El perfecto ejemplo de cómo la arquitectura puede convivir en total armonía con el entorno natural. The Slender House, así se llama esta vivienda proyectada por el estudio MU Architecture en Quebec, que da una lección de estilo en cuanto al diseño y al uso de materiales nobles. Deco minimalista que subraya los mejores rasgos del lugar.
Txt: Dolores Vidal Ph: Gentileza v2com
Abierta al paisaje y ubicada a orillas del lago canadiense Memphremagog, esta casa de 418 metros cuadrados avanzó como una larga superficie lineal sobre un terreno muy empinado. Este fue el primer desafío del estudio MU Architecture, autor del diseño, cuando aceptó llevar adelante la obra. Para ganarle a la caída abrupta del suelo, se resolvió que la estructura de la vivienda quedara anclada en la roca, a través de muros de contención de piedra y terrazas pavimentadas. Las piezas de granito, un material local, apiladas en seco sirvieron de base sólida para un techo impresionante que tiene 34 metros de largo. Desde la calle engaña a la vista y se percibe como la quinta fachada de la casa.
El método de construcción en seco (sin utilizar cemento) es muy raro en Quebec. Los dueños de The Slender House pidieron especialmente al estudio el uso de esta técnica, que es bastante común en el Mediterráneo, donde ellos tienen otra propiedad. Para cumplir el objetivo contrataron a un artesano especialista que siguió al pie de la letra este antiguo procedimiento, donde los pedazos de piedra tallados a mano encajan perfectamente entre sí.
El proyecto se presentó como una reinterpretación contemporánea del típico bungalow de los años 60. El exterior de la vivienda, resuelto en madera oscura, vidrio y piedra, mira a una tranquila bahía solitaria. La apariencia austera y áspera de la fachada contrasta con los interiores luminosos, blancos y livianos. Hay un juego de elementos opuestos que enriquece la estética de la construcción. Y de manera genial, gracias a los talentosos arquitectos, la casa se integra en perfecta armonía al paisaje. Parece que siempre hubiera estado plantada ahí, resistiendo el avance de la vegetación y el paso de los años.
La deco minimal
La luz y el aire son las grandes protagonistas de los espacios internos. Una decisión estética que evita un alto consumo energético. Amplios ventanales, claraboyas y paredes en blanco inmaculado iluminan cada rincón de la casa. No hay detalles que distraigan. Las formas son depuradas. Los tonos neutros acompañan el estilo minimalista y aportan serenidad. Se montó una escenografía ideal para que la mirada escape hipnotizada hacia el plácido paisaje lacustre.
Todos los ambientes de la vivienda forman una sola línea. El sector más social, compuesto por un gran living y comedor integrados a la cocina, se abre generoso a una terraza, que se aprovecha mucho en el verano.
La zona de relax del living, resuelta con un amplio sofá y dos mesas bajas de mármol y hierro, se completa con un mueble que contiene a la chimenea y oculta la presencia del televisor. Fue diseñado de manera especial para esconder los elementos técnicos y de entretenimiento del lugar. La misma filosofía se siguió para resolver la pared opuesta, donde se ubicó la cocina. Todos los electrodomésticos quedaron ocultos detrás de un gran módulo hermético, que siguió la estética de los aviones.
Este amplio estar multifunción es un sector dinámico, flexible, para vivir y moverse con libertad. Aquí se priorizó el confort sobre cualquier detalle decorativo. Los materiales nobles y texturas cálidas ganaron presencia, gracias a las formas lineales y la neutralidad de la decoración. La madera de roble, el mármol y el vidrio son los tres elementos que se repiten como un eco en los espacios interiores.
En el área íntima se destacan una suite principal y dos dormitorios de alta gama con baños completos. También hay una sala de sauna y un espacio para entretenerse o meditar según las necesidades del momento.
El anexo
Con los mismos materiales de la casa se construyó un refugio para guardar los botes a orillas del lago. También tiene una cocina muy funcional y una terraza para disfrutar de los increíbles atardeceres del lugar. Dicen que es el sector con la mejor vista de toda la casa.
Por último, el diseño del parque aprovechó al máximo el terreno empinado, que cae abrupto hacia el agua. La vegetación en forma de cascada sumó personalidad a la vivienda y ayudó a una feliz convivencia. Total integración con el paisaje.