Tras los manjares del DF

En la capital de México no habrá playa, pero sí grandes exponentes de la comida internacional, además de enclaves que sirven los platos más tradicionales del país. A continuación, presentamos una ruta gourmet ideal para acompañar la visita a los principales hitos de la ciudad.

Txt: Rosario Oyhanarte
Ph: Gentileza restaurantes

Al pensar en México, muchos argentinos se remontan a la arena de Playa del Carmen o a las ruinas mayas enmarcadas por el mar en Tulum. Aunque el DF no puede jactarse de postales de playas paradisíacas, también tiene sus encantos y la gastronomía, sin dudas, es uno de ellos: la ciudad cuenta con miles de opciones donde comer; desde las más informales, como puestos en la calle o locales al paso, hasta espacios que se pavonean con estrellas Michelin.

Pero, además de servir manjares propiamente mexicanos, en la capital se dan cita los mejores exponentes de la cocina internacional. Los espacios son cancheros y reflejan los últimos gritos del diseño de interiores. En las noches cálidas, las terrazas se alumbran con luces y acordes que invitan a prolongar la sobremesa.

A todos los sibaritas, les presentamos algunos de nuestros recomendados, ideales para acompañar la agenda ajetreada del afortunado que esté por viajar al Distrito Federal.

Ojo de Agua

¿Qué tendrá de especial este lugar que siempre está lleno? De afuera no parece demasiado tentador; se ve chico y ruidoso. Sin embargo, con solo probar sus platos uno entiende de qué va su encanto. “La calidad y amor que ponemos en cada platillo se demuestra en su inigualable sabor”, argumentan sus creadores. Y es la verdad. Con sucursales en Polanco y Condesa, este es el enclave ideal para probar manjares naturales a la hora del desayuno o el almuerzo. Los jugos son un espectáculo. Los sándwiches, también: en especial, recomendamos el Pera-Deli-Miel, que lleva atún español con ligeros tropezones de peras asadas, bañado en una salsa de jengibre, cebollín, limón, miel, vinagre balsámico y cebolla morada. También se sirven ensaladas originales y todo a precios muy lógicos. Se aconseja ir con tiempo y mucha hambre: las porciones son abundantes y darán ganas de probar más de una.

Lardo

Hasta el restaurante más canchero del West Village neoyorquino podría sentirse opacado por el diseño de Lardo. Ubicado en pleno barrio de Condesa, posee una extensa barra de mármol donde destaca una cortadora italiana de embutidos. La cocina abierta del espacio dispone de un gran horno de leña. El piso está hecho con maderas del tren y azulejos que fueron diseñados por el arquitecto Jaime Serra. Todos los detalles configuran un aura vintage que convierten a Lardo en uno de los preferidos para la hora del ‘brunch’. En cuanto al menú, la chef Elena Reygadas propone recetas sencillas propias de la cocina de la Toscana y da prioridad a la calidad de los ingredientes. Uno de los recomendados es la pizza de Nduja o las croquetas de jamón serrano con pesto de perejil, hierbabuena y avellana. Pero antes de degustar los platos, el viaje de sabores empieza con pan, aceitunas y almendras marinadas durante 48 horas que se sirven de cortesía. Para cerrar la visita, los postres dan en la tecla. Uno de los favoritos es la tarta de masa hojaldrada con cerezas y helado de pimienta.

Broka Bistrot

La Roma es el mejor barrio del DF donde disfrutar de una comida ‘indie’, entre artistas y ‘hipsters’ que juran no ser tales. Uno de sus restaurantes emblemáticos es Broka, fonda chic con aires de bistró donde el chef Marco Margain hace magia con el menú de tres pasos, que cambia todos los días en pos de incorporar los ingredientes más frescos del mercado. Los convidados ponen pie en esta casa porfiriana y se enamoran de su patio, ambientado con muebles de autor, iluminación cálida y notas de jazz. Uno de los aspectos más sobresalientes es la atención, eficiente y amable. No en vano, broka significa “hermano” en el argot norteño y así, el nombre hace hincapié en los lazos que se buscan construir con el comensal.

Entremar
Entremar

Balcón del Zócalo

La visita al centro del DF no está completa sin una parada en el Palacio Nacional, el Palacio de Hierro, la Catedral… y la lista también debe ser integrada por el Balcón del Zócalo. Es que, desde la terraza al aire libre de este restaurante se pueden apreciar las mejores vistas de la Plaza de la Constitución. Desayunos, almuerzos, cenas… en todos los casos, el menú encierra sabor mexicano del más auténtico. Otra buena opción es ir por uno de los cócteles: entre amigos, en pareja o reuniones de negocios, el espacio invita al disfrute. Localizado en el hotel Zócalo Central, el chef es José Antonio Salinas Hernández, investigador constante de nuevas tendencias y vanguardias gastronómicas.

