En los Jardines deMétis, Canadá, sepuedevisitar una casa deúltima generación quecombina las nuevas tendencias deconstrucción sosteniblecon el desarrollo dela economía local, demostrando quereducir el impacto ecológico a través dela construcción es posible.
Txt: Catalina Pelman Ph: Marjelaine Sylvestre para v2.com
Situados al este de Québec, los Jardines de Métis fueron creados entre 1926 y 1958 por un floricultor llamado Elsie Reford. Se trata de un sitio histórico nacional que se encuentra entre los parques más bellos de América del Norte, y constituye una parada obligatoria para los turistas que visitan la región. Al paisaje atractivo y las propuestas culturales, se suma la posibilidad de conocer la nueva Eco Residence of the East (ERE) 132, que fue construida bajo los estándares ambientales más estrictos y cuenta con el aval de los certificados LEED Platino y Novoclimat 2.0.
El edificio cumple dos funciones según la época del año. Durante la temporada turística -de junio a septiembre- se convierte en un centro de estudio al que se acercan más de 500 personas por día para capacitarse sobre los beneficios de la construcción verde, a través del programa “Construir es elegir”. Y de octubre a mayo, es posible alquilarlo para estancias cortas, reuniones de negocios o incluso es utilizado como recreo de inspiración por escritores y artistas.
Las instalaciones de esta casa se adaptan a las necesidades de personas con movilidad reducida y pueden alojarse hasta seis integrantes en tres cómodas y luminosas habitaciones. El costo de construcción de la ERE 132 se estima en $400.000, entre un 5 y un 10% más que una vivienda estándar. Sin embargo, a largo plazo esa diferencia se recupera gracias al ahorro energético y a la durabilidad de los materiales utilizados.
Diseño inteligente: menos es más
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto medioambiental de la casa, atendiendo al mismo tiempo las necesidades actuales y futuras de sus ocupantes, es el principal desafío de quienes idearon esta Eco Home.
En primer lugar, es indispensable minimizar las necesidades de material, optando por una vivienda compacta y funcional. Además, se deben achicar las demandas energéticas, priorizando una calefacción solar, la colocación estratégica de puertas y ventanas para optimizar la circulación del calor y la luz, además de elegir electrodomésticos de alta eficiencia. Por último, se deben incorporar materiales sostenibles de bajo impacto, como los reciclados.
Los especialistas aseguran que es indispensable evaluar con anticipación la superficie cubierta que tendrá ese hogar, teniendo en cuenta que una vivienda bien diseñada puede ser pequeña, pero no por eso menos funcional y confortable. En consecuencia, la ERE 132 posee sólo 173 m2 de superficie total, la mitad que la mayoría de los hogares canadienses. Su diseño rectangular, acogedor y simple. El techo, que posee una pendiente de 45 grados, permitió la construcción de tres cómodos dormitorios -uno en el primer piso y dos en la planta baja- y un par de baños.
En cuanto a la decoración, el vestíbulo posee pequeñas luces en el cielo raso, confeccionadas a partir de tarros de mermelada en desuso. El dormitorio principal tiene lámparas hechas con trozos de madera, la ropa de cama es de bambú y gran parte del mobiliario de la vivienda fue diseñado por ebanistas locales. Además, la bañera que perteneció al fundador de los Jardines de Metis, fue restaurada para aportar un toque antiguo a esta decoración contemporánea y minimalista.
Reglas de oro para la construcción verde
A la hora de edificar o refaccionar una vivienda, es necesario tener en cuenta múltiples factores que influyen en el presupuesto que se debe destinar. Por ejemplo, los tipos de materiales, los sistemas de aislamiento, la jardinería y los sistemas mecánicos. Pero también es fundamental considerar los costos relacionados al consumo energético y el mantenimiento edilicio. En este sentido, los arquitectos recomiendan evitar los sótanos -tan populares en Canadá-, debido a que son espacios de alto impacto ambiental porque demandan grandes cantidades de cemento, un importante productor de gases de efecto invernadero. Además, presentan numerosos riesgos e inconvenientes, como humedad, inundaciones, moho y falta de luz. Entonces, construir un piso adicional es la alternativa más eficiente en materia energética y, al mismo tiempo, más rentable, dado que la vivienda adquiere una mejor cotización de reventa.
En cuanto a los materiales estructurales, se recomienda la madera maciza, los paneles prefabricados, las paredes de doble perno o de fardos de paja y el moldeado de hormigón, debido a que se encuentran entre los más económicos y amigables con el medio ambiente. En esta región del mundo, el aislamiento de la casa se convierte en un aspecto fundamental: para garantizarlo, los arquitectos sugieren la utilización de celulosa, fibra de madera, paja o caña, porque también son los materiales más baratos y ecológicos del mercado. Además, es importante colocar estratégicamente las puertas y ventanas que permiten optimizar la entrada y salida del calor de la vivienda.
Con la aplicación de estas premisas, la ERE 132 logra reducir el consumo energético mensual en alrededor de un 90%, respecto a las viviendas convencionales. Para optimizar la eficiencia energética y garantizar la calidad del aire, se incluye un intercambiador de aire con recuperación de calor, un sistema de captación de calor de las aguas grises de duchas y bañeras, un calentador de agua ecológico y un sistema que controla, por medio de sensores, el consumo de energía.
Por otro lado, las paredes de madera y los pisos de hormigón utilizados en esta vivienda se convierten en las mejores opciones, en tanto son materiales de gran durabilidad y representan un ahorro significativo a largo plazo, al mismo tiempo que figuran entre los materiales de construcción más nobles.
Un trabajo en equipo
Este ambicioso proyecto de diseño integrado se convirtió en realidad gracias al trabajo multidisciplinario de especialistas locales que aportaron su conocimiento y ‘know-how’. Entre ellos participaron arquitectos, especialistas en desarrollo sostenible, ingenieros y diseñadores de la Región de San Lorenzo, encabezados por Pierre Etcheverry, Marie-Hélène Nollet, Marie-Elaine Banville y Isabelle Vezina. Además, gran parte de la comunidad de la región estuvo movilizada por este emprendimiento, que ha contando con el aporte financiero de organismos públicos, privados y el apoyo de distintas instituciones. En total, más de 80 organizaciones -incluyendo 50 empresas que integran la organización Green Building- formaron parte del detrás de escena de la construcción de esta vivienda ecológica, bajo la premisa de dinamizar la economía regional, reducir el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida de sus ocupantes.
+info:
ere132.com
facebook.com/maisonere132