Ubicada en el barrio “La isla” de Nordelta, esta casa de 430m2 refleja el espíritu joven, libre y espiritual de su dueña, la arquitecta Mariana Pussacq. Espacios amplios que invitan a vivir el hogar en clave de relax. Aquí, un recorrido por los rincones más cautivantes de la casa.
Txt: Victoria Zimmermann Ph: Marian Mayo
Desde que comenzó a idear su propia casa, Mariana Pussaq tenía metas claras: generar una armonía con el entorno, convivir con lo ya existente, respetar el verde. Por ello, los espacios de este hogar se adecuaron, desde su génesis, a la naturaleza que habitaba el lugar e incluso se crearon patios exteriores para usar y disfrutar según las diferentes estaciones del año.
Mariana comenta que la idea generadora de este proyecto fue conformar una “T”, en donde cada recorrido terminara en una ventana con visuales al verde, tanto en horizontal como en vertical, con lucarnas que atravesaran la casa en forma cenital. ¿El resultado? Una armonía cuidadosamente construida entre lo arquitectónico y el entorno natural.
Al ser su propia casa el objeto de diseño e intervención, todos los muebles de madera, sofás, cortinas y confecciones son de su propia marca, Mariana Pussacq Deco, y los géneros que personalizan cada ambiente son terciopelos, linos y lienzos de Casa Almacén -empresa textil propia de la arquitecta-. ¿Entramos?
Viento y telas
Viento que ingresa por los grandes ventanales, telas teñidas y pintadas a mano que vuelan, vienen y se van, son los elementos que conforman uno de los sellos distintivos de este hogar. En esta casa, todo vuela, fluye y se mueve en sintonía espiritual. Ya desde el exterior del hogar, un enorme buda en posición zen reposa sereno sobre la entrada.
Por su parte, los elementos que habitan el living son grandes sofás para disfrutar la sociabilidad, mesas cálidas de maderas rústicas y macizas, libros y objetos recolectados a lo largo de la vida, arte de amores pasados, instrumentos musicales, dibujos sanadores hechos sobre cartulinas, alfombras de coco, y una chimenea como centro de la casa. El fuego ubicado como elemento central, hace honor a la cultura indígena que, para Mariana, es la que nos representa en nuestra esencia.
Brillar a través de lo propio
¿Por qué la mayoría de las paredes de esta casa están pintadas de gris oscuro? La elección no es caprichosa y responde a la idea de “apagar las paredes” con el objetivo de lograr que cada mueble, cada objeto, cada color intenso, así como cada elemento de la naturaleza, cobre el verdadero valor que tiene e ilumine con su luz. “Apagar para encender”, esa es la idea rectora, que el gris que repta y trepa sobre las paredes permita que los espacios se vuelvan profundos e infinitos gracias al brillo propio de cada objeto que habita el ambiente.
En el ‘playroom’ de la casa se colocó un sofá circular -vestido con una funda en ‘tussor’ y almohadones de terciopelo de Casa Almacén-, debido a que la morfología del lugar es un octógono, forma sagrada que en Oriente se utiliza para meditar. Se trata de una forma energética poderosa, según la dueña de casa, y por eso se la eligió como zona de encuentro de los niños y la familia, para generar unión a través de lo circular, lo orgánico.
Por su parte, para el comedor diario se eligió una gran mesa de lapacho macizo y sillas también de lapacho con fundas de ‘tussor’ teñido. La luz del ambiente cuelga de lámparas industriales negras. Aquí, una de las paredes está pintada con rayas verticales y al llegar a la abertura, una cortina se convierte en pared, o en realidad la prolonga y continúa, gracias a que está confeccionada en un género pintado a mano en los mismos colores. Lo estático y lo dinámico confluyen una vez más en este hogar.
En el estudio de Mariana, los protagonistas son una gran biblioteca realizada en madera maciza de ‘peteriby’ con estantes pintados en color ‘layla’, una mesa de MDF del mismo color, y un gran sofá en lienzo teñido. El escritorio es un tablon de lapacho macizo, una madera antigua reciclada sobre la que reposan muestras de nuevos colores y algunas pinturas para nuevas obras o proyectos.
Sueños lúcidos
En la habitación principal se buscó priorizar la vista hacia el afuera, ubicando la cama en el centro del espacio, a modo de cueva, cubierta en gasas. La ropa de cama, el ‘cover’ y los almohadones en terciopelo y el lienzo –todo de Casa Almacén-, transmiten armonía e invitan a la relajación. Para las cortinas se eligieron gasas blancas y lienzos, y para las paredes, el color azul.
Dentro de la habitación reposa un ‘tatami’ para meditar, hecho en arpillera y lienzo. Otra vez, la espiritualidad se vuelve protagonista en esta casa donde la naturaleza se vive aún desde el adentro.
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Arquitecta Mariana Pussacq
www.marianapussacq.com.ar
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Tel.: (011) 155-844-1591, (011) 4871-2404