La educadora india Kiran Bir Sethi está convencida de que los chicos despliegan todo su potencial cuando son escuchados por los adultos y sus inquietudes son consideradas. Por eso, diseñó un método basado en la empatía que enseña a los niños el superpoder del “yo puedo” para combatir sus problemas cotidianos.
Txt: Catalina Pelman Ph: Gentileza Design for Change
En la escuela, los chicos aprenden a decir ‘no puedo’ durante unos quince años seguidos. Se les pide que escuchen en silencio a los profesores, que se queden sentados en sus bancos, que repitan lecciones de memoria. La escuela no enseña a compartir ni a ponerse en el lugar de otro, sino a competir: se trata de quién termina primero una tarea o quién saca mejor calificación en un examen. Se los prepara para convertirse en los hombres del futuro, pero se olvida a los niños del presente.
Cansada de ver estas situaciones repetidas en los colegios y decidida a cambiar la forma en que su hijo aprendería, Kiran Bir Sethi abandonó el diseño de restaurantes, entidades corporativas y parques temáticos para fundar Riverside School en su casa y crear el programa Design for Change. Su objetivo es demostrarle a cada niño que sí puede, que tiene el potencial para cambiar hoy mismo el mundo que lo rodea: solo es cuestión de poner manos a la obra. “Se les dice a los niños que son el futuro, que un día serán mayores y harán del mundo un lugar mejor. Pero ellos son el presente, el ahora”, explica Kiran.
Ella rediseñó la educación para alimentar la curiosidad y la creatividad de los estudiantes, desarrollar la excelencia académica y favorecer la interdependencia de los actores en la comunidad educativa con el fin de producir un impacto positivo a nivel local. Su visión innovadora la transformó de simple maestra a líder de pensamiento y referente de toda una generación de docentes que está convencida de que hay mejores maneras de enseñar.
Diseñar el cambio
Kiran Bir Sethi estudió Diseño y recién en esas aulas universitarias sintió lo que era ser escuchada por un profesor. Fue mamá a los 26 años y todo cambió cuando su hijo entró a la escuela. Conversando con una maestra se dio cuenta de que allí no entendían quién era ni qué cosas le gustaban, y se propuso emprender ese cambio que quería ver en el mundo. “Podría haberlo cambiado de colegio y nada más”, recuerda. Pero no solo lo sacó de la escuela ese mismo día, sino que ella misma abrió una en su propia casa con el desafío de que “cada niño fuese capaz de decir ‘yo puedo’, de tener una historia y un nombre”.
Después de crear Riverside School fundó Design for Change, un movimiento que trasciende barreras lingüísticas, sociales y culturales, que ya está presente en sesenta y seis países. Kiran Bir Sethi asegura que “la capacidad de empatía es lo que hace única a nuestra especie”, pero que es necesario practicar esa habilidad de la misma forma que se entrenan los músculos en un gimnasio.
El método de Design For Change funciona como una receta que hay que seguir con atención. Conocida por su sigla en inglés, FIDS ‘for kids’ se basa en cuatro pasos simples: siente, imagina, actúa y comparte. En primer lugar, se pregunta a los niños qué temas les preocupan, qué les gusta, a qué le temen. Y se los escucha atentamente, porque ese es el primer paso para mostrarle a un niño que su opinión es valiosa y respetada. Es decir, se apunta a la empatía. Luego, se les pide que imaginen cómo cambiarían las cosas, cómo sería la situación ideal, fortaleciendo las habilidades creativas para la resolución de conflictos. Finalmente se les pide que pongan en práctica esa idea, que pongan en juego su voluntad, la gestión del tiempo, los roles y las responsabilidades. Y por último, lo más importante para Kiran Bir Sethi es compartir con otros la experiencia para mostrar lo que todos los niños son capaces de lograr.
