Museos alternativos de Nueva York

Un recorrido por los museos que conforman el lado B de la cultura neoyorquina y que escapan a la famosa Museum Mile y sus clásicos. Desde el edificio donde vivían familias de inmigrantes del siglo XX y el ‘speakeasy’ de gángsters americanos, hasta una exhibición sobre la anatomía humana y otra dedicada a los objetos más absurdos y cotidianos.

Txt: Sofía Edelstein
Ph: Gentileza museos

Todos conocemos, sea por experiencia propia o cuentos ajenos, la cara más clásica de Nueva York, esas paradas obligatorias que no podemos dejar pasar cuando venimos de visita. Entre ellas figuran los museos, esos gigantes abanderados del arte y la cultura que constituyen la genética neoyorquina. Algunos forman parte de la famosa Museum Mile que cruza Manhattan, y otros reinan en locaciones emblemáticas de la ciudad. Sin embargo, existe un costado cultural que escapa a las guías turísticas tradicionales. Son museos alternativos que ofrecen una mirada original sobre la historia y costumbres de Nueva York. Un complemento necesario para iluminar los secretos y rincones que entrama la capital del mundo.

New York Transit Museum
New York Transit Museum

El subterráneo y la transformación de la ciudad

El esqueleto estructural de Nueva York no es otro que las infinitas y perfectamente diseñadas arterias del transporte público. El subte, los trenes, los colectivos, los puentes y los túneles han construido y sostenido la ciudad. Incluso han manejado la economía y la cultura, y aún continúan moldeando la vida de sus millones de habitantes. Este es el foco del New York Transit Museum, ubicado en Boerum Hill, Brooklyn. Su historia comenzó en 1976 como una exhibición temporal para el festejo del bicentenario de Estados Unidos. Tal fue la convocación y tan grande su popularidad que nunca terminó: en 1984 adoptó el nombre de museo y se instaló como símbolo de la evolución urbana. Laberíntico y colorido, el museo ofrece un recorrido dinámico a lo largo de dos pisos. La entrada, en forma de boca de subte, lleva a un primer subsuelo colmado de fotos de archivo, datos y objetos originales como brújulas, carretillas, palas y compresores que ilustran los años de construcción del subterráneo. También hay máquinas recolectoras que datan de 1904 en adelante y reproducciones en miniatura de los primeros carruajes, buses y trenes. La perla del museo es, sin embargo, el segundo subsuelo o andén de la estación, donde las vías están ocupadas por una colección de vagones ‘vintage’ impecablemente conservados, abiertos para su admiración.

De ricos, inmigrantes y gángsters

Quien quiera volver en el tiempo para conocer cómo se vivía en el siglo XIX puede hacerlo en su visita al Merchant’s House Museum. Se trata de una casa construida en 1832 y que la familia Treadwell habitó desde 1835 y durante cien años. Hoy es un monumento histórico nacional y una verdadera joya de aquella época. Ubicada en el barrio de Noho -al norte de la calle Houston-, la casa presenta una fachada de ladrillo de tan sólo siete metros cuadrados de ancho y un interior de estilo griego que quita el aliento: todo está conservado tal cual se encontró luego de que la última sobreviviente de la familia falleciera en 1933. El recorrido, que incluye cuatro pisos, permite admirar los diferentes espacios que utilizaba la familia y los sirvientes, cada uno con objetos y mobiliario originales: chimeneas con hollín, alfombras, retratos antiguos, espejos dorados, candelabros y hasta ropa.

Además, en el corazón del Lower East Side, barrio de inmigrantes durante los siglos XIX y XX, se encuentra el Tenement Museum. Funciona en un edificio que entre 1863 y 1935 albergó a más de 7000 personas de veinte nacionalidades. En sus departamentos vivían familias alemanas, polacas, italianas e irlandesas, personas que hoy forman parte de un capítulo imprescindible de la historia norteamericana y que el museo difunde para ayudar a entender cómo era ser un inmigrante durante esos años. Hay varios tours: uno explora el edificio por dentro, otro recorre el barrio al estilo “walking tour”, uno está enfocado en la comida y otro permite interactuar con residentes interpretados por actores, que comparten sus experiencias y estilos de vida. El tour “Hard Times” transcurre dentro de la vivienda y nos acerca a dos familias de inmigrantes totalmente distintas: una judío-alemana, los Gumpertz, cuyo patriarca desapareció durante plena crisis económica; y otra católica italiana, los Baldizzi, que sobrevivieron a la Gran Depresión. Ambos departamentos están restaurados de acuerdo a la época, y algunos detalles llaman la atención, como la pintura descascarada, escrituras en la pared y ventanas internas con los vidrios rotos.

