Conocida como la isla de los dioses, Bali cautiva a través de sus playas de ensueño, los templos, la jungla y su rica cultura. En esta nota, nos sumergimos en el encanto de un pueblo, cuya tradición y espiritualidad se experimenta en cada rincón.
Txt: Victoria Zimmermann
Ph: Paula Mom
Es, sin dudas, una de las joyas de Indonesia. Bali, isla mundialmente conocida, que logró convertirse en una de las preferidas por los turistas que deciden emprender viajes de aventura por los lugares más exóticos y cautivantes del Sudeste asiático. Algunos la eligen por sus playas de arena blanca y aguas cristalinas, otros se acercan a ella en plan de búsqueda espiritual. Lo cierto es que la oferta de este paraíso natural es capaz de saciar ambas demandas y además, logra sorprender a sus visitantes gracias a sus múltiples facetas.
La isla de los templos
La religión empapa cada rincón de la isla, donde honrar a su único Dios, Sanghyang Widi Wasa -cuyas manifestaciones son Shiva, Brahma y Vishnu- forma parte de la agenda cotidiana de cualquier balinés. Las ofrendas más habituales que se preparan prolijamente todas las mañanas por las mujeres de cada hogar, son puñados de arroz cocido, flores e inciensos que se introducen en cajitas hechas a mano con hojas verdes. El objetivo es pedir protección a los dioses y alejar la presencia de los demonios.
A diferencia del resto de Indonesia (donde la mayoría son musulmanes), en Bali, gran parte de la población es hindú. La tradición religiosa se percibe a cada paso y a diario, gracias a las ofrendas, las esculturas prominentes de dioses y demonios, rituales, altares, y celebraciones con música y danzas que se despliegan en cualquier calle. Sin embargo, en esta isla se practica un hinduismo diferente al que se profesa en India, debido a que muchas de las creencias del hinduismo balinés son un entramado de las diferentes religiones que existieron en Bali, sumadas a las de la isla vecina de Java, basadas en creencias animistas. Formalmente, a esta religión se la conoce como ‘agama hindu dharma’, y consiste en la unión del hinduismo, el budismo, el sistema de creencias indígenas animistas y la mitología propia de la isla.
Para vivir más de cerca la espiritualidad balinesa, basta con acercarse a alguno de sus templos. Uno de los más importantes de la zona, situado en Lovina, es el Brahma Vihara Arama. Vale la pena visitarlo por dos razones: es el único templo budista de Bali y es poco conocido por los turistas, con lo cual conserva belleza y virginidad. Esto permite generar un acercamiento a las creencias religiosas de un modo diferente: la entrada es gratuita y para ingresar entregan al visitante un sari –vestimenta religiosa típica de la zona-. Allí abundan las salas con figuras de buda, zonas de meditación, esculturas y grabados. Resulta imperdible recorrer su jardín, amplio y lleno de flores. Y para aquellos amantes de explorar lo espiritual, otros de los templos más significativos de la isla son los de Pura Besakih -considerado el templo madre de Bali, cerca del volcán Agung-, Pura Tanah Lot -ubicado sobre una gran roca en el mar, que vale la pena conocer tan sólo por su increíble ubicación- y Pura Ulun Danu -el segundo templo más grande de la isla, que está construido sobre las aguas del lago Bratan-.
Ubud, un viaje a los confines de la paz
Otro de los pueblos que es un ‘must’ por su tranquilidad y por ser considerado el centro espiritual de la isla -y meca de los masajes- es Ubud, bellísimo por sus campos de arroz y sus templos de piedra.
Desde el lanzamiento de la película Comer, Rezar y Amar -basada en la autobiografía de la escritora Elizabeth Gilbert e interpretada por Julia Roberts- este pueblo de Bali se convirtió en un boom. Turistas de todas partes del mundo vienen en busca de las experiencias interpretadas por Roberts: paseos en bicicleta por los arrozales, visitas a la clínica-restaurante de la curandera Wayan Nuriasih que ofrece menús cargados de vitaminas, masajes tradicionales o chequeos médicos a la balinesa. Además, el sanador y vidente Ketut -al que acude la protagonista- existe realmente, al igual que su consultorio. Y hoy es posible acceder a que el sabio anciano averigüe tu futuro con sólo leer la palma de tu mano.
