En el corazón de Recoleta, este departamento de 180 metros cuadrados se transformó con el fin de crear espacios funcionales que inviten al disfrute ¿Lo recorremos?
Txt: Vicky Zimmermann Ph: Gentileza Estudio Gibrat
El Estudio Gibrat fue el elegido para llevar adelante la remodelación. El escenario inicial no era para nada uniforme: pisos distintos en cada ambiente, iluminación disímil, espacios desaprovechados, eran algunos de los aspectos que pedían a gritos ser homologados. Sin embargo, también son estos factores los que vuelven desafiante un proyecto para un estudio de diseño y decoración.
Al inicio de la obra, la distribución del departamento era completamente distinta: los 180 metros cuadrados se repartían entre un living, un comedor, tres dormitorios, dos baños y dos dependencias de servicio. Pero, desde un comienzo se tuvo en claro que el objetivo de la reforma de este hogar era sacar el mayor provecho de la superficie disponible, en función de las necesidades reales de los dueños. De este modo, lo que antes era el living, el comedor y un dormitorio chico, se volvió un todo integrado en el que conviven armoniosamente tanto el living, como el comedor y un área de trabajo. Y, en línea con la optimización de los espacios, dos de las habitaciones existentes fueron ensambladas para conformar el dormitorio principal, al que lo acompañan dos baños, un ‘toilette’, y una habitación de servicio devenida en vestidor que también se incorporó a la ‘suite’.
Una apuesta concreta
Con el objetivo claro en la mira y como primera medida, se decidió unificar los pisos en madera de Patagonia y pintar toda la casa con el mismo color en las paredes: blanco sucio claro. Esto generó una continuidad entre los ambientes perpetuando un estilo que se hace presente en cada sector del hogar. Para la iluminación de las habitaciones se colocaron ‘spots’ embutidos y sin embutir, lo cual aportó un toque moderno al departamento.
El living, por su parte, fue pensado no solo como un área apta para lo social sino también para el ‘relax’. Así, reina triunfal en el centro de la sala, un sofá con funda blanca custodiado por cortinas en Bull blanco. Lo acompañan un sillón antiguo Eames con una banqueta en cuero marrón, un sillón inglés -también antiguo- en cuero y madera, una mesa ratona moderna y una lámpara de pie Art Decó en una esquina. En este espacio, el marrón de los sillones y los pisos convive con los tonos blancos, negros y rojos. Sobre una de las paredes, estantes de madera funcionan como aparadores colgantes en los que reposan algunos elementos decorativos.
En línea con el living, en el comedor también se colocaron estantes de madera lustrada, pero esta vez de forma curva para perpetuar la forma de la casa. Sobre ellos, se exponen numerosos cuadros y estatuas, y en el centro del salón se ubica una mesa inglesa antigua con tapa de mármol negro y sillas de cuero a tono.
El área de trabajo se ambientó con una mesa de tres metros de largo en incienso macizo con patas de hierro negro -Estudio Gibrat- y se la acompañó con un atril antiguo para pintar.
Una idea que resultó muy bien resuelta, fue la de incorporar la cocina a la recepción, unificando pisos, levantando dinteles y sacando las puertas. Aquí el blanco de las alacenas y de los muebles bajo mesada combina con tonos de acero, lo cual le aporta un carácter vanguardista al hogar. Estos elementos, conjugados con los pisos de madera presentes en todo el departamento, logran crear un ambiente cálido y ‘friendly’.
El dormitorio principal es el único que sobrevivió a la reforma, o más bien es el único dormitorio existente luego de la obra. Fue concebido como un doble espacio: sector cama para el descanso, y sala de estar y de relax. La cama Queen de cuero marrón -Estudio Gibrat-, tiene a sus costados dos grandes mesas de noche, y sobre ella reposa un gran espejo redondo con marco lustrado. Aquí también el rojo y el negro dicen presente.
En el sector de estar y ‘relax’ se colocó un televisor de pantalla plana de importantes dimensiones, al que lo acompañan dos sillones antiguos y una mesa de cocina lavada, ambos de May Flower. En este ambiente también se colocaron estantes lustrados como bibliotecas.
Por su parte, los baños se remodelaron todos a nuevo, se revistieron en porcellanato claro, y se colocaron muebles blancos y mármol beige. A ambos se les agregó un jacuzzi, mucha iluminación y toalleros eléctricos.
Presencia de madera y blanco no tan blanco, líneas de diseño modernas que conviven con muebles antiguos, tecnología de vanguardia y elementos clásicos, son algunos de los ingredientes que conforman esta receta del Estudio Gibrat. ¿El resultado? Un lugar donde la estética está al servicio de la funcionalidad y no al revés. Un buen ‘mix’ para todo aquel que goza del buen vivir.