Camuflada en el paisaje serrano de Alta Gracia, Córdoba, se esconde una casa de campo amable y de materiales nobles, diseñada especialmente para recibir amigos y relajarse.
Txt: Paula Mom
Ph: Gentileza Estudio Shilton – Stefani
“El proyecto empezó cuando nuestro cliente nos llamó para que vayamos a Córdoba a conocer un lugar de golf en las sierras, donde quería hacer una casa. Él nos comentó que quería una galería con casa, para recibir a sus amigos y jugar al golf ”, relata Dick Shilton. “Al principio, la idea nos resultó un poco loca por los 700 km. de distancia que lo separan de su vivienda permanente. Pero después de visitar Potrerillo de Larreta en Alta Gracia, para definir uno de los terrenos que había seleccionado entre varios, pudimos entender que se trataba de una idea más que buena y generosa”, agrega Shilton.
Los arquitectos pusieron en marcha un plan para crear una residencia cómoda, con ambientes amplios y acogedores; que bien reciba visitas, pero que en los cuartos reine el silencio para descansar. Bajo este objetivo crearon esta construcción de formas cuadradas y rectangulares, y de colores terrosos para que se sienta parte del paisaje y no sobresalga de la geografía natural del lugar.
Cálida bienvenida
Desde la fachada se exhiben los materiales que perdurarán en el tiempo sin necesidad de mucho mantenimiento, con revoques texturados en color tierra, con chapas oxidadas y recicladas, piedra y mucha madera.
En esta entrada, bien de campo, se destacan las grandes molduras en las ventanas; pero por sobre todo, la madera, que también hace de contramarco en la puerta, generando un efecto de grandeza en la misma. El piso es de cemento alisado y sobre él se apoyan unos cáctus autóctonos que ya nos sumergen en el paisaje serrano.
En el living reina una atmósfera de gran calidez. Aquí se destacan los grandes ventanales y una garganta en el cielo raso, donde se esconden los rieles de las cortinas, lo cual brinda un efecto visual más cerca del arte que de la arquitectura.
Entre los muebles, el protagónico se lo lleva la enorme biblioteca de madera oscura, que esconde y enmarca un cuadro muy particular: el paisaje cordobés a través del vidrio. La misma biblioteca acoge una apertura que conduce al resto del hogar. Y el corazón de este ambiente está custodiado por dos mesas de cuero viejo, que lo hacen parecer bien antiguo.
Entre otras originalidades de este hogar, vale destacar el toilette con un espejo de piso a cielo raso que le da al ambiente un efecto infinito, de mucha más amplitud. En la mesada, resalta la bacha de bronce, y en los pisos, los calcáreos restaurados de una casa antigua.
Hacia afuera
La galería es, por excelencia, el espacio de reunión en este hogar. Un ambiente con las comodidades de un gran living, pero puertas afuera. Llama la atención aquí, la enorme parrilla de piedra, protegida por una barra que suma detalles en sus molduras de madera. Esta mesada, junto al fuego de fondo y a las sillas de cuero, logran un ambiente súper acogedor, ideal para cualquier celebración.
Tanto en el living como en esta galería reina la doble altura, que amplía las visuales a este panorama de ensueño. El techo es de chapa vieja y reciclada, elemento que automáticamente nos traslada a la campiña. El resto de las mesas y sillones están hechos de madera, al igual que las varias columnas. Y hacia la izquierda de este ambiente se esconde un sendero de piedra que, con el revoque rugoso en color ocre de las paredes, las sillas y mesa de hierro, y el verde de fondo, nos traslada -¿por qué no?- a algún rinconcito de la Toscana italiana.
Perfecta para recibir a familia y amigos, esta casa tiene todas las comodidades de un hotel, pero por sobre todo, la amabilidad del campo, del fuego, de los materiales cálidos. Así, con tintes modernos en el confort, pero bien remitida a las sierras de Córdoba, este hogar se inserta con total armonía a la identidad de este horizonte.