Verano en la montaña

Mucho más allá del ‘snowboard’ y el esquí, Aspen deleita a sus visitantes con encantos todos los meses del año. A continuación, una semblanza del destino durante su temporada estival.

Txt: Rosario Oyhanarte Ph:  Unsplash y Rosario Oyhanarte Ph Polo: irinakazaridi.com

Al pensar en Aspen, lo más probable es que uno imagine un destino donde la actividad principal -por no decir la única- es el esquí. Pero esto dista de la realidad. Lo cierto es que este municipio situado en las Montoñas Rocosas de Colorado cuenta con atractivos los 365 días del año, al punto de que, para muchos, sus verdaderos encantos florecen durante la temporada de verano.

Kayak, ‘hiking’, ‘paddleboard’, cabalgatas y golf son algunas de las actividades que se pueden realizar al aire libre; y todo en un entorno soñado, enmarcado por montañas imponentes y por paisajes que dejan sin aliento a los afortunados en poner pie.

Quizás sea a través de las caminatas o ‘hikes’ que uno acceda a los rincones desde donde tener las mejores vistas; pero si los deportes o actividades físicas no son de su agrado, no hay que temer: algunas de las panorámicas más impactantes son fácilmente accesibles en vehículo.

The Maroon Bells, por ejemplo, son las montañas más fotografiadas de todo Estados Unidos, y el acceso es por medio de ómnibus que salen cada 20 minutos desde Aspen Highlands y Rubey Park, porque el tráfico de vehículos está cerrado durante el día, salvo que se acceda con menores de dos años. Se recomienda ir a mediados de la semana y así evitar las multitudes que llegan desde los cinco continentes para apreciar este milagro de la naturaleza. Además, dato de color: los miércoles el colectivo cuesta la mitad de precio.

Por su parte, Independence Pass, originalmente conocido como Hunter Pass, es otro hito para marcar en la agenda. Se eleva a 3.687 metros de altura y así, asomarse al paisaje desde este punto es una experiencia sin parangón. Un buen dato es que, en el camino hacia la cima, nos topamos con Independence Town, ciudad fantasma que fue nombrada distrito histórico. Se trata del primer asentamiento de mineros en la región, que luego fue deshabitada por las condiciones climáticas, hostiles y peligrosas. En 1899, luego de una fuertísima tormenta (la peor de la que se tenga registro en la historia de Colorado), la aldea fue abandonada. En la actualidad, aún se conservan cabañas de distintos tamaños y un hotel.

Si conducimos por Highway 82 encontramos otras joyas como Grotto Ice Caves. Recomendamos seguir andando más allá de las cuevas para disfrutar del sol con el sonido del agua de río como fondo.

Otra gran opción para asomar a bellas vistas es tomarse el teleférico que sube hacia la montaña de Aspen, conocido como Silver Queen Gondola. Los horarios que opera durante el verano son de 10 a 16. El trayecto hacia la cima dura unos quince minutos, aproximadamente, que pasan volando -literal y figurativamente-, por lo especial que es la postal.

Al llegar al tope de la montaña, a los visitantes los recibe un restaurante con mesas en el interior y en un balcón que asoma a las montañas. También hay juegos de madera, toboganes y arenero para los más chicos. En ciertas ocasiones hay shows infantiles o de música clásica. Por su parte, los adultos pueden tomar clases de yoga, jugar al bádminton, al ajedrez, al croquet o al ‘disc golf’.

‘The town’

En cuanto a recorridos en dos ruedas, cabe destacar que todas las tiendas de bicicletas del pueblo alquilan unidades a los visitantes. Un trayecto recomendado para disfrutar del verano es Río Grande, que sigue al río Roaring Fork hasta la mítica Woody Creek. Esta taberna, famosa por sus margaritas y por haber sido la preferida de Hunter S. Thompson, es ideal para dar cierre a la bicicleteada.

En cuanto al centro de Aspen, podemos declarar que es pequeño pero ofrece una soberbia selección de locales gastronómicos y comerciales. Casa Tua es de los mejores restaurantes: sirve manjares italianos y mediterráneos en un ambiente relajado, pero elegante a la vez. Sin dudas, es uno de los ‘must’.