Pero más allá de la fama que le trajo a Ubud la película, lo cierto es que para los habitantes de Bali hay un objetivo primordial por el que se trabaja a diario: lograr el “balance balinés”. ¿En qué consiste? En saber dónde uno se encuentra en el plano físico, emocional y espiritual. El objetivo radica en mantenerse en balance durante toda la vida. En gran parte, esto se logra a través de la meditación y el yoga. Y pese a que esta última es una de las actividades que más se practica aquí, su origen no es balinés, sino que es importado por habitantes de la isla provenientes de Occidente.
Aún así, se trata de una práctica frecuente que se vive en muchos de los lugares de Bali, como en el caso de Ubud. Allí se destaca el Taksu Radiantly Alive Yoga Center, un centro con una perspectiva holística que promueve cuidar y tratar bien al cuerpo. Cuenta con una oferta de masajes y tratamientos corporales, un restaurante con propuestas saludables de productos locales orgánicos y una amplia variedad de cursos de yoga.
Playas oníricas
De este a oeste, Bali y sus playas merecen un apartado especial. Son pequeños trozos de paraíso que resultan deslumbrantes a los ojos de sus visitantes. Entre ellas, la playa de Jimbaran es la recomendada para los amantes del windsurf y la navegación. Tranquila y lujosa -hacia el oeste se ubican los mejores resorts de la isla-, visitarla se convierte obligación. Kuta, tal vez la más turística, es la favorita de los surfers y de quienes disfrutan de la vida nocturna y las fiestas.
Otra opción para los amantes del surf es Padang Padang, una playa de aguas turquesa donde anualmente se realizan competencias de este deporte. Sanur, o la playa del snorkel, es la indicada para sumergirse hacia el fondo del mar y la más adecuada para vacaciones en familia, por sus aguas tranquilas y sus restaurantes y hoteles cercanos. Seminyak, por su parte, es la opción para quienes van en busca del lujo absoluto. Ubicada al sur de Bali, se encuentra rodeada de tiendas y restaurantes exclusivos.
Resumir en pocas palabras el encanto de Bali se convierte en una verdadera hazaña. Y es que en pocos lugares del mundo se da una conjunción tan perfecta de tierra, mar, cielo y cultura. Porque Bali no es solamente playa ni tampoco es solamente templos en medio de arrozales. Bali resulta de la confluencia de todos estos elementos, que se mezclan con gracia y naturalidad convirtiendo a esta isla, en un ‘cocktail’ embriagador.
Cómo llegar
Las aerolíneas Qantas, Qatar, Air France y LAN vuelan a Kuta con escalas y suelen tener buenas promociones.
Cuándo ir
Aunque Bali tiene clima tropical todo el año -con temperatura promedio de 30 grados-, es recomendable visitarla durante la estación seca: de abril a septiembre.
Must do
Visitar el templo Brahma Vihara Arama en Lovina.
Recorrer en bici los arrozales de Ubud.
Surf en Padang Padang.
Snorkelling en Sanur.
Dónde dormir
The Chedi Club Tanah Gajah: Una hacienda de varias hectáreas que ofrece impresionantes vistas a los verdes arrozales de Ubud. Cuenta con 20 villas y suites con mobiliario balinés y jacuzzis privados al aire libre. Hay clases de yoga, ama de llaves, pájaros exóticos, salas de spa e increíbles piletas sobre la vegetación.
www.ghmhotels.com
Ayana Resort & Spa: Exotismo y lujo se combinan en un risco sobre el Océano Índico en la costa de Jimbaran. Las habitaciones son amplias, a todo confort y tienen esculturas balinesas de piedra caliza. ¿Lo mejor? Sus masajes ayurvédicos.
www.ayanaresort.com