La tecnología e internet al alcance de todos viene planteando cambios en la forma de entretenernos. ¿Por qué pagar un servicio de cable si se puede ver gratis películas online y sin comerciales? ¿Por qué mirar lo que otros deciden si puedo elegir lo que realmente quiero ver por 8 dólares al mes? Youtube, Netflix y, posiblemente, el fin de la televisión como la conocemos.
Txt: Andrea Palombo
Ph: Gentileza Netflix y HBO
La ilimitada oferta de entretenimiento que ofrece internet se está convirtiendo en una verdadera pesadilla para algunas compañías del rubro, en especial para los canales de televisión y las empresas de cable. Las redes sociales que viralizan todo tipo de contenido y hasta tienen un lenguaje propio y, sobre todo Youtube, que ofrece la posibilidad de tener tu propio canal sin gastar un peso, obliga a replantear la forma en que se genera y produce el contenido audiovisual. “Me di cuenta que con el canal de Youtube estoy haciendo tele, hago mis contenidos propios. Es una manera de hacer televisión maravillosa y con mucha libertad”, confiesa en Revista Viva el humorista Martín Bossi, quien a horas de que asumiera Mauricio Macri como Presidente de la Nación subió un video en el que recreaba una conversación entre el primer mandatario y Cristina Fernández de Kirchner. El corto, dirigido por el gerente de contenidos de Pol-Ka, Marcos Carnevale, fue visto en poco tiempo por más de tres millones de personas. Esa magia genera Internet. No se necesita mucho dinero ni contactos para crear un canal, aunque para hacerlo crecer en seguidores requiere de tiempo e ingenio.
Hace once años que se creó y tras ser adquirido por Google a fines de 2006, Youtube está más instalado que nunca, sobre todo en el público adolescente y adulto de hasta 35 años. De hecho, ha creado un nuevo protagonista en la escena online: los “youtubers”, personas que un día quisieron contar o compartir algo que se viralizó, llamando la atención de millones de personas en distintas partes del mundo. Han logrado tanta relevancia que hoy llegan a movilizar una masa similar a la de Ricky Martin y hasta organizan multitudinarios congresos anuales.
Los youtubers han entendido el negocio de Internet y aunque lo comenzaron como un juego, terminó convirtiéndose en su trabajo. Las ganancias que reciben por cada video se basan en la cantidad de reproducciones que tienen por día y, a su vez, el más visto suele tener mayor publicidad, por lo que no importa si habla de maquillaje o es un humorista improvisado, si a los usuarios les gusta puede ganar millones, como es el caso del sueco Felix Kjellberg de 25 años que, comentando con humor los últimos videos juegos que salieron al mercado, alcanzó una facturación anual de 12 millones de dólares.
El efecto Netflix
Pero Youtube no es el único fenómeno que está marcando la agenda de la televisión tradicional: la TV por streaming, un servicio que emite videos en directo a través de Internet, está quitándole cada vez más suscriptores a las empresas de cable y eso se ve reflejado en la caída de las acciones de importantes compañías como Disney, Warner, CBS y FOX, que en julio de 2015 han bajado 8.2 por ciento, generando así una pérdida total de 46.2 mil millones de dólares. Los analistas lo llaman el “efecto Netflix”, aunque HBO y Amazon también son los responsables de esta situación.
“La televisión que conocemos desaparecerá como entretenimiento principal de los hogares, pero se trata de un proceso de décadas”, advierte Reed Hastings, fundador -junto a Marc Randolph- de Netflix, la mayor proveedora de películas y series a través de Internet, que incluso logró superar la cantidad de usuarios suscriptos a la señal ‘premium’ HBO. “La televisión por Internet está sustituyendo a la televisión lineal como el teléfono móvil sustituyó al fijo, pero estamos en los comienzos”, argumenta Hastings al tiempo que ejemplifica que desde 1890 hasta 1950 la forma dominante de entretenimiento fue la radio, mientras que después se impuso la televisión lineal. “La televisión por internet es una revolución porque podés elegir lo que querés ver”, enfatiza.
