Visitar restaurantes en el medio de la nada es un lujo exclusivo que sólo algunos ‘bon vivants’ se permiten. Aquí, un repaso por algunos restaurantes remotos que bien valen el viaje.
Txt: Carolina Enz
Ph: Gentileza de The Rock, Fäviken, The Three Chimneys & Huashan Teahouse.
Los hermanos Michelin tenían una gomería. Como recurso de marketing impulsaron una novedosa guía que indicaba la locación de bares y estaciones de servicio donde parar a comer en el camino. Luego, vieron que el potencial de la guía iba más allá e incluyeron restaurantes incorporando un sistema de puntuación con estrellas para calificar la comida, el lugar y el servicio, comenzando a perfilar así la reconocidísima guía.
Los hermanos se tomaron esta molestia con el objetivo de que la gente se trasladara en sus automóviles para ir a comer a ciertos restaurantes y como consecuencia, consumiera sus productos.
Ese fue el gran puntapié para el turismo gastronómico. De a poco, viajar para comer se fue convirtiendo en una realidad indiscutible: un auténtico amante de la gastronomía, hoy no dudaría dos veces en realizar un tour o viaje gastronómico. Y aunque para algunas asociaciones que retoman el legado de Gault y Millau, padres de la crítica gastronómica, se debería evaluar cada lugar por la excelencia de sus platos y no por el ambiente y el servicio que lo condicionan, los clientes buscan cada vez más una experiencia conjunta que reúna excelencia de la oferta gastronómica, de servicio y de ambientación. En otras palabras, hacer que el viaje valga la pena.
Fäviken Magasinet
Situado en Järpen, Suecia, en medio de la naturaleza silvestre se encuentra Fäviken Magasinet, donde el chef ejecutivo, Magnus Nilsson sorprende con un exótico menú de trece pasos.
La locación requiere que el comensal se embarque en un viaje: puede llegar en auto, tomar un tren desde Estocolmo o un vuelo rápido a Östersund y luego trasladarse una hora y media en auto hasta el lugar.
Este restaurante, extremadamente alejado de todo, rodeado por condiciones climáticas hostiles, pisa fuerte por ser ejemplo en su estricto régimen de utilización de productos locales. Por eso, su chef aprovecha los pocos meses al año en que se pueden cosechar alimentos y luego experimenta con distintas formas de conservación.
Fäviken ocupa el puesto 34 entre los 50 mejores restaurantes del mundo según la renombrada revista británica Restaurant’s Coveted, en la que los críticos escribieron: “¿Es este, acaso, el restaurante más remoto e increíble sobre la faz de la tierra?”.
El joven chef, Magnus, de 28 años, lleva el fervor por lo local hacia el extremo, resaltando los productos de granja, la caza, el forraje subacuático y las tradiciones con una sólida base de conocimientos, un giro de osadía, creatividad y algo de capricho que resultan en un cóctel imperdible.
The Three Chimneys
Desde que abrió sus puertas en 1985, The Three Chimneys abrazó su ubicación remota para crear una experiencia única. Está situado al lado del mar en la isla de Syke en Escocia y la propuesta del restaurante se complementa con el alojamiento de alta calidad en la casa de al lado.
Llegar aquí es una travesía en si misma. El aeropuerto más cercano queda en Inverness, y desde allí se puede llegar en auto (3 horas de viaje). También se puede manejar desde Glasgow o Edimburgo (6 horas) y tomar un ferry hasta la isla. Sin embargo, el traslado y sus escalas lo valen: por un lado, el paisaje por la ventanilla es maravilloso, y por el otro, allí, su chef ejecutivo Scott Davis sirve comida fresca y local, creando platos que reflejan la herencia culinaria tradicional de Escocia y la calidad de sus ingredientes.
