Córdoba, desde el cual se divisan increíbles formaciones de piedra de variados colores. Una vez allí, se inicia el descenso, de casi 12 kilómetros, para llegar al río Caleufu, desde el cual se continúa hasta el parador donde se pasa la anteúltima noche. Para finalizar, se pedalea por un camino de ripio que bordea al Lago Meliquina durante 28 kilómetros y que se adentra en un bosque que desemboca en San Martín de los Andes.

También es posible hacer el periplo sin guías, y lanzarse a la aventura. Los expertos en turismo de San Martín de los Andes recomiendan comenzar el circuito por el mirador Pil-Pil, que ofrece una gran vista panorámica y sirve para un primer descanso. Desde allí se puede continuar hasta río Hermoso, que tiene varios cerros que superan los 1800 metros de altura. El primer lago en aparecer es el lago Machónico, que posee un mirador propio. Siete kilómetros más adelante hay un desvío que conduce al lago Hermoso, que tiene diferentes opciones de acampe con proveedurías y alojamientos. Luego de pasar la noche allí, se recomienda continuar por la ruta hasta la cascada Vullignanco (que ya está dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi). A casi dos kilómetros de allí comienza el lago Falkner a la izquierda, y el Villarino, a la derecha. A partir de aquí, termina el camino asfaltado, volviéndose más difícil el pedaleo. A dos kilómetros está el lago Escondido que, permite desde allí, acceder al Pichi Traful. Aquí está la opción de tomar el desvío a Villa Traful. De lo contrario, se continúa hasta Villa La Angostura, pasando por el lago Correntoso y el Espejo.

María Belén Ricoy, de Los Alerces Viajes, hace hincapié en la belleza de tomar el desvío al Volcán Lanin, para conocer el lago Huechulafquen. Es el espejo de agua más grande y el parque nacional exhibe bellezas naturales que van desde cascadas hasta montañas para admirar y recorrer.

“No es exigente la ruta porque está asfaltada, pero hay que pedalear con onda. Cualquiera que tenga una bicicleta playera y que sepa emparcharla puede hacer el recorrido. Sin embargo, cabe aclarar, que estoy hablando de personas que se trasladen sobre dos ruedas, al menos, cinco veces a la semana”, recomienda Pablo Carrizo, un ciclista que ya recorrió toda la Patagonia a bordo de su bici y organiza salidas con otros amantes del deporte.

De todas maneras, las agencias de excursiones, destacan entre el equipamiento necesario una ‘mountain bike’ o híbrida –con cubiertas para ripio-, mochilas con agua, anteojos de sol, filtro solar y medicamentos personales, ya que en algunos destinos no hay farmacias cerca. También es importante destacar que el clima en el Sur es muy cambiante y las temperaturas son muy bajas al caer el sol, por lo que accesorios como guantes, gorros de lana, camisetas y polars, son esenciales para prevenir cambios de clima que puedan impedir el correcto desarrollo del paseo.

Una propuesta más exigente

Otra de las agencias que se dedica a atravesar estos espejos de agua sobre dos ruedas es Patagonia Biking, aunque su recorrido es aún más extenso. “Nosotros ofrecemos los Siete Lagos como una etapa, que realizamos en un día, dentro de una travesía llamada ‘Cruce de los Andes: desde fiordos chilenos a los lagos Andinos”, explica Mariano Lorefice, representante de la empresa.

El tour inicia con un encuentro en Bariloche, seguido por un traslado a Puerto Montt, donde se empieza el cruce de los Andes en bicicleta desde la costa del Océano Pacífico. La aventura, que tiene una duración total de 11 días, continúa en Chile recorriendo zonas como Caleta Puelche -donde se pedalea por un camino de ripio de 45 kilómtros-, sigue por el Estuario del Reloncavi, con sus ocasionales acantilados y una impactante vista al Pacífico. Continúa en el Parque Nacional Pérez Rosales, donde los caminos de tierra suben y bajan, y están rodeados de vegetación, al margen del lago Llanquihue; y luego de retomar el asfalto se llega a Aguas Calientes, donde se pueden realizar unos relajantes baños termales.