Aunque hoy lidera el servicio de streaming, Netflix nació como una empresa que combinaba dos ideas que en 1997 no existían: la posibilidad de alquilar películas y series desde una computadora y sin intereses por pagos atrasados. Pero el éxito no fue inmediato y las quejas sobre la tardanza en la llegada de las películas a los hogares estadounidenses lo obligaron a replantear la propuesta original, aprovechando aún más el potencial de internet y el comercio electrónico. En 2007 introdujo la transmisión directa y en pocos años logró posicionarse como la mayor televisión por streaming del mundo. Actualmente cuenta con más de 65 millones de usuarios en más de 50 países y transmite más de 100 millones de horas al día de series, documentales y películas. Además de ofrecer los clásicos del cine y las series más populares, se lanzó a producir sus propios contenidos como House of Cards, ganadora de dos premios Emmy, o Orange is the new Black, entre otras.
En estos momentos, juega con reunir viejos elencos para grabar nuevos capítulos de series que han conquistado al público estadounidense en el pasado, como ocurre con Full House, que estuvo en pantalla entre 1987 y 1995. De esta manera, busca generar mayores suscriptos ofreciendo contenido de calidad que no se puede encontrar en otro lugar y no tiene que preocuparse por los derechos de los productos que, sin dudas, fue unos de los principales problemas con los que tuvo que lidiar.
Amazon, la compañía estadounidense de comercio electrónico con sede en Seattle, también sigue sus pasos desde hace unos años, cuando en 2013 comenzó a hacer producciones originales como Alpha House, aunque no tuvo mucho éxito. Después vino Transparent, la historia de un abuelo transexual que le significó sus primeros premios Emmy. Este año producirá la serie Trial, protagonizada por Billy Bob Thornton y William Hurt. Lo que diferencia a esta compañía es que antes de grabar una serie lanza algunos pilotos para que los propios usuarios voten cuál fue el que más le gustó. De acuerdo al resultado de este ranking y a otras estadísticas obtenidas del streaming, Amazon se lanza a grabar 13 episodios de los shows más votados.
Por su parte, HBO -que también comenzó a ofrecer su programación a través de un servicio de streaming con HBO Now-, también se presenta como competidor. Por 14, 99 dólares al mes se pueden encontrar los mismos contenidos de calidad que ofrece el canal en los servicios de cable como Games of Thrones. Empezó siendo exclusivo para dispositivos Apple, pero asegura que se podrá ver desde otras plataformas y sistemas operativos.
La TV del futuro
La clave de lo que está sucediendo con el fenómeno de la televisión por internet está en el sistema de recomendaciones. Y en este punto, Netflix vuelve a ser el protagonista, ya que desde que comenzó su negocio ha sabido procesar la información sobre los gustos y preferencias de sus clientes. Como explica el matemático Adrián Paenza, el éxito de la empresa se basa en el programa Cinematch. “Cada persona, luego de mirar una película, es invitada a ´rankearla´, algo así como adjudicarle un puntaje (que varía entre una y cinco estrellas) de acuerdo a cuánto le haya gustado. Esos ratings se guardan y constituyen una base de datos fabulosa que luego Netflix aprovecha”, analiza Paenza.
Este tipo de programas, que tienen en cuenta los hábitos y preferencias, se utilizan hoy en día en todo lo referido a Internet, como cuando te especifican que a los lectores de una determinada nota también les gustaron otras tantas o en Facebook, por ejemplo, cuando aparecen publicidades sugeridas de ventas de casas, o sobre locales de ropa, universidades, etc. Sin embargo, fue Netflix el precursor de esta metodología. “La idea madre que usan tanto Netflix como Amazon, se basa en que si a dos personas les gusta un determinado producto (música, literatura, película), es muy posible que tengan más cosas en común. Claro, detrás de algo tan ingenuo y sencillo, transparente para el usuario, hay un algoritmo que tiene en cuenta millones de datos, relaciones entre ellos y multiplicidad de preferencias”, reflexiona el autor de ¿Matemáticas estás ahí?
Según Paenza, Netflix además “enseña” a elegir lo que vemos, ya que sus recomendaciones no siempre se tratan de películas taquilleras, sino también documentales o películas independientes. “Casi el 70 por ciento de las películas que los usuarios miran resultan ser una consecuencia directa de las recomendaciones de Cinematch”, se anima a concluir el matemático.
Ya sean las redes sociales o los servicios de streaming, es el poder de elegir qué ver a un bajo costo y sin comerciales, y la ilimitada oferta de contenidos que brinda internet los que han puesto una fecha de vencimiento a la “caja boba”.