Una charla distendida con Nicko Nogues, el publicista español que dejó su trabajo corporativo en busca de un karma mejor. Hace ya once años, fundó Miracle, la primera “Agencia de Bondad” del mundo. Pero lo que lo trae a escena hoy, es un proyecto a través del cual, miles de personas cambiaron algunos hábitos y se empezaron a preocupar por los demás.
Txt.: María Clara Mayer Ph: Gentileza Nicko Nogues
En un mundo que muchas veces se torna egoísta y desinteresado, en un ámbito bastante frívolo como es el de la publicidad, surgió una persona que dijo: “Basta, algo tiene que cambiar”. Esa persona se llama Nicko Nogues, y es un joven catalán que, bajo una idea simple y poderosa, logró que miles de personas empiecen a mirar el bien común y se preocupen por el otro. A través de pequeñas acciones, como regalar flores o donar sangre, contagió el interés por los demás ciudadanos e hizo que se involucren en la creación de un mundo distinto.
Nogues empezó su carrera trabajando para agencias multinacionales en España, Suecia, Estados Unidos y Mexico, como Director Creativo y Director General Creativo para Nike, Coca-Cola, Cruz Roja y Audi, entre otras. Fue profesor de la Miami Ad School Mexico, la Universidad de Barcelona y el Instituto Europeo de Design. También dio varias conferencias a nivel internacional sobre creatividad e innovación social, entre las que se destacan tres charlas TED’X. En Enero de 2014 renunció a su cargo como Director General Creativo en Flock para fundar MIRACLE, la primera “Agencia de Bondad” del mundo, que continua con su ideología de: “Hacer is the new decir” (hacer es el nuevo decir).
Su reciente proyecto se llama Humanity#21días de bondad, y consiste en un “entrenamiento intensivo” que se puede bajar a la computadora o a distintos dispositivos electrónicos. Durante 21 días –“tiempo que se requiere para incorporar un hábito nuevo”, dice Nogues- hay que cumplir distintos desafíos con el fin de ayudar o interesarse por los demás. Por ejemplo: enseñar algo a alguien, dar el doble de propina o regalar algo que no uses. El objetivo: mejorar el propio karma y contagiar el cambio en derredor.
El programa ha sido un éxito a nivel global. En menos de dos meses, más de 39.500 personas descargaron el proyecto desde lugares como España, México, Costa Rica, Colombia, República Dominicana, Venezuela, Perú y Brasil. Incluso una conocida marca de bebida gaseosa se sumó a la campaña a través de una publicidad. Escuelas y universidades lo han comenzado a incluir en su curríucula, también psicólogos lo han recomendado. Muchos medios han levantado la noticia y comenzado a expandir el mensaje: “Es posible salir de la zona de confort e involucrarse en el cambio para un mundo mejor”.
¿Qué son los activismos creativos?
Son mi manera de entender la creatividad y por ende, el futuro de mi profesión (publicista). Consisten en detectar un problema y pensar una solución en forma de idea creativa que sea relevante para mucha gente, de manera que se sientan inspirados hasta el punto de querer involucrarse y formar parte de la solución al problema del cual partía. Una vez que detecto el problema y pienso la solución creativa, viene la parte más importante: hacerla.
¿Cómo surgió la idea de hacer Humanity #21DiasdeBondad?
Surge de un problema relacionado con aquellos que vivimos en grandes ciudades donde, si te descuidas, lo único que te acaba importando eres tú mismo. Si a eso le sumamos que ya existen muchos programas para cuidar tu cuerpo y tu ego, me pareció sano crear una contrapartida en forma de entrenamiento intensivo donde durante 21 días no te preocuparas tanto por ti y por tus kilos, sino un poco más por los demás. Los objetivos tienen distintos niveles de dificultad para que cada día que pase te vayas implicando más.
¿Qué experiencias disfrutaste más de Humanity y cuales te costaron?
Ayudar a alguien a encontrar trabajo fue una de las que más me reconfortó. También regalar flores porque sí, donar un día de mi salario y dar algo que ya no utilizara. Me sorprendió mucho lo que me costó regalar mi bicicleta. Los primeros intentos fueron fallidos, porque las personas a las que se las ofrecía simplemente no entendían que se las regalase porque sí y eso les generaba mucha desconfianza. Me hizo pensar lo muy acostumbrados que estamos a que alguien nos pueda hacer alguna mala jugada porque sí, e incluso damos por sentando que eso alguna vez nos va a pasar. Nos sorprende de sobre manera todo lo contrario, es decir, que alguien haga algo bueno y desinteresado por nosotros porque sí y sin esperar nada a cambio. ¡Ah! Al final, después de varios intentos logré regalar mi bici.
