Calles empedradas y castillos góticos nos dan la bienvenida a uno de los rincones más visitados del Reino Unido. Edimburgo, la capital del whisky y de las historias de fantasmas.
Txt Y Ph : María Clara Mayer
“Puede que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán la libertad”, dijo el William Wallace de Mel Gibson en la famosa película “Corazón Valiente” de 1995. Este fue el film que puso a Escocia en los ojos del mundo y convirtió a Edimburgo en la segunda ciudad más visitada del Reino Unido -después de Londres- con aproximadamente 13 millones de turistas al año.
Entre otros tantos factores, la capital es famosa por un festival internacional de tres semanas que agrupa en un mismo acontecimiento, las actuaciones en vivo de ópera, música, teatro y baile más grandes del mundo. Durante esos días la población se duplica. “Es una locura. Hay personas por todos lados, casi no se puede caminar por las calles. Pero vale la pena porque es una gran oportunidad para ver artistas de todas partes del mundo”, dice Jason Macleod, que tiene 34 años y vive en las afueras de Edimburgo, pero viaja hasta la capital para todas las celebraciones.
Los escoceses llaman a Edimburgo “Auld Reekie”, que significa “vieja chimenea”, ya que durante los tiempos en que la leña y el carbón eran los únicos combustibles disponibles, todas las chimeneas de esta ciudad echaban enormes cantidades de humo al aire. Hoy en día la ciudad esta impecable, con exuberantes espacios verdes donde el aire es puro, ‘pubs’ por doquier y muchos edificios que esconden leyendas tenebrosas. Y siendo la segunda ciudad más grande de Escocia tras Glasgow, no es de sorprender que tenga tantos atractivos para visitar.
Lo antiguo y lo nuevo
Lo que hace a Edimburgo tan peculiar, es el impecable estado de sus dos principales distritos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995: la ciudad antigua y la nueva. Los callejones sin salida, las iglesias con gárgolas, los hombres tocando la gaita y el llamativo olor a levadura, nos transportan automáticamente a una época distinta. La ciudad vieja puede ser un lugar tenebroso por la noche, pero siempre seguro.
De estructura medieval, muchos de sus edificios datan de la reforma protestante. La calle más emblemática de la antigua ciudad es Royal Mile, la cual comunica el Castillo de Edimburgo con el Palacio Holyroodhouse. A lo largo de 1,8 km de largo se encuentran las principales atracciones de la zona, como por ejemplo Gladstone’s Land (un bloque de viviendas del siglo XVII), la catedral de San Giles con más de 9 siglos de antigüedad y Lawnmarket, que solía ser el mercado de lino pero que hoy es utilizado para la venta de ‘souvenirs’.
Edimburgo es una ciudad súper musical, con lo cual no será raro descubrir a lo largo de Royal Mile, varios artistas callejeros que deslumbran a los turistas, ya sea tocando la gaita, ukelele o guitarra. Uno de los personajes más emblemáticos es un viejito vestido con la típica kilt (pollera) escocesa con ojos increíblemente celestes, que toca el ‘bodhran’ (una especie de tambor celta). No suele tener un espacio fijo, va rotando día a día, siempre con una sonrisa y buen ánimo. Se suma a tocar con otros artistas, baila y canta cuando algo le gusta, e incluso es capaz de dejar monedas a otros músicos.
Descansando en la entrada de la catedral de San Giles, viendo la gente caminar, llama la atención una anciana que se detiene a escupir en un determinado punto de la calle. Más tarde un grupo de jóvenes hace lo mismo, después un matrimonio y así, cada persona que pasa por ahí. Visto más de cerca, ese espacio en particular tiene los adoquines dispuestos en forma de corazón.
El mosaico se llama “El corazón de Midlothian” y pretende recordar el lugar donde se situó la puerta de entrada a la antigua prisión de Edimburgo en el siglo XV. Como forma de mostrar desdén es que se escupe, aunque la costumbre derivó en creer que trae buena suerte. Tan famoso es este símbolo de la ciudad que uno de los equipos de fútbol se llama Corazón de Midlothian FC y su escudo es el dibujo de dicho mosaico.
Caminando por la arteria principal se ven pequeños arcos llamados ‘closes’ o ‘wynds’, cada uno con un nombre particular. Son pasadizos que derivan a otras calles más grandes o a patios internos de edificios. Uno de los más famosos es “World’s End Close”, llamado así porque era la última salida de la antigua ciudad. Si hay ganas de aventura, nada mejor que perderse por los recovecos de los ‘closes’ y descubrir los bares, restaurantes, bibliotecas y museos que se esconden allí.
Debido al espacio limitado que había en la ciudad, “Old Town” se transformó en una de las primeras ciudades con apartamentos, albergando durante el siglo XIII aproximadamente a 80.000 residentes.
