Una especie de rebelión se desató en los últimos años en las celebridades, que las lleva a mostrarse sin maquillaje ni photoshop, no por accidente sino por decisión. Así como en la vida real, en las pasarelas y en las portadas de revista, la belleza natural es protagonista.

Txt: Andrea Palombo

 

“Voy a dejar de maquillar mi mente, alma, pensamientos, luchas, sueños y mi crecimiento personal”, confesó recientemente la cantante Alicia Keys, al anunciar que ya no usaría maquillaje para verse perfecta. “Empecé, más que nunca, a parecer un camaleón. Nunca era yo misma del todo y estaba cambiando constantemente para que los demás me aceptaran. Antes de comenzar mi nuevo álbum comencé a escribir una lista de las cosas que me hacían mal. Y una de ellas era cómo se lava el cerebro de las mujeres para que sintamos que necesitamos estar delgadas, sexies, deseables o perfectas. Una de las muchas cosas de las que estaba harta era de ser juzgada constantemente por otras mujeres”, detalla la artista en una carta dirigida a sus fans.

De esta manera, Keys se adhirió al movimiento “No make up”, que sin bien no es nuevo, resurge con fuerza en un momento en el que la presión social por la perfección está al límite.

Ella no es la única que se animó a mostrarse al natural, también lo hicieron las cantantes Lady Gaga, Adele y Beyoncé, las modelos y conductoras Tyra Banks y Heidi Klum y la actriz Sofía Vergara, que se sometieron a uno de los públicos más exigentes: los de las redes sociales. A través de selfies que las muestran recién despiertas, a punto de comer o pasando el rato, ellas deciden acabar con el mito de que sólo el photoshop las hace lucir bien.

Pero el movimiento “No make up” no sólo puede leerse como una rebelión o lucha por cambiar el concepto de belleza, también funciona como una estrategia para llamar la atención, como en el caso de Cameron Diaz, que publicó una foto a cara lavada para promocionar su libro “Longevity”. Por su parte, la mediática Jim Kardashian, conocida por sus excesos a la hora de vestirse y maquillarse, también compartió una imagen tras salir de bañarse; otro ejemplo es el de la modelo Cindy Crawford, que se mostró cómo se ve en su primer día con 50 años. “Sin `make up´ la vida es más simple”, declaró la mujer de Ashton Kutcher, Mila Kunis, tras salir en la Glamour norteamericana sin una gota de maquillaje; así como Kendall Jenner, hermana de las Kardashian e hija de Cait, la referente transgénero que revolucionó la pasarela de Michael Kors.

Sin dudas, otra embajadora de esta nueva tendencia de mostrar la belleza real es Anne Hathaway, que tras interpretar a una mujer que para sobrevivir en el mundo de la moda debió adelgazar y cambiar su forma de pensar en “El diablo se viste a la moda”, compartió en Instagram su decisión de cortar un jean porque ya no le queda como le quedaba antes de convertirse en madre. “No hay que avergonzarse si se ha ganado peso durante el embarazo. Los cuerpos cambian. Los cuerpos crecen. Los cuerpos se contraen”, reflexionó la actriz.

¿Por qué las mujeres se animan a exponerse cómo realmente son? Como ya lo anticipó tiempo atrás la reconocida socióloga Susana Saulquin, en el siglo XXI se impone en la moda el ser uno mismo antes del parecer. “A partir del comienzo del siglo XXI, estamos atravesando un cambio muy fuerte porque venimos de una época donde se le daba mucha importancia al tener objetos, al consumo, a parecer algo que no eran, parecer ser jóvenes e inteligentes”, explicó la creadora y directora del posgrado Sociología del Diseño de la FADU en la Universidad de Buenos Aires y también autora de “Políticas de la apariencia”.