El séptimo día se alcanza el Paso Cardenal Samore y se pasa por los lagos Espejo y Correntoso. El octavo cuenta la posibilidad de realizar una actividad bastante técnica que lleva al magnífico bosque de Arrayanes (hay bastantes escaleras en las que hay que montarse la bicicleta al hombro para avanzar); pero quienes deseen descansar las piernas pueden subirse a los botes en el puerto que hacen el recorrido a través del agua. El noveno día se hace el camino de los siete lagos. “El trayecto es bastante ondulado, con tupidos bosques andinos y se costea a los lagos”, aclaran desde la empresa. Para finalizar, visitan el Paso Córdoba y su imponente vista panorámica y culminan donde todo comenzó: en Bariloche, con el cruce de un puente colgante.

Los traslados de Patagonia Biking tienen etapas de pedaleo de unos 80 kilómetros diarios promedio, que se realizan en seis horas divididas en dos partes. El recorrido está acompañado por un vehículo de apoyo, al que puede subirse cualquier integrante de la excursión que se sienta fatigado. A pesar de que cualquier persona puede sumarse a la experiencia, es importante tener en cuenta el esfuerzo físico que la misma demanda. “La mayoría de los participantes que viene a nuestros viajes son personas que tienen un nivel de entrenamiento medio, no competitivo y se suelen hacer controles médicos. Nosotros sugerimos el control médico siempre y, en el caso de los viajes en altura o alta montaña, les pedimos estudio específicos”, aclara Lorefice, que arma los equipos de pedaleo en base a la cantidad de personas y el nivel de las mismas.

La mejor época para disfrutar de la Patagonia en bicicleta va de noviembre hasta la mitad de diciembre y fines de febrero hasta marzo. “En enero hay demasiada gente y el camino está muy transitado, por lo que se vuelve peligroso”, agrega Lorefice.

Quienes ya recorrieron estos paisajes en bicicleta aseguran que la experiencia es inolvidable. La Ruta 40 está plagada de desvíos y espejos de agua que valen la pena ser descubiertos, además de paisajes ideales para fotografías y propuestas gastronómicas que van desde picadas ahumadas hasta deliciosas pescas de especies típicas de esas aguas.

Aventura sureña

Además del recorrido en bicicleta, la ruta de los Siete Lagos y sus alrededores proponen actividades de aventura para descubrir la Patagonia veraniega en sus múltiples facetas. Con algunos desvíos contemplados, es posible llegar a rincones gastronómicos que sirven delicias caseras para el recuerdo y también a hoteles boutique, para despertarse frente a vistas imponentes sin resignar confort. A continuación, las recomendaciones de BA MAG.

Íntimo y cerca
Dentro de la Ruta de los Siete Lagos no es posible alojarse en hoteles. Las salidas a los mismos están compuestas solo por campings (algunos ofrecen dormis). Sin embargo, para los viajeros que no quieran hacer grandes desvíos, existe la posibilidad de dormir a dos kilómetros del Lago Correntoso, en el Mirador Refugio de Montaña, un apart hotel construido en madera y cuya vista es soñada.
facebook.com/elmiradorefugio
Placeres antes de comenzar
Amonite Apart & Spa está situado en la mejor zona de San Martín de los Andes y a tan solo 200 metros del Lago Lácar. Opción perfecta para quienes decidan comenzar el viaje desde esta cabecera. Todas las habitaciones ofrecen una vista panorámica de las montañas para no olvidar, ni por un segundo, la inmensidad de la Patagonia.
apartamonite.com.ar
Casa de té
Si hay un lugar imperdible para tomar té en Villa la Angostura, sin dudas, es este. No solo por las delicias que prepara “la Oma”, si no porque, con solo cruzar el umbral y ver las múltiples florcitas del jardín, el visitante ya se siente en medio de un cuento. Recomendación: pedir la torta con base de chocolate, frutos rojos, crema y chocolate fundido, que es un manjar.
facebook.com/casitaoma
Sabores patagónicos
1156 es el nombre de este restaurante a puertas cerradas en San Martín de los Andes que ofrece una experiencia gastronómica de alta calidad, y utiliza productos locales y de estación. Nuestra recomendación es hacer una degustación en pasos, que permite probar pequeños platos como: huevos de pato, langostinos patagónicos y piñones. Cabe destacar que, para el postre, hay deliciosas trufas de chocolate combinadas con diferentes frutos de la zona.
facebook.com/1156.sma

+ info

patagonia-biking.com
andestrack.com.ar
losalercesviajes.com