Entonces, “New Town” o la nueva ciudad fue la solución para la sobrepoblación. Diseñada en 1766 por un arquitecto de tan solo 26 años llamado James Craig, el área se convirtió rápidamente en el hogar de los más acaudalados lores escoceses, razón por la cual todavía se pueden ver esas grandes casas gregorianas.
La calle más importante de la zona es Princes Street, donde están los locales de las mejores marcas de ropa del mundo, los shoppings, bares y restaurantes. Por aquí los jóvenes salen por la noche a los ‘pubs’ o boliches.
En el medio de viejo y el nuevo mundo estaba el lago Nor’Loch, que con el tiempo se secó y se convirtió en el famoso Princes Street Gardens. Un punto neurálgico para todos los estudiantes de Edimburgo, que cuando es un día soleado se reúnen ahí. Por todo el parque pueden verse bancos con dedicatorias para personas que murieron y que amaban venir a estos jardines. Algunas de ellas resultan muy conmovedoras.
Caza fantasmas
Algunos de los ‘tours’ más famosos de la ciudad están dedicados a los espíritus. Es que con el pasado que tiene la ciudad, hay muchos puntos que se han convertido en leyendas urbanas. Bien entrada la noche, un grupo de 10 personas se reúne para caminar por las estrechas calles de la ciudad antigua. El brillo de los adoquines, el silencio de la oscuridad y algún que otro grupo de borrachos cantando en una esquina, forman el escenario ideal para una noche de terror.
El recorrido empieza por la famosa ciudad subterránea que se encuentra debajo del Puente Sur, conocida como “las bóvedas”. Son un conjunto de calles y habitaciones donde vivieron cientos de personas en pésimas condiciones, sin agua, aire o servicios sanitarios de ningún tipo. “Es difícil de imaginar, pero en este cuarto de 4×4 vivieron familias de hasta 10 personas. Sufrieron acoso de ladrones, asesinos y constantes inundaciones”, relata la guía del ‘tour’ City of the Dead.
Otra de las paradas se hace en “Mary King’s Close”, una calle subterránea utilizada antiguamente como refugio antibombas. En 1645 una plaga afectó a la comunidad que vivía ahí y se dice que para contener la enfermedad, el consejo de la ciudad decidió encerrar a los que vivían ahí, condenándolos a una muerte segura. “Debido a esto se la conoce como la calle de los lamentos. La gran celebridad de aquí es una niña llamada Annie que, según dicen quienes aseguran haberla escuchado, aún llora buscando a su muñeca”, cuenta la guía mientras señala un rincón lleno de regalos que distintas personas le dejaron a la pequeña.
El recorrido termina con una visita al cementerio Greyfriars, hogar del famoso poltergeist Mackenzie, uno de los fenómenos paranormales más documentados del mundo. “Varias personas han sufrido mordeduras, empujones o desmayos. No se sabe qué tipo de entidad merodea entre las tumbas, pero algo hay”, concluye la guía. Sin dudas, un paseo solo para valientes.
‘Whisky’ y cerveza
Si hay algo por lo que es famoso Escocia, además de sus telas cuadriculadas, es el ‘whisky’. En sus comienzos fue fabricado por sus propiedades medicinales y llamado en gaélico “agua de vida”. Para adentrarse en el mundo de la malta, lo más recomendable es hacer el tour “Scotch Whisky Experience”, que recorre la historia de la bebida e incluye degustaciones.
Luego será cuestión de recorrer los miles de bares que hay a lo largo de la ciudad e ir probando las diferentes variedades. Mi amigo Macleod aconseja tomarlo como un local: “solo y sin hielo”.
Posiblemente, ‘pub’ más emblemático para visitar es “Deacon Brodies”. Inaugurado en 1806, debe su nombre a William Brodie, un respetable ciudadano durante el día, que por la noche se convertía en ladrón. El escritor Robert Louis Stevenson se inspiró en él para escribir su novela “El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde”.
Otro bar muy popular en la ciudad es “The Elephant House”, que fue el lugar en el que la escritora J.K. Rowling pasó infinitas horas dando forma a su consagrado “Harry Potter”. Ideal para hacer desaparecer una cerveza por arte de magia.
DATOS ÚLTILES
Cómo llegar
Visa: no es necesaria una visa para visitar el Reino Unido. El plazo máximo de permanencia sin visa es de seis meses.
Idioma: inglés.
Moneda: Libra escocesa, igual a la inglesa pero con otro tipo de impresión. Siempre es mejor cambiar libras inglesas por escocesas, pues no en todos lados se aceptan ambas.
Tours
www.cityofthedeadtours.com
www.scotchwhiskyexperience.co.uk
www.auldreekietours.com