Familia y escuela, socios estratégicos a la hora de educar

Cada vez son más las familias que se comprometen con las instituciones educativas, no solo para hablar sobre temas de rendimiento escolar, sino para trabajar junto a los educadores a través de ideas y propuestas que permitan el desarrollo integral de los chicos en los colegios.

Txt: Melisa Rombaldoni

 

La realidad actual de nuestro país, que tanta acción exige en temas como pobreza, inflación e inseguridad, parece haber relegado la educación a un lugar secundario en la agenda de los funcionarios públicos. Un claro reflejo de esto es la evaluación PISA 2012, un estudio internacional que se realiza cada tres años y que mide los logros educativos de alumnos de 15 años.

En los resultados del año 2012, en el cual la temática relevada fue matemáticas, Argentina obtuvo el puesto 59 entre los 65 países participantes, y el sexto lugar entre los ocho latinoamericanos. Esto es un dato no menor, considerando que nuestro país durante muchos años se ubicó entre los mejores de Latinoamérica. Más allá de los índices alarmantes, los tiempos vigentes demandan una participación más activa, no solo de los dirigentes políticos, sino también de las familias y escuelas. Por esta razón, varias instituciones educativas ya se han puesto en acción, abriendo sus puertas y permitiendo la participación de los padres en dinámicas y encuentros que favorezcan e impulsen el rendimiento escolar.

Creando comunidad

Tradicionalmente la responsabilidad sobre el rendimiento escolar de los chicos siempre estuvo adjudicada a los colegios y las madres. En la actualidad vivimos una realidad muy diferente, pues son muchas las familias en donde ambos padres pasan largas jornadas fuera de casa.

Según Eduardo Cazenave, Rector General en Colegio San Juan el Precursor, “antiguamente la madre se quedaba en casa y el padre salía a trabajar”. Esto cambió radicalmente y llevó a que ambos padres quieran estar más al tanto sobre lo que ocurre con sus hijos en el colegio. Y agrega, “hoy las familias se acercan más a los colegios, tienen más preguntas”; lo cual exige una mayor apertura por parte de instituciones educativas.

Para Adrián Dall’Asta, creador de la Fundación PADRES -una organización que acompaña a las familias en la formación de sus hijos-, “es muy importante que los padres colaboren en el colegio ya que ambos, familia y escuela, son socios naturales en la educación de los alumnos”.

Marcela Zimmermann es directora en Argentina de Protege tu Corazón, una organización que busca formar adolescentes “capaces de cultivar el amor verdadero, base de matrimonios sólidos y felices en el futuro”, y que brinda servicios a los colegios a través de talleres para alumnos de primaria, secundaria y preparatoria con continuidad anual, así como también talleres para padres, entre otros proyectos. Pedimos también su opinión y ella nos comentó, “los padres son los primeros educadores y si están en sintonía con los docentes esto va a colaborar a que los chicos tengan más claras sus ideas”.

Pero más allá de estar alineados con las escuelas, seguramente se preguntarán también, ¿qué implica realmente esta cooperación familias-colegio? Según Dall´Asta, “se entiende por colaboración que los padres acompañen las propuestas educativas que oportunamente eligieron y confíen en la educación y en los maestros de las instituciones. También es muy importante y forma parte de la colaboración, acompañar los proyectos educativos que el colegio plantee como sus actividades extra curriculares”.

La hora de los límites

A la hora de trabajar en conjunto, tanto padres como colegios, deben tener bien en claro cual es su función y lo que se espera de ellos, para así evitar cualquier conflicto. Eduardo Cazenave dice que lo que se busca son familias comprometidas, “buscamos padres activos”. Pero a su vez, aclara que hay que trabajar en conjunto con el colegio pero cada uno desde su lugar y cumpliendo su rol.

También, remarca: “las decisiones en cuanto al proyecto educativo deben estar en manos de los profesores y el equipo directivo”. Adrián Dall´Asta agrega por su parte, “de los padres se debe esperar que sean complementarios en esta necesaria sociedad que conforman porque los únicos beneficiados y perjudicados son los chicos”.

