En el corazón de las sierras cordobesas, Candonga Villa Serrana ofrece lotes para vivir de cerca la tranquilidad, el confort y el aire puro en medio de un enclave lleno de historia.
A sólo 50 minutos de la ciudad de Córdoba, un atractivo emprendimiento ya en marcha –que lleva la firma de Ticulpil S.A., Tierra con Historia y MDB- invita a adquirir lotes en las sierras para disfrutar del contacto con la naturaleza en familia y con amigos. En un espacio donde el paisaje, la gastronomía y la excelencia se fusionan, Candonga propone un rincón de distención en el que la paz y el verde dan la nota.
Entre ríos y pequeñas montañas, la Villa Serrana cuenta con 298 lotes de entre 1500 y 4000 metros cuadrados cada uno. Cien de ellos, ya están a la venta y pueden financiarse en pesos y hasta en 36 cuotas.
Para quienes quieran acercarse a conocerla, Candonga los recibirá con un paseo histórico y cultural que consta de un restaurant construido en la vieja estancia Santa Gertrudis, una huerta orgánica y un viejo molino ya reformado. Además, los aficionados a la vida al aire libre encontrarán aquí un espacio idóneo para disfrutar al cien por ciento.
Paisajes únicos, paseos a caballo, silenciosos atardeceres, caminatas, mountain bike, canchas de tenis, de fútbol, de bochas y de pato tendrán un lugar predilecto en el proyecto. Entre sus servicios y comodidades, Candonga tendrá caballerizas, Internet, un sistema de servicio de transporte para usuarios y propietarios, y alta seguridad –vigilancia las 24 horas, alambrado perimetral y control de acceso-. El agua corriente será de fuente y distribución propia mediante instalaciones subterráneas, al igual que la electricidad. Fiel a su esencia, el camino seguirá siendo de tierra, aunque se reforzará con banquinas de cemento y piedra donde sea necesario.
Entre tradición y naturaleza
Inmersa en las Sierras Chicas y lleno de belleza natural, Candonga es también una cuna histórica representada por una añeja capilla del 1730 –declarada Monumento Histórico Nacional- y por los vestigios históricos post-jesuíticos, que incluyen ruinas del antiguo asentamiento, la vivienda de molinero, el viejo casco, los corrales de mulas y el molino histórico reconstruido. Además, entre vestigios arqueológicos se pueden encontrar morteros de los pueblos originarios (Sanavirones y Comechingones) y viejos hornos; todo enmarcado en un paisaje natural que rebalsa de cultura.
Para acceder a Candonga, hay que recorrer un pintoresco camino con vistas a espacios de singular belleza que bordean el río San Vicente o Chavascate –el más caudaloso de las cuencas del valle-, el cual se integra a otros afluentes para formar el Río Agua de Oro. En el recorrido, un antiguo puesto de mulas jesuítico se suma a esta histórica estancia que en 1720 fundó Don José Moyano Osacriz con la intención de desarrollar un gran asentamiento. Con el devenir de los tiempos y la ayuda de los nuevos propietarios, se realizaron sucesivas reconstrucciones que mantuvieron el paraje intacto.
Sin dudas, Candonga es un lugar donde el desarrollo sustentable, el contacto con la naturaleza y el buen vivir encuentran su mayor exponente.