Italia, palacios y jardines

Roma, Venecia y Florencia son tres destinos casi obligados para cualquier turista que se lanza a conocer el viejo mundo. Si la idea es disfrutarlos a través de su historia, su arte y sus sabores, la propuesta es alojarse en edificios emblemáticos en los que se respiran relatos legendarios.

Txt: Catalina Pelman Ph: Gentileza hoteles

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), Italia se encuentra en el quinto puesto de los países con más afluencia de visitantes internacionales por año. En 2017, pasaron por allí más de 58,3 millones de extranjeros en plan de vacaciones. Italia se encuentra en el podio de sitios que los turistas prefieren y vuelven a elegir por su apuesta a lo local, la vuelta a los orígenes y la personalización de las experiencias. A continuación, un recorrido por sus encantos y por alojamientos capaces de hacernos viajar a tiempos de antaño.

Roma, ciudad Milenaria

Conocida como “la ciudad eterna” por su resistencia a guerras y bombardeos a lo largo de su larga historia, es el sitio con más alta concentración de bienes históricos y arquitectónicos del mundo. La gran cantidad de lugares para visitar obliga a los viajeros exigentes a permanecer en la ciudad al menos cuatro días para disfrutar este gran museo a cielo abierto.

Sin embargo, mientras que el centro de Roma es ruidoso y el tránsito es un tanto enloquecedor, cualquier viaje de placer debe incluir tranquilidad y confort. Por eso, lo ideal es alojarse en las afueras de la ciudad y llevar calzado cómodo para recorrer los principales atractivos a pie, en bicicleta, ciclomotor.

El lujoso hotel Aldrovandi Villa Borghese pertenece al exclusivo portfolio de Mytha Hotel Anthology, que también tiene propiedades en Croacia, Turquía y España. Es reconocido como miembro de “The Leading Hotels of the World” desde 1981 por la excelencia de su servicio y la constante renovación en equipamiento tecnológico.

Como el edificio mantiene la esencia de un palacio romano y está rodeado de jardines, los viajeros lo describen como un refugio de paz y tranquilidad. La construcción tiene aproximadamente 800 años y primero fue un convento para mujeres de la aristocracia, como las hijas del rey Vittorio Emanuelle III. Ya convertido en hotel continuó -y continúa- recibiendo a grandes dignatarios y celebridades, no solo italianas, sino de todo el mundo.

Tiene 103 habitaciones y suites elegantes y luminosas, donde las flores naturales protagonizan espacios delicados en tonos pasteles. Todas tienen vistas privilegiadas a los jardines, la piscina o la ciudad.

Después de recorrer las atracciones citadinas, los ‘guests’ pueden disfrutar de los mejores tratamientos faciales y corporales regeneradores en su nuevo Spa Mytha, disfrutar la pileta y pasear en bicicleta o hacer ‘running’ por los increíbles jardines Borghese, ubicados frente al hotel. Se puede llegar a la galería de arte más famosa de Roma caminando unos 15 minutos a través de los parques, visitar distintos museos y hasta un moderno zoológico en el mismo predio Además, el hotel cuenta con un ‘shuttle’ que lleva a los huéspedes hasta

Piazza Spagna en tan solo ocho minutos y sin cargo.

El Restaurant Assaje, que acaba de ganar su primera estrella Michelin, se destaca por sus platos mediterráneos y el bar Il Giardino es un espacio ideal para tomar un aperitivo o sorprender con una cena íntima.

Venecia romántica

La ciudad de los canales y carnavales es uno de los destinos más elegidos en el mundo para viajar en pareja. Es encantadora para recorrer hasta que las piernas no den más y para pasear en góndolas y ‘vaporettos’ cual plena escena romántica de tantísimas películas. Se recomienda comenzar la jornada bien temprano para poder tomar buenas fotografías en sitios que más tarde son muy concurridos, como el Puente de los Suspiros y el mercado local. Imperdible recorrer, luego, las angostas callecitas a la luz de la luna.

Conocer la ciudad y sus alrededores demanda al menos tres días. Para vivir la experiencia veneciana como en la época del Renacimiento, la propuesta de BA MAG es elegir un hospedaje a puro ‘confort’ con vistas al Gran Canal, como Ca’ Sagredo Hotel. Ubicado sobre el mismo Gran Canal, a cinco minutos del Puente Rialto y a 10 minutos de la Piazza San Marco, se trata de un palacio del siglo XV que fue residencia de la familia Sagredo y hoy es Monumento Nacional de Italia. Es, al mismo tiempo, un palacio privado, una residencia noble, un museo y un hotel de lujo, miembro de Small Luxury Hotels of the World por su virtuosa atención al detalle y su servicio personalizado.