Entremar

Lo garantizamos: las mejores tostadas de atún se encuentran en Entremar; lo cual no es un mérito menor, si se considera que este plato se sirve en miles de decenas de restaurantes mexicanos. Lo cierto es que todas las creaciones que salen de la cocina de Entremar ameritan un festín. Como el nombre sugiere, las especialidades de la casa son mariscos y pescados; pero también se aconseja probar los postres, de los que recomendamos la tarta de higos. Diez puntos para la atención y el ambiente. ¿El dato? Reservar mesa en el piso de arriba, donde la terraza asoma a las calles plácidas de Polanco.

Restaurante Tamayo

Al organizar la agenda de recorridos, una opción es comenzar la mañana en el Castillo de Chapultepec, para luego visitar el Museo Tamayo y recargar energías en su restaurante, antes de seguir la jornada en el colosal Museo Nacional de Antropología. El interior del restaurante luce un diseño impecable, donde priman la madera y las flores. Pet-friendly, su terraza se presenta como la mejor alternativa para disfrutar del aire libre. El café es excelente y los platos son pequeños, así que se recomienda probar más de uno. ¿Otro tip? No se puede soslayar la visita a la tienda del museo para encontrar los mejores objetos de diseño mexicano.

Dulce Patria

Al hablar de la movida gastronómica del DF es imposible soslayar el barrio de Polanquito, que nuclea algunos de los reductos más coquetos. Entre ellos, Dulce Patria es el indicado para gozar de un ágape mexicano tradicional. El restaurante dirigido por Martha Ortiz Chapa rinde honor a la herencia de las costumbres del país; así, no es azaroso que su decoración se presente en rojo (color primordial de México, presente también en su gastronomía en adobes, moles y chiles) y en oro (tan concurrente en el sol y en ingredientes como el maíz). Ceviches, tostadas, guisados coloridos y aguas frescas coronadas con flores dan paso luego a los postres, que más que postres son una puesta en escena. En Dulce Patria, la imaginación y el sabor se combinan para conformar una experiencia culinaria que le ha valido el honor de integrar la lista de Acqua Panna y St. Pellegrino, “Latin America’s 50 Best Restaurants 2015”. La buena noticia es que se puede volver sin riesgo de caer en el aburrimiento: la carta se renueva todos los meses y está elaborada como una suerte de narrativa en la que “la poesía encuentra una correspondencia sensual al paladar y a la mirada”.

Los Danzantes

Coyoacán ofrece un sinfín de encantos. Sin dudas, uno de los más reconocidos es “la casa azul”, es decir, el Museo Frida Kahlo. Después de haberse deleitado con objetos que supieron pertenecer a la artista y su pareja, Diego Rivera (incluyendo los espejos que usaba Frida para sus autorretratos o la cama donde estuvo postrada durante meses, luego de su accidente), se recomienda seguir la visita en Los Danzantes, que sirve comida mexicana contemporánea. El local se jacta de haber sido de los pioneros en ofrecer mezcales como primera opción de bebida. De entrada, es obligatorio pedir la hoja santa con queso de cabra. También se aconseja probar el filete de res con aceite de guajillo, queso asadero y chile pasado acompañado con pasta de frijol. En el exterior del espacio, la vista a la fuente de los coyotes consagra la experiencia con moño.

 

No es novedad que México se caracteriza por sus sabores intensos. Su gastronomía trascendió las fronteras del país y hoy es célebre en el mundo entero. Sin embargo, ante una primera visita a tierra del tequila, muchos extranjeros vuelven sorprendidos y comentan que lo que habían probado en su país natal no era, por cierto, “cocina mexicana”… Esto se debe a que lo que en el exterior comúnmente se asocia con comida mexicana más bien suele tratarse de cocina tex mex, que sería la versión texana del asunto (y está bastante despreciada en México, cabe aclarar).

En cambio, en suelo de mayas y aztecas se echa mano de otras recetas e ingredientes. Vale la pena el peregrinaje a esta meca del buen comer y probar sus manjares en primera persona. El paladar y el corazón volverán agradecidos.

 

+info_

www.grupoojodeagua.com.mx
www.lardo.mx
www.brokabistrot.com
www.balcondelzocalo.mx
www.entremar.com
www.museotamayo.org
www.marthaortiz.mx
www.losdanzantes.com