¿Cómo fue la recepción de este proyecto?
La verdad es que Humanity ha sido un proyecto muy bien recibido. Actualmente hay personas de más de 35 países que están haciendo sus #21Díasdebondad y compartiendo sus progresos en sus redes sociales, 20 centros educativos entre colegios y universidades lo están implementando como parte de su contenido extra escolar y hay psicólogos que lo recomiendan a sus pacientes como parte de una terapia alternativa. Me emocionó enterarme que una madre lo estaba haciendo con su hijo pequeño de 8 años. También gente me cuenta que encontraron esto en un momento difícil de su vida y les ayudó a poner el foco. Es increíble saber que hay más de 130.000 #21DíasdeBondad pues son más de 130.000 personas las que lo están implementado.
¿Qué es Miracle?
Es mi proyecto empresarial, que fundé hace casi un año, después de 11 años en publicidad. Miracle es la primera agencia de Bondad del Mundo, una boutique creativa enfocada en ayudar a las grandes marcas a dejar de decir lo buenas que son y empezar a demostrarlo. En Miracle tenemos dos tipos de proyectos, los que están apoyados por marcas y los que apoyan directamente las personas. Hemos trabajado con Coca-Cola, Infinitum o Banamex por el lado de las marcas, y por la parte de la gente, hay más de 85.000 personas que están haciendo pequeños milagros a través de la página web.
Introspección y proyección
¿Qué cambios notaste en vos a partir de los activismos creativos?
Sin duda, cada uno de mis activismos creativos ha ido moldeando y cambiando mi manera de entender el mundo que me rodea. Desde hace algún tiempo promulgo la “Revolución Individual” como la revolución de este siglo, algo que consiste básicamente en dejar de quejarnos tanto y en llevar la indignación y la protesta al siguiente nivel, porque solucionas algo o te quejas menos. Tal y como lo veo, vivimos una oportunidad única de reescribir la historia, cambiar un paradigma y ser motores pro activos de ese cambio.
¿Creés que las relaciones humanas son más difíciles ahora o gracias a las redes sociales son mejores?
Creo que las relaciones humanas siempre han sido complejas antes de Internet, y lo seguirán siendo mucho después de lo que sea que venga luego. Precisamente, en eso radica la belleza de las mismas. Encontrar la simplicidad de la vida es el objetivo de casi todos, y eso empieza por la relación que tienes contigo mismo y a partir de allí, respecto a los demás. En eso consiste la revolución individual de la que te hablaba antes, y creo que Internet lo que hace es amplificar el volumen y la intensidad de nuestras relaciones, con todo lo bueno y a veces complicado que eso tiene.
¿Qué planes hay en tu futuro?
Seguir por este camino todo lo que pueda. Es tremendamente emocionante ver cómo lo que hacemos puede inspirar a muchas más personas a mejorar su mundo, que al final es el contexto en que vivimos. Por otra parte, es necesario seguir involucrando a más empresas. Ellas son parte imprescindible de este cambio de paradigma y las que realmente tienen los medios para contribuir a mejorar la calidad de vida del planeta y de sus habitantes, que al final son sus consumidores, así que aunque sea por una razón económica, la sustentabilidad y los temas sociales están directamente ligados a la sustentabilidad económica de dichas empresas.
¿Desde cuándo sentís la necesidad de cambiar el mundo?
Siempre he sido una persona socialmente involucrada. También es cierto que ha habido una evolución personal desde los activismos creativos y no sé si es tanto una necesidad de cambiar el mundo, sino más bien de las ganas que tengo de aportar lo que, en este caso, yo pueda a través de mis proyectos, que finalmente son mis actos.
Pienso firmemente que la comunicación es una poderosa herramienta con la que se puede crear una realidad mejor que la que tenemos, alejada de dogmas, clichés y estereotipos. Y eso, de alguna u otra manera, siento que más que cambiar el mundo, es crear uno nuevo.