El boom del rosado

Durante muchos años, el vino rosado fue estigmatizado y hasta ninguneado, pero las reglas de juego cambiaron. Hoy los argentinos lo eligen cada vez más y se están multiplicando las opciones. Qué hay detrás de esta tendencia y cuáles son los productos preferidos en el mercado.

Txt:Jazmín Bronstein Ph:Gentileza marcas y Unsplash

 

Se decía que eran vinos de verano o solo para mujeres. Incluso, se hablaba de ellos como bebidas de menor calidad o mal gusto. ¡Ya no hay lugar para estos prejuicios! Ahora el ‘rosé’ ganó un espacio importante en el universo de la enología.

“Hasta hace algunos años, los rosados no eran considerados vinos ‘serios’, además de ser criticados por su calidad. Sin embargo, hoy los vinos rosados argentinos están siguiendo la línea de los famosos y delicados ‘rosé’ de la Provence”, señala Marisol de la Fuente, docente y sommelier.

Los ‘rosé’ de la Provence son furor en distintas partes del planeta. Se trata de una reconocida región del sur de Francia que se consagró, desde hace un tiempo, como la cuna de los rosados más prestigiosos, con un estilo fresco y audaz.

Gabriel Dvoskin, pequeño productor de El Cepillo, en el Valle de Uco (Mendoza), y experto en vinos del frío, cuenta que el universo del rosado en el mundo estuvo siempre marcado por vinos del año estilo Provence, frescos, “pileteros” (como se les dice a veces, para referir que son ligeros y livianos).

“Lo que empezamos a ver es una especie de nueva alma para el rosado. Mayor fineza, algo más de boca, colores más intensos, en algunos casos con infusiones como el Pintom Subversivo, que busca -justamente- crear un equilibrio entre la frescura, la fruta, la acidez y el carácter”,destaca.

Lo interesante es que hoy se llega al producto buscando el viñedo, el punto de cosecha y la vinificación específica, a diferencia de algunos rosados del pasado que se gestaban desde algún descarte o desde una cosecha genérica.

“Los rosados han sido difíciles de vender porque el estilo producido tradicionalmente ha sido como un subproducto del vino tinto en forma de sangría”, advierte el especialista José Lovaglio, hijo de la reconocida enóloga argentina Susana Balbo, fundadora de Susana Balbo Wines, en el corazón de Luján de Cuyo, Mendoza.

Nuevas opciones

Marisol cuenta que hasta las líneas de alta gama han lanzado varias opciones de rosado y que su consumo aumentó notoriamente de la mano de mayor información y de la desmitificación de ciertas creencias que lo asociaban con vinos dulces y de poco valor enológico. “Hay más información acerca del vino en general y de los rosados en particular, que permite al consumidor identificar estilos y calidades”,agrega.

Para José, hay un mundo de rosados sofisticados, donde la uva se cosecha específicamente para el propósito de hacer rosado y que poseen una complejidad mayor: “El Susana Balbo Signature Rosé del Valle de Uco busca ser la referencia de esa nueva categoría de rosados para Argentina”.

Se están acercando, incluso, los consumidores más jóvenes, que buscan productos frescos y delicados, además de innovación. Actualmente, es posible encontrar rosados en el mercado no sólo de Malbec, sino de cepas como Cabernet Franc, Merlot, Cabernet Sauvignon, Pinot Gris, entre otras, que ofrecen más opciones al momento de elegir. A las variedades, además, se suma la posibilidad de encontrar rosados de distintas provincias vitivinícolas como Salta, Mendoza y Río Negro, entre otras.

 

¿Por qué lo eligen?

Para Marisol, los consumidores de vino rosado destacan su flexibilidad y capacidad de adaptación. “Quien lo elige -señala- sabe que sus características podrán acompañar bien una picada variada, como un plato más elaborado y que todos los comensales encontrarán algún punto de destaque para esta opción”.

Según esta sommelier, el vino rosado es atractivo porque combina la delicadeza y frescura del blanco con las notas de frutas rojas de un tinto, tanto en color como en aromas y sabores. Es por esto que cada vez más es el elegido para acompañar las comidas, porque responde a diversos paladares e incluso puede llegar a ser el maridaje ideal para un tradicional asado argentino.

Además, destaca que hay rosados intensos con volumen y cuerpo para los que buscan un vino más presente en su comida, y hasta rosados delicados y florales de alta sofisticación, para quienes disfrutan de los sabores más sutiles.

“El amante del vino rosado busca llevar elegancia en la bebida y un toque de picardía y sutileza en la copa, por eso hoy ya no podemos decir que se trata de una bebida femenina, dado que el abanico de opciones ha crecido con ejemplares para todos los gustos”, cierra Sol.

Por su parte, Lorena, politóloga de 37 años y amante del vino, cuenta que para ella los rosados tienen esa elegancia y levedad que en general se le atribuye a los blancos, pero también cuerpo, presencia y carácter. “Hay un renacer de los rosados que tiene que ver, precisamente, con la perfección que en los últimos años ganó gracias a muchas y muy buenas bodegas que se zambulleron en esa búsqueda”,reflexiona.

Gabriel Dvoskin cuenta que ahora el consumidor puede encontrar vinos rosados con muchos atributos y en gamas medias y altas, con posibilidades de maridaje y más elegancia. “Lo interesante es que esta movida también la vemos en muchos lugares del mundo”, remarca.

Fiebre rosa

El mercado tiene múltiples opciones disponibles, para todos los gustos. La innovación llegó incluso hasta los tapones: ya no son solo de corcho natural. Los hay con tapa a rosca y hasta algunas botellas exclusivas presentan tapones de vidrio.

El Valle de Uco, en Mendoza, es uno de los lugares preferidos para cosechar vino rosado en la Argentina. El Andeluna Rosé de Malbec proviene de ahí, del viñedo de Andeluna en Gualtallary. ¿Cuál es su secreto? Sus productores capturan los aromas y sabores del Malbec al prensar las uvas tan pronto como llegan del viñedo. Para los más sofisticados, está el Susana Balbo Signature Rosé, con un aroma especial a base de frutos rojos combinados con notas florales y cítricas.

La Patagonia también tiene su encanto y eso lo sabe a la perfección la Familia Schroeder, que presentó una nueva etiqueta de su línea de varietales jóvenes: Saurus Pinot Noir Rosé 2018. Se trata de un vino elaborado con uvas provenientes de fincas propias en el valle patagónico de San Patricio del Chañar, a 39º de Latitud Sur, una de las zonas vitivinícolas más australes del mundo, en la provincia de Neuquén.

Los vinos Chakana Nunca Rosé y el Rosé 2018, de Viña Las Perdices, son otros de los más elegidos. Tienen la particularidad de compartir origen: Luján de Cuyo, Mendoza. “Los vinos rosados han tomado un protagonismo especial, es una categoría en sí misma, por eso Rosé es una apuesta a tener un rosado de alta gama, de color sutil, fresco, frutal y equilibrada acidez, del estilo Provence”, comenta el Ing. Juan Carlos Muñoz, WineMaker de Viña Las Perdices.

La fiebre rosa ya es un hecho y hay vino rosado para todos. ¿Qué estás esperando para levantar tu copa? ¡Salud!

 

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