Formas simples, modernismo en su máximo esplendor y el blanco como protagonista son los elementos que caracterizan a este cautivante hogar de 200 metros cubiertos.
Txt: Victoria Zimmermann
Ph: Alejandro Peral
Ubicada en un barrio cerrado de Tigre cercano al Delta, esta casa minimalista y ‘chic’ resalta por la incorporación de un espacio verde para articular sus espacios públicos: el hall de acceso, el estar y la cocina/comedor. Desde el inicio, el hogar fue pensado como un lugar de interacción interior-exterior constante.
Sin embargo, el Estudio Pka -que asumió todos los roles en este proceso: diseño, construcción y dirección de la obra- decidió redoblar la apuesta interactiva rodeando este hogar con un espejo de agua lleno de vegetación acuática y peces. Así, y gracias a la incidencia de la luz solar, se generan reflejos en el interior de manera dinámica y fluctuante.
¿La fórmula para este resultado exitoso? Según Ignacio Pessagno y Lilian Kandus del Estudio Pka, la clave del proyecto fue delimitar los espacios y elegir su correcta orientación optimizando los recursos naturales y tomando el recorrido del sol como activador de los espacios de la vivienda. Además, esto trajo como ventaja la disminución del uso energético en la instalación termomecánica. Por su parte, los espacios semi cubiertos, como la galería -que toma todo el ancho del terreno- y el ‘garage’, protegen las aberturas y la vivienda misma de los rayos directos del sol.
Blanco protagónico
Elegido por transmitir pureza, el blanco se convirtió en el color que predomina en esta casa diseñada en clave racional y sintética. Algunos espacios particulares se pintaron de color gris oscuro para generar contraste. Para los pisos, se colocó un porcelanato italiano simil hormigón que da sensación de armonía y unidad en toda la superficie del hogar.
El ‘toilette’ y el placard de la recepción se revistieron con madera de petiribí, cuya textura y color transmiten calidez. Sin dudas, se trata de una casa gestada en plan ecológico donde reinan los materiales nobles y atemporales.
La calma del verde
Además de elegir un estilo minimalista en el armado de la obra, aquí también se priorizó la funcionalidad, y por eso, los espacios se construyeron para usarse de forma mixta. El estar es también sala de ‘relax’, y para propiciar el descanso se lo integró a un patio interno con vista al jardín y a la pileta. Además, este ambiente está rodeado de un estanque de agua natural que cuenta con una selección de plantas acuáticas de estación y peces. Detrás del hogar, se ubicó un vidrio para favorecer la contemplación del fuego en invierno y no perder las vistas hacia el exterior.
Incorporado a este ambiente, también se ubica el escritorio. La madera de petiribí, que predomina en toda la casa, se hace firme especialmente en este espacio que tiene vista directa y exclusiva al espejo de agua que lo rodea.
Otros espacios que se encuentran integrados son la cocina y el comedor. Elegido como el rincón predilecto para los invitados, este ambiente sigue la línea racional que predomina en la vivienda. La mesada de Silestone blanca, con espesores delicados, cubre la mayor parte de la superficie; y la complementan azulejos trabados del estilo “subte americano” y toques en madera que, junto a los apliques en color cobre, brindan calidez al espacio.
La paz del descanso
Para el dormitorio principal se reservaron las mejores visuales. La rusticidad de la losa de hormigón, el piso de porcelanato simil madera decapada y el BKF de cuero, transmiten la armonía y el ‘confort’ priorizada en todo el interiorismo del proyecto.
El baño principal se encuentra compartimentado en ‘boxes’: uno de inodoro y ‘bidet’, otro de ducha doble y ‘jacuzzi’. Las divisiones fueron generadas por medio de cerramientos vidriados con puertas pivotantes y detalles en acero inoxidable. La mesada, por su parte, es una pieza monolítica de carrara. Las griferías son una línea actual de Hansgrohe, y los muebles, laqueados blancos, están despegados del piso, como levitando. El piso de porcelanato italiano simil madera decapada, favorece la sensación de unidad con los otros ambientes.
Armonioso y geomético, este hogar hace dialogar el afuera con el adentro de manera fluida, ingresando el verde al interior y generando nuevos paisajes. Las transiciones, los reflejos, el sonido del agua, los aromas de la vegetación y las visuales enmarcadas por la naturaleza devuelven la paz, tan necesaria después de una larga jornada laboral.