“Creemos que nuestra capacidad de ofrecer platos de gran calidad permite que nuestros huéspedes se sientan en armonía con el impresionante paisaje de Skye”, aclama el sitio oficial del restaurante, que cuenta con tres menúes: almuerzo, cena y uno especial que abarca los frutos de mar. “Todos reflejan la variedad de la despensa natural de la tierra y el mar de Skye. Esto es de suma importancia para nuestra ética de negocios y siempre lo ha sido desde que Eddie y Shirley Lanza abrieron el restaurante en 1985”, aclaran desde The Three Chimeneys.
Los platos se destacan tanto por la excepcional calidad, la procedencia y frescura estacional de los ingredientes locales, como por la creatividad al momento de cocinar. Los más destacados son: Fruits de Mer de la costa oeste con Glendale Orgánica Mesclun, la parrilla Loch Dunvegan de langostinos y salsa de azafrán, y las degustaciones de queso esocés. Y para completar la sobremesa, claro, un whisky regional de calidad.
The Rock
Situado sobre una roca en el medio del Océano Índico, su nombre hace honor a su fisionomía. Se trata de un restaurante exclusivo, fundado en 2010, que en muy poco tiempo se convirtió en uno de los íconos de la costa de Zanzíbar, Tanzania.
Está anclado en el mar frente a la playa Michanvi Pingwe, donde antes funcionaba un puesto de pescadores. Luego se reformó y se redecoró inspirado en el estilo local. Aquí, el lujo está dado por la vista privilegiada y por la experiencia ofrecida.
Los comensales pueden llegar al restaurante a pie desde el pueblo más cercano (a 30 minutos de caminata) si la marea está baja, o en barco con la marea alta, no sin antes darse un chapuzón.
The Rock se especializa en mariscos y sirve hasta 12 mesas, todas con vista al mar y la costa; además cuenta con una terraza de vistas panorámicas que funciona como recepción de los invitados, y que también se puede reservar para disfrutar de una velada romántica más íntima bajo el cielo africano.
¿Las delicias recomendadas? El Carpaccio de Pescado, servido con en salsa cremosa de frutos locales, lima y oliva, y la Parrillada de Mariscos The Rock, que trae langosta, cangrejo, filet de pescado fresco y calamares grillados. Ambos platos son ideales para acompañar con las variedades de vino Rosé, Chardonnay y hasta Merlot suave, que se ofrecen en la carta.
Huashan Casa de Té
A veces, hasta una taza de té puede valer el viaje, o al menos así lo constatan cientos de sommeliers que lo catalogaron como la mejor casa de té de China.
A 2160 metros de altura, en la cima más meridional de China, en el Monte Hua, se encuentra la Huashan Casa de Té, el templo budista y taoísta que ofrece esta bebida milenaria a quienes se atrevan a ir a buscarlo.
El viaje gastronómico comienza en las “Escaleras Celestiales”, un largo sendero de escalones de piedra sobre la montaña. Este tramo del viaje ni se compara con el que le sigue: una finísima cornisa hecha de tablones que amenazan con quebrarse a cientos de kilómetros del suelo y unas escaleras desgastadas por el tiempo.
Sin dudas, la casa de té en esta cima es un periplo gourmet que vierte adrenalina en las venas. Después de la travesía, lo mínimo que pueden darte es el mejor té del mundo.
En Argentina: La Mesita de Almanza
A nivel nacional, una de las propuestas más valiosas es la de La Mesita de Almanza, atendida por sus dueños Lito y Lorena en Tierra del Fuego. Allí se trata de dejarse llevar por el placer del entorno, de los aromas y sabores de la comida y de, simplemente, disfrutar una típica comida argentina en el fin del mundo.
El restaurante, con capacidad para 12 cubiertos, se encuentra en la localidad de Puerto Almanza, a 70 kms de Ushuaia en dirección a la Estancia Harberton y cuenta con una excepcional vista al canal Beagle.
El establecimiento sólo abre durante los fines de semana y requiere de reserva previa, pero vale la molestia por sus platos imperdibles como el volcán de centolla, la cazuela de mariscos y la merluza negra.
Dentro o fuera del país, se trata de restaurantes remotos, dignos de ser visitados y de platos merecedores de un bocado. Un viaje gastronómico siempre es una buena excusa para cultivar alma, mente y paladar.