Cada una de sus 42 habitaciones tiene un estilo propio y elegante. Algunas de sus ‘suites’ evocan los siglos XVII y XVIII, con pinturas originales de maestros del barroco y el renacimiento, y antigüedades invaluables para que sus huéspedes revivan el pasado ilustre del palacio. Ca’ Sagredo obtuvo el premio Condé Nast Awards 2017 al “Mejor hotel para bodas, fiestas y eventos especiales” y en 2018 Love Travel Awards lo coronó como el hotel más romántico de la ciudad.

Su exclusivo restaurant L´Alcova ofrece un menú multisensorial basado en las tradiciones gastronómicas venecianas. Para la elaboración de los platos se utilizan exclusivamente productos frescos del Mercado Histórico de Rialto, ubicado frente al hotel. Para aquellos que quieran tener una experiencia ‘foodie’ de primer nivel, el paquete Gourmet Delight incluye la posibilidad de recorrer el mercado con el chef Damiano Bossano y seleccionar la materia prima con la que se preparará la cena. Al regresar, se pueden tomar clases gastronómicas en la intimidad de la cocina del hotel con una degustación posterior.

Florencia, pura historia

La ciudad más poblada de la Toscana es un ‘must’ si de visitar la región se trata. Un destino para sumergirse en las etapas artísticas más fascinantes de la humanidad, que además regala postales desde las alturas difíciles de olvidar.

A la hora de planear el viaje, lo mejor es elegir un edificio de época que replique el estilo de antaño sin resignar ‘confort’. Bajo esta premisa, nuestra elección es Villa Cora, en las colinas fuera del centro histórico de la ciudad. Se trata de una residencia aristocrática construida a pedido del Barón Oppenheim, e inaugurada cuando Florencia era la capital del Reino de Italia. Hasta el día de hoy es considerada una de las residencias más bellas de la Toscana y uno de los mayores símbolos culturales de ciudad. En sus habitaciones se alojaron personajes célebres como la Princesa Eugenia -esposa de Napoleón III- y el músico francés Claude Debussy.

En la villa principal hay 29 ‘suites’ distribuidas en cuatro pisos, cada uno con su propio estilo. La planta baja se destaca por sus maravillosos frescos. Allí se encuentran la suite Akihito -en honor al emperador japonés que se hospedó en 1982-, que ocupa toda la fachada con un pequeño balcón y ofrece las mejores vistas de la ciudad. Esta ‘suite’ imperial cuenta con frescos originales de Pietrasanta y Samoggia, y una majestuosa cama con baldaquino en terciopelo rojo.

El segundo piso, dedicado a la emperadora Eugenia -viuda de Napoleón III-, cuenta con la ‘suite’ Eugenie Boudoir que brilla por su delicada decoración en base a rosas, su flor predilecta. En realidad, la villa entera es un homenaje a esta mujer: en sus parques se pueden apreciar más de 100 tipos de rosas en tonos pasteles. La tercera planta, en cambio, rinde culto al Oriente, con un espíritu morisco puro.

Por su parte, en el borde del parque que rodea Villa Cora, se encuentra La Follie, una pequeña villa de dos habitaciones, que concede privacidad total a quienes la elijan.

Fuera de la zona principal, se descubre Villino Eugenia, una pequeña casa de huéspedes con vistas a los jardines. Sus 13 habitaciones están decoradas y amobladas al estilo burgués del siglo XIX. En la planta baja está el spa Bené, que se conecta con la villa principal a través de un túnel. Cuenta con un pequeño gimnasio, ‘tepidarium’, sauna, ‘hammam’ y tres salas de tratamientos: una sala para masajes en pareja y otra exclusiva para balneoterapia. A su vez, el spa ofrece clases individuales de pilates y yoga.

La cocina ofrece una gastronomía clásica reinterpretada con los productos de estación seleccionados por el chef Alessandro Liberatore, quien también imparte las clases de cocina. En invierno, el restaurante se encuentra dentro de la Villa principal, en sala Moorish Hall, y en verano se traslada junto a la piscina. Además, el hotel cuenta con un ‘pool bar’ y un ‘cigar room’ para degustar destilados y cigarros de todo el mundo. Un verdadero viaje en el tiempo.

 

+info

casagredohotel.com
villacora.it
aldrovandi.com