Comprometerse con el futuro

La propuesta de la organización Enseñá por Argentina para formar líderes de cambio que transformen desde adentro a las escuelas de sectores vulnerables. ¿De qué se trata este desafío educativo que se replica en distintas provincias y funciona de manera eficaz en 48 países del mundo?

Txt: Dolores Vidal Ph: Gentileza Enseñá por Argentina 

Un cambio de rumbo profesional, una búsqueda de sentido, el deseo de salir de la zona de confort, la vocación por enseñar, la necesidad de comprometerse con un proyecto que pueda transformar el destino (aunque sea) de un solo chico. Por estas intensas razones existenciales, algunos egresados de distintas carreras universitarias se animan a presentarse en el programa de Liderazgo Social y Educativo que propone Enseñá por Argentina, una ONG que se creó en el país en 2010 y ya trabaja en cinco distritos: ciudad y provincia de Buenos Aires, Salta, Jujuy y Córdoba.

Cada año se suman nuevos participantes a esta propuesta de dos años en formación en liderazgo con impacto social. El objetivo es comprometer a jóvenes egresados universitarios de distintas disciplinas en la educación de la infancia más vulnerable. Se promueve un trabajo colaborativo entre los docentes y estos jóvenes profesionales dentro de las aulas.

En la actualidad hay 143 profesionales argentinos que participan del programa y ya egresaron 150 que siguen vinculados de alguna manera a la organización. Enseñá por Argentina integra la Red Global de Educación Teach for All, que agrupa a más de 40 organizaciones independientes de distintos países, dirigidas y financiadas a nivel local por fondos públicos y privados. Nació en Estados Unidos hace 30 años y hoy está presente en lugares culturalmente tan diversos como China, Francia, Haití, Ghana, Tailandia y Australia, entre otros. A nivel global, hay en este momento 14 mil profesionales haciendo el programa y ya cuenta, en su capital social, con 48 mil egresados. Se calcula que un 70% sigue comprometido con la educación de manera activa.

Uno de ellos es Pablo Princz, director ejecutivo de la organización, que formó parte de la primera camada de profesionales que realizaron el programa en la Argentina, y que hoy tiene el reto de hacerla crecer de cara al futuro. Para él hay dos premisas fundamentales que marcan a los profesionales que realizan el programa. “Una es la experiencia en el aula y la otra, la mirada positiva sobre el potencial de los alumnos. Todos los participantes tienen la experiencia de qué significa ser un docente en el aula con los desafíos que hoy tiene ese rol. También nosotros trabajamos mucho sobre las creencias o los valores que traen, porque está estudiado el ‘efecto Pigmalión’ del docente: si uno cree que el alumno puede, va a hacer todo lo que esté a su alcance para que aprenda”, explica.

Según Printz, muchos chicos escolarizados de sectores vulnerables se quejan de la falta de apoyo que tienen de sus profesores. “El sistema educativo puede volverse muy perverso cuando refuerza los estereotipos que un chico ya trae respecto de su propio valor. Si sistemáticamente te ponen una mala nota, es muy difícil cambiar internamente esa mirada descalificadora. Un profesor de Enseñá, por ejemplo, va a generar todas las oportunidades para que ese chico tenga la convicción de que puede aprender y tener un futuro”, cuenta este licenciado en Ciencia Política, que descubrió su vocación por lo social cuando el país se derrumbó en 2001 y encontró a tantos jóvenes sin posibilidades de futuro, porque habían abandonado la secundaria o comprometido seriamente su salud por sobrevivir como cartoneros o de otros trabajos precarios. “La frustración que sentí frente a tantas vidas sin destino me decidió a comprometerme totalmente con mi vocación”, agrega con entusiasmo.

Cambiar la mirada

Esta organización promueve un enfoque innovador en cuanto a las habilidades que la educación debe promover. “Una persona va a poder ser protagonista de su vida si tiene determinadas herramientas que van más allá de saber matemáticas o geografía -opina Printz-. Autoestima, perseverancia frente a los obstáculos, educación emocional, habilidad para comunicar las ideas, espíritu crítico, capacidad de trabajar en equipo son fortalezas fundamentales para todos los desafíos que estos chicos van a enfrentar el día de mañana”, enumera.

Una de las tareas más arduas que Enseñá por Argentina realiza todos los años es la búsqueda y selección de los participantes para el programa. Se aspira a contar con un grupo diverso, tanto en género como profesionalmente. Por lo general, se presentan egresados de carreras sociales y afines, por eso, la ONG refuerza las charlas en las facultades de Ingeniería, Ciencias Económicas y del área de la Salud. “Nosotros queremos un equipo interdisciplinario. Siempre es un desafío reclutar gente, porque la profesión docente ha sufrido mucho desprestigio en los últimos años. Entonces tenemos que mostrar el valor que tiene para la sociedad y, sobre todo, en los sectores más vulnerables. Nuestra selección es exhaustiva, porque necesitamos profesionales con vocación que vean a la educación como motor de cambio. Además, necesitamos gente con una curva de aprendizaje muy rápida: el programa dura solo dos años y es muy desafiante”, describe el director ejecutivo.

Uno de los interesantes atractivos que tiene la fundación es que forma parte de una red global. Esto abre las puertas para que sus profesionales puedan conocer los sistemas educativos de distintos países. “Hoy tenemos dos egresados en Finlandia, otros dos en Londres y una profesional enseñando en Camboya en una escuela rural. Son experiencias de viajes transformadores. Hay una gran posibilidad de intercambio con gente de todo el mundo”, concluye este protagonista, líder de un equipo que confía en la potencia de la educación para crear futuro. Aquí y ahora.

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ensenaporargentina.org