Pero también, parte de la historia, política y cultura de Nueva York ha sido influida y moldeada por las famosas pandillas que surgieron en la Era de la Prohibición, período que duró desde 1920 hasta 1933. La Ley Seca impedía la manufactura, logística y venta de bebidas alcohólicas, y su imposición provocó, naturalmente, el surgimiento del contrabando y el mercado negro. The American Gangster Museum se centra en la historia de las pandillas y sus personajes más conocidos, como Al Capone, Arnold Rothstein y Lucky Luciano. Ubicado en lo que antes era un ‘speakeasy’, el museo ofrece fotos de gángsters, posters propagandísticos, armas de fuego y balas, y otros objetos curiosos que pertenecieron a los jefes de las pandillas, como una caja fuerte, botellas de cerveza, billetes, cigarrillos y un traje. El tour continúa por el bar, hoy abierto al público, y termina con la exploración del sótano, donde los mafiosos escondían su dinero y mantenían sus reuniones.

Anatomía humana y la admiración de lo cotidiano

El Morbid Anatomy Museum es, como dice su nombre, un museo no apto para impresionables o sensibles. Ubicado en la zona sur de Brooklyn, la colección permanente incluye más de mil libros y objetos sobre la muerte, la vida, la belleza y todo lo que se encuentra en el medio, haciendo especial hincapié en el arte de la taxidermia, la religión y la medicina. El espacio, que antes funcionaba como la oficina de Joanna, su dueña, hoy está abierto al público y ofrece al ojo una infinita disposición de pequeños esqueletos y huesos, ataúdes, animales embalsamados, retratos antiguos, imágenes religiosas y varios estantes de libros. La exhibición temporal actual se llama “House of Wax” y presenta una gran variedad de modelos de cera anatómicos, patológicos y etnográficos originales del Panópticum de Castan, un museo de cera con sede en Berlín. La muestra de ese entonces duró desde 1869 hasta 1922, y logró una convocatoria masiva de curiosos que se acercaban a ver máscaras fúnebres de reyes, bustos indígenas, caras con lepra o sífilis, mujeres con torsos abiertos, y mucho más. La tienda de la planta baja no tiene desperdicio: se venden libros, roedores y aves embalsamadas, joyas de luto, mariposas exóticas en vidrios, dientes humanos y hasta flores hechas con pelo real de la era victoriana. Vale aclarar que todo lo que contiene el museo fue obtenido de forma ética.

En un callejón oscuro de Chinatown, en el barrio de Tribeca, se esconde un minúsculo museo dentro de un antiguo ascensor de carga. Tan pequeño que sólo caben tres personas. El Mmuseumm, creado por un trío de cineastas y esponsoreado por la reconocida Kate Spade, exhibe en estantes forrados de terciopelo bordó una singular colección de objetos cotidianos que comúnmente son ignorados, descartados o pasados por alto. En esta quinta temporada y año número cuatro, se pueden ver copos de maíz dispuestos como especímenes raros, merchandising de Donald Trump, comida rápida iraní, perfumes con forma de torsos, las nuevas monedas de ISIS y objetos perdidos en la frontera de Estados Unidos y México. La idea detrás del Mmuseumm es intentar mirar la humanidad a través de objetos familiares. Los visitantes pueden llamar sin cargo a un número que permite acceder a una audioguía.

Escapada al norte

A una hora de Manhattan, en el norte de Nueva York, se encuentra uno de los parques de esculturas más importantes del mundo: el Storm King Art Center. El museo a cielo abierto ocupa más de 200 hectáreas de campo, colinas, bosques y arroyos, en las que se disponen alrededor de cien esculturas e instalaciones de artistas renombrados como Henry Moore, Roy Lichenstein, Alexander Calder, Louise Nevelson e Isamu Noguchi. El paseo puede hacerse a pie, en bicicletas que el museo alquila o en tranvía. Lo ideal es llegar temprano para recorrerlo completo -lo cual lleva algunas horas- y descansar haciendo un picnic o almorzando en el café. Además de las colección permanente, también se exhiben muestras temporales, como “Dennis Oppenheim: Terrestrial Studio”, que incluye esculturas interiores y exteriores, instalaciones, fotografías y contenido audiovisual; y “Outlooks: Josephine Halvorson”, que ofrece tres esculturas pintadas a mano relacionadas a distintos ambientes del parque.

 

Nueva York es única y multifacética, y propone distintas formas para que la conozcamos. Es a través de estos museos que podemos acceder a sus rincones, historias y secretos mejor guardados, para poder descubrir su verdadera esencia y también su complejidad.

+info_

The New York Transit Museum
web.mta.info
Recomendado para ir con niños.
The Merchant’s House
merchantshouse.org
Tenement Museum
tenement.org
Los tickets para los tours se compran con anticipación a través de la página web.
The American Gangster Museum
museumoftheamericangangster.org
Se recomienda hacer la visita a través del tour.
The Morbid Anatomy Museum
morbidanatomymuseum.org
El museo también ofrece una serie de eventos, clases y lecturas. 
Mmuseum
mmuseumm.com
Hay un Mmuseumm 2 que se encuentra a tres puertas a la derecha del museo. Abre sólo los fines de semana, pero entre semana se puede espiar a través de pequeñas ventanillas. 
Storm King
stormking.org