Provocativo y efímero

La primera Bienal de Performance realizada en el país volvió a poner el foco en esta práctica artística de límites difusos. Distintos museos y centros culturales invitaron al público a vivir experiencias únicas y a reflexionar sobre el mundo del arte.

Txt: Luisa Solazzi
Ph: Gentileza Bienal de Performance 2015

 

 

Del 27 de abril al 7 de junio, tuvo lugar la primera Bienal de Performance en la Argentina. Artistas de varios países presentaron sus proyectos en instituciones culturales de Buenos Aires, Neuquén, Mar del Plata y San Juan. El objetivo del evento fue dar cuenta de esta práctica artística de amplia trayectoria tanto en el país como en el exterior, que alcanzó gran popularidad en las décadas del 60 y 70, y que aún conserva plena vigencia.

A su vez, esta Bienal tuvo un componente académico, coproducido entre la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se plantearon distintos seminarios, ‘workshops’ y conferencias con el fin de generar espacios de exposición y problematización en torno al concepto de performance, tan difícil de definir. Esta práctica mezcla lenguajes de distintas disciplinas artísticas, como el teatro, la danza, las instalaciones o la música. Y es en este cruce que se genera un arte vivo, en el que el espectador tiene un rol participativo que va mucho más allá de la simple contemplación de una obra de arte en el sentido tradicional. Pero más allá de cómo se la analice, hay algo que todas las performance tienen en común: el uso del cuerpo.

Las performances adquieren diferentes significados de acuerdo al lugar y contexto donde se lleven a cabo. Esta amplia variabilidad pareciera ser una de sus características intrínsecas. “Si uno le preguntara a varios artistas qué es la performance, las respuestas cambiarían muchísimo –sostiene Marina Abramovic, artista precursora de la performance e invitada estrella de la Bienal–. Se trata de una forma viva e inmaterial de arte, basada en el tiempo. Uno tiene que estar presente para experimentarla. Es una estructura física y mental, donde el artista se pone en un tiempo y lugar preciso frente a la audiencia, y ahí ocurre el diálogo. El performer y el público crean el trabajo”.

En su libro Estudios Avanzados de Performance, Diana Taylor reflexiona sobre este concepto y coincide con Abramovic en que para que exista una performance, solo basta este encuentro entre el público y el artista: “La performance, como acto de intervención efímero, no depende de textos o editoriales; no necesita director, actores o diseñadores; no requiere de espacios especiales para existir, solo de la presencia del performer y su público”. Además, agrega que se trata de “una práctica estética que tiene sus raíces en el teatro, las artes visuales, el surrealismo y las tradiciones performáticas anteriores”.

 

Transgresora y audaz, la performance se basa en el aquí y ahora, tan propio de lo teatral, donde lo que ocurre en un escenario es único, por más que se repita el mismo formato. Sin embargo, trasciende esta disciplina porque, como dice Abramovic, “en la performance todo es real”.

Muchas veces, desbordan el campo del arte. En América Latina, numerosas obras de arte performance tuvieron ciertas posturas ideológicas y de desafío que las acercaron al cuestionamiento de la política o del poder vigente. Con esta finalidad, surgieron algunas de las obras de la artista Marta Minujín –considerada la reina de este arte y del ‘happening’ en la Argentina–, como por ejemplo El Obelisco acostado, que expuso en la Bienal de San Pablo, en 1978. Esta obra, réplica horizontal y recorrible por dentro del Obelisco porteño, representó una crítica a las estructuras de poder verticalista propias del regimen militar del país en aquellos años.

La performance trasciende, entonces, sus propios límites; valora lo efímero y la presencia del cuerpo como vehículo de concepciones estéticas. Es una manifestación que vive en el presente. Tiene la frescura de un boceto y la intensidad de la provocación. Esta Bienal da cuenta de todo esto y, a través de su amplio abanico de proyectos artísticos, nos invita a la reflexión, al cuestionamiento y al despertar de las emociones.

Provocativo y efímero

Propuestas destacadas

Nacida en la ex Yugoslavia, Marina Abramovic lleva más de 30 años empujando los límites de la performance para ver hasta dónde se puede llegar con el cuerpo. Aunque se reconoce tímida en su vida personal, no tiene dificultades para exponer su persona a situaciones incómodas, si de arte se trata. Se ha metido en una estrella de fuego, ha pasado 716 horas sentada inmóvil mirando a los ojos de los visitantes del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) y hasta ha caminado la muralla china con su ex pareja Ulay, cada uno desde una punta, para encontrase en el medio y poner fin a la relación que ambos mantenían.

Además de una presentación pública en diálogo con la historiadora del arte Andrea Giunta, durante la Bienal realizó un ‘workshop’ en el que se desarrollaron ejercicios pertenecientes al Método Abramovic, que brinda al público la posibildad de liberarse de las constantes distracciones del mundo moderno, permaneciendo en silencio y conectado con el momento presente.