Las mujeres reales no pasan de moda

Uno de los casos más emblemáticos que irrumpió en el mundo de la moda, donde predomina la talla y las facciones perfectas, es el Dove, que desde 2005 lleva revolucionando el ‘Beauty Branding’ a través de su campaña “Por la bellaza real”, con la que busca redefinir este concepto. La marca realizó un importante estudio global, donde entrevistó a 3.500 mujeres de Argentina, Brasil, Canadá, Francia, Italia, Japón, Holanda, Portugal, España, Reino Unido y Estados Unidos, y descubrió que sólo el 2 por ciento se consideraban lindas. Sobre esta base, comenzó a generar un debate sobre la naturaleza de la belleza, a través de charlas y de su famoso spot publicitario, en el que aparecen mujeres de todas las tallas, razas y edades. “Se han escogido mujeres que -indudablemente- son una muestra de belleza, pero que no encajan necesariamente con los estereotipos actuales. De hecho, cada una de ellas refleja un estereotipo evidentemente incumplido”, aseguró Aránzazu Cordero, de Dove España.

Pero la compañía fue todavía más lejos y creó la Fundación Dove para la Autoestima. “Demasiadas mujeres tienen baja autoestima debido a complejos relacionados con su aspecto físico y, así son incapaces de alcanzar su pleno potencial en la vida”, reflexionó la catedrática Dra. Nancy Etcoff de la Universidad de Harvard, socia académica del estudio global “La Verdad sobre la Belleza”.

Cuatro años más tarde, para el 2009, la Revista francesa Elle decidió marcar tendencia con portadas con mujeres sin retoques digitales ni maquillaje. Con actrices y modelos como Mónica Bellucci, Sophie Marceau y Eva Herzigova, todas mujeres naturales y confiadas, el magazine buscaba reflejar “una belleza verdadera” para fortalecer la identificación de sus lectoras. Esta decisión no sólo respondía a la insatisfacción que generaba en el público ver mujeres espectaculares todo el tiempo, sino también a las propias protagonistas que se veían así mismas irreales, como es el caso de Bellucini, quien declaró en varias oportunidades que la imagen que suelen ofrecer de ella anuncios de firmas como Dior es totalmente falsa.

También vale destacar la iniciativa de la revista alemana Brigitte, que decidió inaugurar el 2010 con “mujeres reales” en protesta a la tendencia de mostrar continuamente cuerpos extremadamente delgados. Ya para fines de 2009 había anunciado que no iba a usar más modelos para retratar los artículos, a excepción de aquellas fotos que ilustraran los desfiles internacionales. “Buscamos hacer una revista para mujeres que son como son y no como otros pretendan que sean”, declaró el grupo editorial tras anunciar el nuevo desafío. A pesar de que la revista mantuvo su meta de “mostrar mujeres que estén bien paradas en la vida” -a quienes se les pagaba como a una modelo profesional-, con el tiempo debió reincorporar a las modelos debido a que no era tan fácil encontrar mujeres trabajadoras que tuvieran tiempo para posar, además de que el trabajo resultaba más complicado para los fotógrafos y los estilistas. No obstante, es una de las pocas revistas en el mundo que alienta a las modelos de tallas reales a formar parte de la industria, aunque sea para una portada. “Seguiremos buscando mujeres hermosas”, aclararon desde Brigitte.

Así como lo es el peso y la piel, la edad también suele ser un problema para la moda. Por eso, la marca de cosméticos CoverGirl se aseguró de mostrar que la belleza no depende de los años que se tienen. En una de sus campañas, eligió a Ellen DeGeneres, de casi 60 años, y a Sofía Vergara, de más de 40 años, para promocionar una máscara de pestañas.

En Argentina, hay dos ejemplos que buscan ampliar el concepto de belleza. Se trata de las marcas VER y María Cher. A través de sus campañas “Mujeres comprometidas”, que muestra imágenes de emprendedoras, y “Mujeres que inspiran”, una serie de encuentros donde se analizó la autenticidad de la mujer detrás de los desafíos profesionales, la marca María Cher deja constantemente en claro que “viste mujeres con carácter, que viven, trabajan y sienten con intensidad”. En el caso de VER, la marca reúne a todas las generaciones, pero con un denominador en común: mujeres que aman lo que hacen. De esta manera se corre el foco de la belleza física, considerando que lo que nos hace atractivos es saber qué queremos en la vida y trabajar para conseguirlo.

Ya sea a través de la publicidad, las redes sociales o de declaraciones de las líderes de opinión, la tendencia del “ser” en lugar del “parecer” alienta a tener un futuro con mujeres cada vez más naturalmente atractivas.