La casa del río

Sobre el río Spaarne, en la ciudad holandesa de Haarlem, se encuentra una casa construida en total sintonía con el ambiente. Distinguido por la simpleza de su diseño y la luminosidad de sus ambientes, este hogar es el perfecto equilibrio entre intimidad y conexión con el paisaje.

Txt: Catalina Pelman Ph: Gentileza Eva Janssens

Houseboat Haarlem Shuffle se destaca por su diseño moderno y minimalista, los materiales nobles y durables que se utilizaron para su construcción y la instalación de dispositivos de energía solar. Fue levantada por el estudio Van Ommeren Architecten a pedido de Lex Schelvis, un hombre acostumbrado a vivir en las típicas imponentes casonas de techos altos de Haarlem. Decidido a cambiar su estilo de vida, dejó la realización de su sueño personal en manos de especialistas para que terminaran la estructura en 2015. Luego, el propietario trabajó durante tres años para convertir el interior en su propio paraíso sobre el río.

Ciudad flotante

Haarlem es una ciudad histórica a solo 20 kilómetros de Amsterdam. Su nombre resuena porque es igual al de un famoso barrio neoyorkino. Es que fueron los holandeses quienes llegaron por primera vez a lo que hoy es Manhattan y la bautizaron “Nueva Haarlem”. Más tarde, arribaron los británicos y lo llamaron Nueva York. Desde entonces, solo perdura el nombre de la ciudad holandesa en un barrio de la urbe más poblada de Estados Unidos.

La Haarlem holandesa fue un puerto muy importante para el comercio con el norte europeo. Todavía hoy conserva el espíritu de la época, sus calles de adoquines y sus casas distinguidas de frentes sobrios pero coloridos. Ya lejos de su era portuaria, brinda una oferta cultural y artística variada, que atrae tanto a viajeros como a locales.

Esta localidad, que tiene 150 mil habitantes, ocupa el quinto lugar en el ranking de turismo, detrás de Amsterdam, Rotterdam, La Haya y Ultrecht. Los viajeros la eligen también por su arquitectura singular, y el romanticismo de los ríos y canales que la atraviesan. Justamente, en los márgenes del río Spaarne existe una pequeña villa flotante, con viviendas adyacentes bordeando el cauce. Allí se destaca entre el montón, Houseboat Haarlem Shuffle, construida por uno de los tantos pobladores que sueña con una casa en el río.

Por dentro y por fuera

La casa está revestida con listones de madera, que le dan a la fachada una textura de aspecto delicado pero fuerte, y está bordeada con delgadas terminaciones de aluminio. Su diseño contemporáneo y el uso de materiales nobles y durables, hace que el exterior de la vivienda se advierta a distancia. Mientras que las pequeñas ventanas horizontales marcan el estilo del frente, los ventanales de cristal -casi tan altos como las paredes- ofrecen una increíble vista al río y son los protagonistas indiscutidos de esta construcción.

Al ingresar a esta casa de 210 metros cuadrados repartidos en dos plantas, se ofrece un espacio para guardado de abrigos, cartetas y calzado a los recién llegados. Desde allí, se abre el acceso a las áreas sociales, luminosas y frescas. La cocina, de impronta minimalista, cuenta con mobiliario blanco prácticamente sin detalles ni terminaciones, pero con gran capacidad de guardado. Además, una pared acristalada ofrece vistas al paisaje y a los ambientes adyacentes, mientras permite que la luz natural se filtre en el interior.

Por su parte, el comedor posee una mesa de madera con dos lámparas escultóricas suspendidas sobre ella. En la sala de estar hay un hogar a leña, ideal para calefaccionar el ambiente durante los meses más fríos. Pero en el verano, se puede abrir una puerta-ventana corrediza para disfrutar del aire puro del río desde la pequeña terraza, perfecta para tomar sol o cocinar en la parrilla. Además, la misma cuenta con su propia bajada al río para salir a navegar.

Otro aspecto diferencial de este edificio es que el dormitorio y el baño del primer piso comparten el mismo espacio, ganando luminosidad sin perder privacidad. El diseño fue resuelto con una pared de vidrio parcialmente esmerilado que separa la bañera y el inodoro del resto de la habitación.

Desde el sector principal, una escalera conduce al nivel inferior, que alberga dos dormitorios y baños, un espacio abierto para usos múltiples, una sala de música, otra de almacenamiento y el lavadero. La luz llega a estos espacios gracias a la inteligente combinación de elementos abiertos y cerrados.

Buena energía

Por supuesto, no se trata solo de una casa bonita. Esta vivienda se destaca entre sus vecinas, también, porque fue construida bajo principios 100% sustentables. Posee dos bombas de calor y el techo está totalmente cubierto de paneles solares que garantizan una vida confortable que se autoabastece con energía limpia. Por eso, todos los artefactos son eléctricos y no cuenta con conexión de gas. A su vez, gracias a sus ventanales colocados estratégicamente, se aprovecha al máximo la luz solar sin resignar los espacios necesarios de intimidad.

Según los arquitectos que la idearon, “el diseño juega con la percepción en torno al Spaarne, la relación con Haarlem y los espacios abiertos y brillantes”, todo en un entorno natural.

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