El famoso Nobu tiene sucursal en Aspen: y es que, cualquier cadena de restaurantes que se precie querría poner pie en la que se considera una de las ciudades de esquí más sofisticadas del mundo. Si de sushi se trata, otra gran opción es Matsuhisa: paladares exigentes, no los van a defraudar…

Meat & Cheese es otro de los favoritos. Además de ser delicioso, ofrece precios razonables (lo cual, en la zona, no es un dato menor). Por otro lado, para ricos almuerzos se recomienda Spring Cafe o The White House.

Los mejores ‘muffins’ (especialmente de banana y chocolate) y ‘croissants’ están en Paradise Bakery y, por último, La Creperie Du Village es otro gran recomendado; como su nombre lo indica, sirve ‘crepes’ que son un disparate, de lo sabrosos que son. Para muchos es el restaurante más adorable y romántico de la ciudad.

En cuanto a locales comerciales, todas las grandes firmas se dan cita en el centro de Aspen: Louis Vuitton, Dior, Gucci, Prada… pero también algunas -un poco- más accesibles como Club Monaco, Free People o Zadig & Voltaire. En Kemo Sabe se encuentra la mejor ropa ‘western’ (botas y sombreros para el infarto) y en el primer piso de Carl’s Pharmacy -un clásico de la ciudad- se ofrecen juguetes que son un encanto.

El polo y otros encantos

La zona de Aspen derrama elegancia, sofisticación y glamour; tanto, que el hecho de que un prestigioso club de polo haya elegido la zona para asentarse no llama la atención. Se trata de Aspen Valley Polo Club, ubicado en Carbondale y enmarcado por las majestuosas Montañas Rocosas. El club organiza prestigiosos torneos con algunos de los mejores jugadores del mundo; y todo en un entorno de ensueño. Además, es el único club del país que organiza polo en la nieve.

Como bien explica el presidente del club, Brian Boyd, a pesar de la rica tradición polista de Aspen (el polo llegó a Colorado en 1891), las condiciones climáticas habían restringido su desarrollo en el área durante varias décadas. La falta de canchas de calidad fue lo que inspiró a Marc y Melissa Ganzi a crear Aspen Valley Polo Club, que cuenta con diversas canchas, cada una situada en un rincón más impactante que el anterior. Cabe destacar que todos los partidos son abiertos al público. Especialmente los domingos se acercan grandes multitudes a disfrutar del deporte en un ambiente completamente distendido y ameno.

Si se desea recorrer los alrededos de la ciudad, visitar la sede central del club, en Carbondale, es una gran opción. Por otro lado, a unos treinta minutos de Aspen se encuentra Basalt ‘city’, de estilo más informal y relajado. Cuenta con jugosas opciones gastronómicas, como Tempranillo, y ofrece diversos rincones desde los que conectarse con la naturaleza y la armonía que solo ella nos sabe ofrecer. Fahrenheit Body Spas, por ejemplo, es un centro de bienestar que dispone de clases de yoga, ozonoterapia, masajes y más. Lo llamativo es que cuenta con salas que largan sal al aire, para que los allí presentes la absorban durante las clases y tratamientos. Respirar las micropartículas de la sal ofrece muchos beneficios para los pulmones y la piel. Otras ciudades simpáticas que quedan a pocos kilómetros de Aspen y que tienen un perfil más bajo son El Jebel y Glenwood Spings.

Lo cierto es que en Aspen hay espacio y oferta para todos los gustos; para perfiles más sofisticados o informales, elegantes o relajados; para personalidades deportistas e inquietas o templadas y apacibles, en busca de silencio interior. ¿Y, por qué no, para gente que conjuga ambas facetas a la vez? Lo único cierto es que resulta imposible dejar Aspen sin haberse enamorado del estilo de vida que pone a la naturaleza en plano principal. Sus paisajes nos invitan a entrar en armonía con uno mismo, con el prójimo y con la tierra. Vale la pena la experiencia.

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