Cada niño importa
Como movimiento, Design for Change es agnóstico de causa, cultura, religión, idioma, género y edad. Optimistas de pies a cabeza, aquellos que lo ponen en práctica buscan contagiar a cada niño con el poder del “yo puedo” porque están convencidos de que el mundo puede ser un lugar mejor y que el cambio es posible, principalmente, si lo llevan adelante los niños. No se trata de esperar a que sean mayores de edad, más fuertes o más ricos para ejecutar transformaciones a escala. Por el contrario, los niños pueden impulsar cambios significativos en sus comunidades hoy mismo. Lo importante es que ellos sean escuchados, que trabajen en temas de su interés y que sean protagonistas en la puesta en marcha de sus propias propuestas de acción.
Con este método, es posible adquirir herramientas indispensables para desenvolverse en el siglo XXI y habilidades para el mundo del trabajo. Además, se fortalecen las competencias sociales y emocionales, que son fundamentales para mejorar las relaciones entre pares; y según las propias evaluaciones, está comprobado
que esta metodología mejora el rendimiento escolar en alrededor de un 30%.
Por otro lado, es un instrumento que permite conocer mejor cuáles son las inquietudes de los estudiantes y esbozar medidas para abordarlas. Los estudios del movimiento creado por Kiran Bir Sethi descubrieron que lo que más preocupa a los niños de todo el mundo es el acoso escolar. Ellos tienen miedo en el transporte hacia la escuela, en los baños, los pasillos y los patios de recreo. Sin embargo, el colegio solo está para enseñar a calcular, leer y escribir bien. Por eso, en Design for Change están convencidos de que hay mucho que cambiar, incluso el diseño de los edificios. Por ejemplo, en Riverside School no hay sala de profesores, no hay despacho del director, no hay paredes entre niños y adultos.
Una caja de herramientas
Design for Change, con su enfoque centrado en el usuario, ha desarrollado una gran cantidad de material para apoyar la formación de los docentes interesados en el método y ayudarlos a diseñar sus clases. Lo novedoso es que ese mismo contenido también puede ser utilizado por aquellos padres que quieran incentivar debates y compartir con sus hijos actividades que fomenten el desarrollo de la empatía y la creatividad.
Estos superhéroes necesitan que sus maestros les proporcionen herramientas y un marco adecuado para poder transformar su entorno. Para eso, Design for Change creó la ‘super box’, que contiene diferentes instrumentos basados en la metodología FIDS y las historias de cambio que la organización registra sobre los estudiantes. De esta forma, pone al alcance de docentes y familias una serie de recursos en su página web, como material bibliográfico, presentaciones interactivas, un mazo de cartas para impulsar el pensamiento crítico y la creatividad, juegos de mesa, posters, stickers y libros de cómics.
Si bien estos recursos están disponibles solo en inglés y algunos de ellos son pagos, funcionan perfectamente como disparadores para repensar la práctica docente y comenzar un nuevo camino dentro del aula. Cada propuesta se puede ajustar a los estándares de contenido, y permite enseñar las habilidades del siglo XXI y compartir los resultados con especialistas del programa.
Entre las numerosas propuestas, se destacan los posters gratuitos que se pueden descargar e imprimir para abordar en clase temas complejos, como el empoderamiento femenino, el bullying, la seguridad personal, la preservación de la cultura, el cuidado de los animales y del ambiente, la asistencia a los mayores, y la inclusión. Por otro lado, los planes de lecciones ‘I Can’ ofrecen un amplio menú de posibilidades para implementar en clase proyectos del “mundo real”.
Como afirma Kiran Bir Sethi, no se trata de tirar todo abajo y hacerlo de nuevo; tampoco de implementarlo todo, ni de un día para el otro. Sethi asegura que se puede comenzar modificando el diseño curricular de una asignatura, ofreciendo capacitaciones a los profesores o fomentando la participación de los padres. Pero una vez que ese pequeño objetivo inicial se logra, la inspiración es tan grande que no se puede detener.
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