En el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), el artista argentino Osías Yanov presentó VI Sesión en el Parlamento, una performance que pretende analizar el potencial del cuerpo. Durante 45 minutos, diez ejecutantes repiten una coreografía de movimientos de fuerte energía y precisión en armonía con cuatro esculturas de hierro que funcionan como partitura de acción y señalamiento. Con el cuerpo cubierto por un traje que los asemeja a esculturas vivientes, exploran sensibilidades fuera de condicionamientos de género, territorio o identidad. “El artista transforma las capacidades físicas en una maquinaria viva donde cada engranaje óseo y muscular se estructura y funciona en relación al movimiento que domina y pauta la obra”, explica Laeticia Mello, curadora del proyecto.

El desamor y la incomprensión también pueden ser material para crear. “Me hubiese gustado que las cosas fuesen de otro modo. Cuídese mucho”, dice el mail que recibió Sophie Calle hace años de parte de su entonces pareja. Aquellas palabras fueron el puntapié para la creación de la instalación Cuídese Mucho, en la que 107 mujeres dedicadas a la actuación, el canto, la danza y el psicoanálisis, entre otras áreas, interpretan la carta, desde su disciplina, para entender los motivos de la separación. Cada una de ellas filmó un video que se pudo ver en pantallas en el Centro Cultural Kirchner.

Con motivo de esta instalación, en el marco de la Bienal, la artista francesa decidió invitar por primera vez a hombres para que interpretaran su carta de ruptura y así plantear un cambio radical de perspectiva analítica. Se convocaron a reconocidos artistas e intelectuales argentinos –como Edgardo Cozarinsky (escritor y cineasta), Marcelo Delgado (compositor), Gustavo Lesgart (bailarín y coreógrafo) o Hugo Mujica (poeta)– a exponer sus propias conclusiones desde las disciplinas que practican. Esta iniciativa propone la lectura subjetiva de un mismo material y reflexiona acerca de la influencia del género en la configuración de una mirada, evidenciando la complejidad inherente a las relaciones humanas.

En el Teatro Opera, Laurie Anderson realizó dos funciones de The Language of the Future, un trabajo multimedia en el que la reconocida artista estadounidense presenta letras paradógicas con su acompañamiento rítmico, abordando temas como la tecnología, la comunicación, los viajes y la ciencia.

Volveré y Seré Performer es el título de la performance participativa que el uruguayo Martín Sastre desarrolló en La Bienal. Propone una experiencia para revivir un hecho histórico: las personas debían permanecer en el balcón de la Casa Rosada durante un minuto y experimentar lo que sintió Eva Duarte en su discurso final del 1ro de mayo de 1952.

Por su parte, el artista chino Liu Bolin conjuga fotografía y performance con una crítica social al sistema vigente. En el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA) presentó la muestra Hyding in the City, una serie de retratos en los que el artista aparece mimetizado con diversos entornos, hasta el punto de volverse invisible. Para lograrlo, pinta en su cuerpo porciones de los escenarios en los que elige posar. El resultado genera una tensión que desafía al espectador a cuestionar qué es lo que acontece por debajo de la superficie y, a su vez, revela una mirada crítica respecto de las formas de deshumanización creadas por la economía global. Además, el artista presentó su performance Target, en la que se realizó una toma fotográfica de los participantes, camuflados en un fondo compuesto de porotos de soja .

El gran ensayo fue la performance producida por la argentina Mariana Oberszten en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Quienes querían ver la obra, debían participar activamente en una acción conjunta. En la dinámica, cada persona recibió de parte de la artista, un sobre cerrado con indicaciones precisas acerca del recorrido a seguir, las acciones a ejecutar, las obras del museo a contemplar y los diálogos a leer. Así, cada participante devino ensayista y se focalizó en la experiencia personal que le suscitó el guión asignado.

Finalizando la programación, el 27 de junio Marta Minujín realizó la performance Encuentra a tu Igual. Mediante una aplicación para teléfonos celulares y una encuesta, el público estableció un vínculo espontáneo con otros habitantes que eran sus “almas gemelas”. La acción concluyó con un encuentro en el Puente de la Mujer de Puerto Madero, donde la artista dejó caer desde dos helicópteros, miles de pétalos de flores. En esta intervención urbana y poética, Minujín cruzó la osadía pacifista del ‘flower power’ de los años 60 y la actual trama comunicacional de las redes sociales en plena era de internet.

 

Artistas de la Bienal

Marina Abramovic, Laurie Anderson, Gabriel Baggio, Martín Bauer, Alejandro Cesarco, Diego Bianchi, Luis Garay, Liu Bolin, Tania Bruguera, Sophie Calle, Ana Gallardo, Emilio García Wehbi, Gabo Ferro, Roberto Jacoby, Alejandro Ros, Jorge Macchi, Edgardo Rudnitzky, Marta Minujín, Mondongo, Mariana Obersztern, Provisorio Pemanente, Amalia Pica, Fernando Rubio, Martín Sastre, Diana Szeinblum, Nicolás Varchausky, Juan Onofri Barbato, Matías Sendón, Osías Yanov, Leonello Zambón, Eugenia González.

 

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www.bp15.org