Juego de hermanas

Desde chicas, Gabriela y Karina soñaron con el emprendimiento propio. En sus años de estudio, imaginaban que una vendería los objetos diseñados por la otra. Como un juego, nacieron sus colecciones de joyería contemporánea en 2004, y el destino hizo que recorrieran el camino inverso: comenzaron exportando sus piezas, exponiéndolas en grandes museos, y hoy se expanden en el mercado interno.

Txt: Catalina Pelman
Ph: Gentileza Iskin

 

Gabriela (37) y Karina (36) Iskin son hermanas, y socias. Recibida de diseñadora industrial en la UBA y especializada en joyería, Gabriela creó tres colecciones y se lanzó a la aventura de conseguir clientes en Estados Unidos. Un mes después, Karina -licenciada en Administración de Empresas- pidió licencia en su trabajo, y juntas buscaron potenciales clientes en museos y tiendas de diseño durante seis meses en Nueva York. Regresaron con cinco clientes, entre ellos el MoMA de esa ciudad; y la mayor de las Iskin renunció a su empleo en una empresa multinacional y se dedicó ‘full time’ al emprendimiento familiar.

Ambas reconocen que sus piezas son simples, geométricas y modernas. Fieles a la impronta de la joyería contemporánea, donde la forma, la estética y el diseño son fundamentales, trabajan con materiales no convencionales y permiten personalizar los modelos.

Una década después de aquel comienzo, sus productos se ofrecen en tiendas de diseño y museos reconocidos a nivel mundial, como el MoMa de Nueva York y Tokyo, el Museo Contemporáneo de Chicago, el National Gallery de Canadá, el Guggenheim de Berlín y el MALBA de Buenos Aires, entre otros. Además, cuentan con un local en Palermo, un showroom en Vicente López, más de 30 tiendas multimarca que venden sus diseños en todo el país y una tienda virtual.

¿Cómo definen a los objetos de Iskin?

El objeto para nosotras tiene que, además de cumplir la función de adornar, dar la posibilidad de usarlo de distintas maneras, que muestre la personalidad de quien lo lleva puesto. Los pensamos para aquellas mujeres que no siguen la moda, que disfrutan de lucir algo diferente. Por eso, muchos de nuestros productos están orientados a eso y tienen elementos intercambiables. Por ejemplo, el collar “Pop”, inspirado enel estilo artístico homónimo, trae cinco círculos de acrílico intercambiables. O “Chloé”, que viene con dos tiras de cuero y tres cadenas intercambiables. O el anillo “Umma”, que trae siete piezas para combinar. Nuestros objetos tienen un poco de juego, de volver a la infancia; lo lúdico es parte de la inspiración de la marca.

¿Con qué materiales trabajan?

Usamos mucho cuero reciclado, aluminio, acrílico, plástico, acero inoxidable, y un poco de plata. La idea es que todo sea súper liviano y cómodo, no se siente el peso en el cuerpo.

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¿Qué papel juega el packaging?

Cada producto incluye un concepto que relata en qué se inspiró la diseñadora al crearlo, tiene instrucciones de cómo cuidarlo, y va acompañado de una frase célebre de algún poeta, filósofo o escritor. Además, la idea es que el packaging sea el lugar de guardado del objeto para mantenerlo en óptimas condiciones, no un envoltorio descartable.

¿Qué destino tienen sus productos?

Como desde el comienzo, gran parte de nuestros clientes están fuera del país. Sin embargo, estamos impulsando el mercado interno desde ya hace un tiempo. Nosotras hicimos al revés que cualquier emprendedor: empezamos exportando. Pero ahora, en Argentina se abrió el mercado, existe un público ávido por algo diferente, que no va por el camino estricto de la moda.

¿Qué sienten al ver que sus productos están en todo el mundo?

Es increíble, eso habla de algo que es internacional, del diseño como un factor que predomina en los productos y hace que, por ejemplo, en un país remoto y exigente como Japón los quieran adquirir. De repente, tenemos pedidos de Hong Kong, París y Australia, al mismo tiempo. Eso es gratificante, nos sentimos orgullosas, es una gran satisfacción que alguien de tan lejos elija nuestras piezas.

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¿Cuáles creen que son las claves del éxito de Iskin?

Sin dudas, el factor clave es la perseverancia para cualquier emprendedor. En segundo lugar, es importante que te guste mucho lo que hacés. Además, es fundamental entender que hay que ser flexibles porque los mercados cambian permanentemente y es imprescindible reinventarse. Tener un buen equipo de trabajo es esencial; aunque tercerizamos parte de la producción, somos un equipo de cuatro personas que nos dedicamos ‘full time’ a esta actividad.

¿Qué tiene de bueno y de malo trabajar entre hermanas?

Lo positivo es que nos complementamos mucho, y aunque nos consultamos para tomar decisiones, cada una es responsable de su área. Y la verdad es que nos potenciamos mucho juntas y nuestro vínculo se basa en la confianza. Por supuesto, sabemos que podemos tener desacuerdos, pero al ser socias y hermanas nos tenemos que poner de acuerdo sí o sí.

¿Cómo es la clienta típica de Iskin?

Por lo general, son profesionales que gustan del diseño, el arte, la arquitectura. De hecho, muchas de ellas son arquitectas y también psicólogas. Son mujeres seguras de sí mismas, que tienen mucha personalidad. Las edades son muy variadas: desde chicas jóvenes hasta señoras de 70. Además, ahora que sumamos otros objetos de decoración y accesorios, más amplio es el público.

¿Qué relación establecen con ellas?

Ponemos mucho énfasis en la relación con nuestros clientes, nos gusta saber cómo llegaron a nosotras, ayudarlos a elegir el producto. Iskin no es una fábrica que hace productos y los despacha, nosotras estamos detrás de cada pieza y de los clientes. Supervisamos todo lo que sale de nuestra tienda y logramos un ‘feedback’ muy interesante con los clientes: que alguien tome la decisión de comprar un producto nuestro por internet, sin tocarlo, es un compromiso y un desafío constante.

Como indicaba el primer business plan, Iskin se convirtió en una tienda de diseño, más allá de la joyería contemporánea: ahora apuestan a nuevas colecciones de carteras y objetos de decoración, que incluyen caminos de mesa, canastos de tela, almohadones e individuales metalizados, fundas para anteojos, porta celulares, y demás accesorios.

En su infancia, Gabriela y Karina jugaban con anillos, collares y pulseras. Tiempo después, también de la mano de las joyas, crearon su propia empresa de diseño para seguir divirtiéndose juntas y mostrarle al mundo que jugar es cosa seria.

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www.iskinshop.com.ar
iskinjewelry.blogspot.com.ar