Manos solidarias, oportunidades para todos

Porque es la educación es la puerta de entrada a un mundo mejor, cada vez son más las organizaciones y colegios que ponen el aprendizaje al servicio de las comunidades que menos tienen. Aquí, la historia de un proyecto inspirador donde aprender es el motor.

 

Yamila tiene cuatro años y Lucía, cinco. Todos los días, las dos hermanas llegan al Centro de Apoyo Familiar (CAF) Santa Clotilde de la mano de su abuela Patricia, quien vino desde Chaco para ayudar a su hijo Claudio a cuidar a las chicas. En el turno tarde, Benjamín y Morena van a sala de 3 y 4, mientras que su mamá Beatriz, termina el secundario. Adriana reforzó su aprendizaje, durante el primario y secundario, en el apoyo escolar del CAF Santa Clotilde, a contraturno de la escuela. Más tarde, ella también ayudó a otros chicos en el centro de apoyo, se recibió de maestra jardinera y hoy completa un postítulo en la Universidad de San Andrés, mientras que también forma parte del Equipo de Orientación del CAF.

Kevin tiene nueve años y antes de ser alumno del Colegio María de Guadalupe, limpiaba vidrios en Márquez y Panamericana. A Sofía, otra alumna del colegio, la violencia que vive día a día en su casa la desborda y la supera. Andrés nunca quiere faltar al colegio porque ahí encontró amigos y se siente querido. Camila, tampoco quiere faltar y aunque llueva, va al colegio igual porque no quiere perderse su proyecto de lectura.

Todos ellos son parte de la comunidad de Las Tunas en General Pachero, un barrio formado por familias de pocos recursos, bajo grado de alfabetización e inestabilidad laboral. Allí viven alrededor de 10.000 niños y jóvenes, y debido a la escasa presencia de instituciones educativas en el barrio, el CAF Santa Clotilde y el Colegio María de Guadalupe trabajan con más de 600 alumnos para darles las herramientas necesarias que les permitirán ser promotores activos de un futuro mejor para ellos y sus familias.

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Maestros al servicio

El CAF Santa Clotilde y el colegio María de Guadalupe responden a un mismo proyecto educativo y ofrecen servicios complementarios: jardín maternal, jardín de infantes, apoyo escolar, grupo de jóvenes y escuela primaria de 1º a 4º grado -que irá creciendo junto con los alumnos- en el Colegio María de Guadalupe. Gracias a las dos entidades, 600 chicos del barrio reciben educación y una alimentación ajustada a sus necesidades de crecimiento.

Las dos organizaciones surgieron a partir de los aportes de la sociedad civil, que busca sumarse al esfuerzo de los padres y a la gestión educativa profesional para generar un cambio significativo en la zona.

El CAF Santa Clotilde nació hace 25 años -en la parroquia San Juan Diego que depende del Obispado de San Isidro- como un servicio de guardería para apoyar a las madres que necesitaban salir a trabajar. A través de los años fue adaptándose a las distintas necesidades de la comunidad y creciendo con ella. Hoy recibe a 407 chicos entre 45 días y 18 años, y les ofrece una educación integral y de calidad, con énfasis no solo en lo pedagógico y académico, sino también en el apoyo y la contención personal.

Pero lo cierto es que, a partir de estas experiencias, se hace notable un empobrecimiento de la calidad de la educación. Según quienes dirigen el proyecto, muchos chicos no alcanzan a adquirir las competencias básicas necesarias para realizar un trayecto escolar que les permita elaborar un proyecto profesional y de vida, adecuado a sus necesidades y aptitudes. En el programa de apoyo escolar se detectó que más del 60% de los alumnos se encuentran en un nivel inferior al que correspondería si se tuviera en cuenta el año escolar en el que están inscriptos.

Es así que en marzo de 2012 la Fundación María de Guadalupe abrió las puertas del Colegio María de Guadalupe con el fin de darles a los chicos más oportunidades sin importar donde hayan nacido. Hoy, el colegio cuenta con 192 alumnos de 1º a 4º grado que reciben una educación integral, buscando que obtengan las herramientas necesarias para insertarse positivamente en la sociedad.

Desde la institución se busca no solo promover la alfabetización, sino también conocer en profundidad a cada uno de los alumnos, crear un curriculum flexible que se adapte a las necesidades y vocaciones individuales, y construir un proyecto

 

Todos podemos ser parte

Este año, el proyecto apunta a generar un cambio significativo en Las Tunas. Para lograrlo, ya se está profundizando la capacitación de los docentes del CAF y del colegio; y entre otros objetivos, también se busca implementar un programa en Apoyo Escolar para trabajar sobre la alfabetización de los chicos con sobre-edad escolar que llegan al CAF sin, prácticamente, saber leer ni escribir. A su vez, también se buscará construir la segunda planta del colegio que incluye seis aulas, un aula tutorial y baños, para poder incorporar 48 alumnos más en el 2014.

 

Para ser parte de este sueño y apadrinar a un alumno, apoyar un programa o ser voluntario, comunicarse con Macarena Valverde al 15 4949-3454, o escribir a mvalverde@mariaguadalupe.org.ar