Food Styling

Detrás de cada gran foto gastronómica hay un equipo de expertos en fotografía y en estilismo de alimentos listos para crear la imagen del sabor. Te invitamos a conocer el proceso que esconde cada toma.

Txt: Carolina Enz
Ph: Gentileza Anna Keville Joyce, Marcela Sorondo y Nidia Vicino para Aloha Photo School
 

A nivel inconsciente anclamos el aspecto de un plato o ingrediente al aroma que se desprende durante la masticación del mismo. Por eso, la exposición frente a imágenes gastronómicas surte en nosotros un efecto similar al de la exposición a olores que recordamos y estimula directamente las papilas gustativas, generando deseo.

En trece milésimas de segundo, el cerebro hace honor a la frase “la comida entra primero por los ojos”, decodificando y procesando las imágenes de un cartel publicitario con una suculenta hamburguesa en la vía pública, de una colorida ensalada en un menú, de una esponjosa torta en una revista o de emblemáticos platos en filmes tales como “Julie & Julia”, “Comer, rezar, amar” y “Un viaje de diez metros”.

Más de una vez, ponemos manos a la obra y seguimos una receta con el afán de lograr un plato tan tentador como el que se nos muestra, pero nunca queda tan rico como el de la foto. ¿El motivo? Detrás de cada imagen publicada, hay un grupo de expertos en hacer que la comida se vea, simplemente, irresistible.

 

Fotografía de alimentos en Argentina

“La fotografía de alimentos tiene mucho de arte: hacer ver la comida apetitosa es un gran desafío, requiere tanto de conocimientos técnicos, como de conocimientos estéticos”, expresa Martín Donato, CEO de Aloha Photo School, la primera escuela de Argentina en incluir la disciplina en su oferta académica bajo el formato de workshops.

Se trata de un área que ha despertado más allá del interés de los fotógrafos profesionales, abarcando un público mucho más amplio. Además, según Donato, la demanda es cada vez más creciente. “Los interesados llegan para conocer el mercado, aprender técnicas de iluminación y de estética. Lo primero que reciben los alumnos son las herramientas y la información para hacer fotos propias y decidir, a partir de eso, si quieren armar un blog, conseguir clientes particulares o trabajar en editoriales para revistas”, explica. Es en adquirir la noción de estética y composición, donde intervienen los afamados ‘food stylists’, responsables del aspecto de cada plato.

 

Un nuevo universo

Una fotografía por sí sola no despierta los sentidos. Para lograr seducir y estimular, es necesario que esté bien lograda la integración entre estilismo, diseño y composición. Ahí es cuando entra en acción el Food Styling, o estilismo de alimentos, catalogado como el heredero del bodegón pictórico contemporáneo que retrataba a la naturaleza muerta haciéndose de frutas, verduras, botellas y quesos.

Los profesionales detrás de escena trabajan estrictamente con los mismos productos frescos con los que se elaboran los platos promocionados, empleando distintas técnicas de Food Styling como emplatado, cortado y marcas de grill.

En el producto final, los alimentos deben lucir como si estuvieran recién preparados: frescos, apetitosos, suculentos y listos para servir. Saber disponer alimentos en una composición irresistible para la cámara, involucra no sólo el dominio de técnicas propias de la disciplina, sino también nociones de Marketing, Artes Plásticas, Psicología, Gastronomía, Historia, Comunicación y Diseño, entre otras áreas.

Con una formación en Antropología, Diseño y Estilismo de Platos y una especialización en arte con comida, sumada a una audaz chispa creativa, Anna Keville Joyce, originaria de Estados Unidos pero instalada en Buenos Aires, es una de las ecónomas más reconocidas del país, reputación que ha logrado trabajando en editoriales y para clientes como Coca Cola, Havanna, Netflix y Condé Nast.

Para comunicar a través de una imagen el máximo potencial del producto, se deben contemplar los caminos más diversos y creativos posibles: “En mi caso, mi motivación para experimentar son las simples y sinceras ganas de innovar”, confiesa la experta, y agrega: “La disciplina es muy diversa y por ende, presenta muchos desafíos, lo cual la hace aún más emocionante: hay que ser flexible, positivo, curioso y estar predispuesto a disfrutar de la magia y el humor que tiene la comida”.

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El Food Styling busca dar con los elementos perfectos que permitan disparar el apetito del observador. Para lograrlo, cada plato deberá mostrar congruencia o contraste -tal como sucede en el maridaje entre comidas y bebidas-, texturas que resalten las propiedades del alimento y armonía en los colores.

Marcela Sorondo, quien ha dedicado su vida a la gastronomía y es hoy referente en el país -no sólo por su indiscutido talento, sino también por su amplia trayectoria-, tiene una regla de oro para lograr la excelencia y es la de cumplir con las cinco “P”: “Paciencia -porque la comida se tiene que ver bien y hay que tener especial cuidado con cada ingrediente-, prolijidad, puntualidad -es importante que esté el equipo completo a la hora de empezar-, picardía -para tener la capacidad de resolver problemas que puedan surgir- y pasión”, indica.

Hoy, Marcela colabora con notas ‘foodies’ y recetas propias para editorial, y trabaja para empresas como Sancor, Sadía, Essen y Burger King, pero sus inicios en el estilismo de alimentos fueron azarosos. “En 1978 nacía en la empresa Mendizábal, un nuevo queso: el Cottage Cheese. Primero me pidieron recetas para ese queso y luego, me pidieron que preparara mi propio recetario. Y así fue que entré por primera vez en un estudio de fotografía especializado en comida”, relata y añade: “Por entonces se hacía un ‘black book’ que funcionaba como una recopilación anual de las mejores fotos de comida del mundo, y al lado del nombre del fotógrafo decía el nombre de la persona que había cocinado y preparado la comida para mirar; más tarde descubrí que lo que yo hacía tenía un nombre: Food Styling”.

Desde su experiencia diversa, ambas especialistas coinciden en que ejercer como estilista de alimentos significa tener la posibilidad infinita de innovar y desarrollar la creatividad en pos de resaltar los atributos de los productos gastronómicos.

Detrás de una imagen gastronómica que nos deslumbra con su tentadora presentación, hay una parte espontánea, que es la que viene dada por las posibilidades que ofrece cada ingrediente, y otra parte que parece magia, pero no lo es: se trata de la dedicación de los equipos profesionales del Food Styling, quienes nos brindan la posibilidad de degustar el sabor de los alimentos a través de la imagen.

 

+info_

www.alohaphotoschool.com
www.akjfoodstyling.com
www.marcelasorondo.com.ar