En cuanto a los temas que deberían quedar en manos de los directivos del colegio, “lo que seguramente no le corresponde a los padres es la intervención directa o indirecta en áreas propias del colegio, como por ejemplo contenidos de la currícula escolar, o aspectos del PEI (proyecto educativo institucional), que cada institución lo llevará adelante como crea conveniente. Los padres nunca deben desautorizar a los maestros o directivos, como tampoco deben entrometerse en las cuestiones profesionales como corregir una nota de un docente en un cuaderno, o indicar como debe actuar adentro de un aula”, opina Dall´Asta. Marcela Zimmermann coincide, “no es tarea de los padres involucrarse en el ideario educativo, hay que confiar en el establecimiento elegido”.

 

Talleres de padres: una red de apoyo y contención

Una de las formas de involucrarse como familias dentro de las instituciones es a través de los talleres de padres, estos “son encuentros formativos alrededor de una temática particular o específica, que permite que las familias puedan conocerse más”, explica Cazenave.

Para Zimmermann más allá de todas estas iniciativas, el colegio hoy tiene una tarea adicional, que es la de formar a los padres: “Los padres llegan a los establecimientos educativos con las mismas carencias que un adolescente, por eso es importante darles pautas claras para que puedan desenvolverse mejor”, y agrega: “muchas veces lo formás al padre desde el hijo”.

Según las palabras de Adrián Dall’Asta, “estos encuentros son actividades formativas complementarias que permiten mayores herramientas educativas para los chicos, según las temáticas y las problemáticas que surjan en cada institución”.

También existe otro rol central, en línea con el trabajo de los talleres, que es el de las madres o padres delegados por curso. Marcela Zimmermann opina que es clave que haya por curso tres padres o madres que se hagan cargo de los papás, de las inquietudes que surjan, que puedan acompañarlos en situaciones familiares complejas o bien que promuevan actividades para conocer a las familias. “Por lo general, son cosas que se le adjudican al colegio cuando no es su tarea principal”, resalta Marcela.

Otra figura que agrega la Directora de Protege tu Corazón es la del tutor, por ejemplo, un profesor que pueda hacerse cargo de un grupo de alumnos y acompañarlos tanto académica como emocionalmente: “Hoy en día entre el 50 y 80% de las familias son ensambladas”, lo cual puede traer aparejado, en algunos casos, problemáticas familiares. Por eso es importante acompañar a los chicos desde todos los ámbitos para que su rendimiento escolar se vea favorecido. Por su parte, Cazenave indica que el tema de los padres delegados de curso tiene que ver con “facilitar la comunicación entre el colegio y la familia, funcionar como una especie de nexo entre ambos”.

En cuanto a la aplicación de este sistema de talleres o madres delegadas, en la región y el mundo, Dall’Asta comenta que se aplica en EEUU y en España. “También se utiliza en México, Chile y Brasil, entre otros, generalmente países de Latinoamérica”. Según Marcela el tema de madres delegadas en la Argentina se usa muy poco. “Habría que ponerlo de moda”, remarca.

 

Todo pareciera indicar que los chicos necesitan más que nunca padres involucrados y alineados con los establecimientos educativos. Estas propuestas están dando sus primeros pasos en el país y aún queda mucho por hacer; por eso es muy importante reunirse entre padres para lograr un mayor impulso de estas iniciativas. Para finalizar Adrian Dall’Asta agrega: “Los padres deben participar como socios complementarios de la educación y aportar positivamente al desarrollo escolar de sus hijos. En este sentido deben participar desde el primer día de clases”.

 

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Adrián Dall’Asta

Lic. Adrián Dall’Asta tiene 4 hijos y es el fundador de la Fundación PADRES, además de ser Licenciado en Cs. Sociales y Humanidades de la UNQ y Orientador Familiar por el Instituto de Familia de la Universidad de Navarra. Trabajó más de 15 años en la docencia secundaria como coordinador de ciclo. Actualmente es miembro del Consejo de la Fundación y conferencista especializado en temas de familia. En su actividad profesional se desarrolla además como director de nuevos negocios de la agencia de publicidad Linck&Linck.

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