Elogio de lo simple

El multipremiado Loft Panzerhalle, situado en un edificio que fue utilizado para reparar tanques en la Segunda Guerra Mundial, cautiva por su luminosidad y por la paz que transmite. Rediseñado bajo una premisa minimalista y austera, recupera el tradicional concepto de loft y celebra el espacio libre.

Txt: Catalina Pelman Ph: Gentileza v2com

El edificio Panzerhalle de Salzburgo, Austria, fue un taller de fabricación y reparación de tanques y vehículos militares durante la Segunda Guerra Mundial. Hace unos años, su nuevo dueño convirtió la planta baja en un restaurante con locales comerciales y el primer piso, en oficinas de coworking. Luego lanzó un concurso para construir un gran departamento moderno tipo loft en las dos plantas superiores. La firma vienesa Smartvoll Architekten participó del certamen internacional con una propuesta innovadora para conservar el carácter histórico del inmueble, agregando notas luminosas y contemporáneas. Con este bosquejo que busca mantener el encanto original del inmueble para hacer convivir su pasado y su presente, el grupo de profesionales de Viena ganó la competencia.

En menos de doce meses, los arquitectos Phillip Buxbaum y Christian Kircher terminaron el proyecto. ¿El resultado? Un loft de dos plantas y 350 m2 cubiertos que ya cosechó media docena de reconocimientos a nivel mundial, entre ellos: el IF Design Award, el ID Best of Year Award y  el IIDA Global Exelence Award, que distinguieron a los mejores departamentos en 2017.

La gran protagonista de este diseño es la escalera de doble entrada construida en hormigón alisado. Debajo de ella se encuentra la cocina multifuncional confeccionada en piedra volcánica; y en la misma planta está la sala de estar y el área de entretenimiento, enmarcadas por las centenarias paredes de ladrillo a la vista que se han restaurado y conservado intencionalmente.

En lugar de crear un segundo piso convencional, los arquitectos decidieron colocar los dormitorios sobre los laterales del edificio, dotándolos de ventanas amplias que permiten ver las montañas de Salzburgo sin moverse de la cama. La ducha es una cabina transparente con deslizamiento de linternas, que da la sensación de estar flotando a cuatro metros del suelo, en el medio del desván. A su vez, junto a la entrada del departamento, hay una zona de ‘relax’ con paredes angulares y forradas con placas de madera natural, que alberga un baño con ducha, sauna y una acogedora chimenea para disfrutar al final del día.

Menos es más

El enfoque especial de este proyecto radica en el aprovechamiento de materiales simples y en una nueva concepción de la palabra “habitar”. Buxbaum y Kircher buscaron revitalizar el encanto original del espacio, dando prioridad a la magnanimidad y la experiencia espacial que ofrecen los ocho metros de altura de las dos plantas construidas.

El hormigón alisado y encerado es el elemento principal de este loft, utilizado para el piso, los techos y las intervenciones estructurales del núcleo, incluida la escalera central.

Además de hormigón, solo se utilizaron materiales sutiles y semitransparentes que permiten que la luz natural se filtre. Por ejemplo, la habitación de invitados está separada por perfiles de vidrio, cortinas de tela rodean el dormitorio principal y la biblioteca es colgante y de acero. En todos los casos, cada mueble parece estar integrado perfectamente a la construcción, como si se tratara de una misma pieza.

El centro

Un objeto tan simple como una escalera, que podría tener dimensiones mínimas, en este departamento logra un gran impacto espacial y satisface varias funciones al mismo tiempo: separar las áreas de estar en la entrada de la vivienda, iluminar ambos pisos con la luz natural que ingresa por el techo y conducir a los dormitorios del sector superior. Como una obra arquitectónica dentro de otra, esta estructura de doble ingreso divide el departamento, crea un techo sobre la cocina, y define huecos y elevaciones sutiles, permitiendo ver todo el loft desde cualquier ubicación.

Según explican Buxbaum y Kircher, gracias a esta escalera serpenteante, “el camino entre los niveles no es una conexión vertical, rígida y funcional, sino más bien una experiencia espacial”.

El epicentro del piso inferior es la cocina, y su protagonista es un bloque de siete metros de largo, debajo del cual se pueden cultivar hierbas aromáticas para consumo diario. Este es el único objeto de color negro en toda la vivienda, confeccionado en cemento y revestido en roca volcánica, un material arenoso de fácil mantenimiento y limpieza. Sin embargo, la superficie de apoyo en la que se ubica el grifo y el desayunador fue pulida para que reflejara toda la luz natural que ingresa desde el techo y las terrazas laterales.

Esta cocina es una unidad multifuncional, que los arquitectos pensaron como el espacio principal del hogar, porque es el lugar de alimentación y comunicación de toda la familia, pero también puede convertirse en área de trabajo para los padres o de estudio para los más chicos. A los costados, se conecta con dos grandes balcones y amplias ventanas que dejan ver el paisaje urbano circundante. Uno de ellos es una terraza de ‘relax’ tradicional, y el otro es un jardín zen, que incluye una loma cubierta de césped con un árbol de jazmín.

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smartvoll.com

panzerhalle.at