Interiores blancos que potencian la luz del sol, espacios despojados y muebles que escapan a un estilo en particular, hacen de esta casa un hogar atemporal y bien funcional.
Txt: Valentina Caffaratti
Ph: Alejandro Peral
Con el objetivo de cuidar cada detalle, los propietarios contactaron a los arquitectos Adrian Govetto y Lucas Mansilla para que los acompañen en este proyecto desde el primer momento, incluso en la elección del barrio y lote. El Barrio Las Liebres, en Pilar, fue el elegido para construir esta propiedad de 420 metros cuadrados, diseñada y también decorada por dichos arquitectos.
El resultado es una típica casa de ‘country’ pero proyectada a medida de una familia y teniendo muy en cuenta las particularidades del terreno. Los ambientes principales están cuidadosamente cerrados a la calle para ganar privacidad y abiertos al fondo para aprovechar las mejores cualidades de luz y paisaje.
Minimalismo iluminado
La casa posee dos plantas que combinan paredes de un blanco absoluto, grandes ventanales y pisos de pinotea antigua estacionada. En la planta baja se destaca un sofá blanco en forma de “L”, secundado por dos sillones y un hogar que le otorga calidez al ambiente. A pocos metros, el comedor alberga a la ‘vedette’ de la casa: una mesa revestida en lino de Eugenio Aguirre, acompañada por sillas de madera y cuero.
La cocina se integra sin esfuerzos al resto del ambiente mediante tonalidades blancas, negras y color madera. Por su parte, la isla, acompañada por butacas de acero, da un aire cotidiano y descontracturado.
El sector para relajarse es, sin duda, la sala de televisión. La habitación más acogedora de la casa dispone de un gran sofá de cuero marrón y una alfombra gris topo. A su vez, posee un revestimiento acústico de madera y una larga ventana baja permite disfrutar de la vista al jardín al estar sentado.
En la planta alta, se encuentran dos dormitorios en suite: uno para los hijos y el principal con vestidor, para el matrimonio. En ambos el color blanco de sus interiores busca capturar la luz natural. Los arquitectos aseguran que “muchas veces algunos elementos decorativos distraen la atención de la esencia de las cosas, que es lo que más nos interesa percibir en nuestra arquitectura”. Por esta razón, optaron por crear espacios despojados donde las cualidades físicas de cada ambiente, el paso de la luz a lo largo del día y la simbiosis entre espacio y lo que contiene, son la mejor decoración.
Interacción
Uno de los puntos más importantes de la construcción es el énfasis en la relación interior-exterior de los espacios. Un claro ejemplo de ello es la galería semi cubierta que contiene parrilla, barra, comedor y estar; todos comunicados al interior por enormes ventanales corredizos.
También resalta aquí la “construcción” de espacios verdes, como los dos patios de la suite principal a los cuales se abren el baño y el vestidor. Imperceptibles desde el exterior, dan a esos ambientes aire, luz y vegetación.
Para los muros se utilizaron revoques cementicios y acrílicos que se caracterizan por sus variadas texturas y durabilidad. El acompañamiento de piedra le da cualidades cromáticas muy interesantes y transmite sensación de solidez. Por su parte, la piscina alargada acompañada por un jardín grande y simple, le otorgan a esta casa minimalista y luminosa, su marco ideal.