En casi 500 metros cuadrados se yergue esta construcción familiar, cuyos protagonistas indiscutidos son el verde exuberante, los espacios de encuentro, la luz natural y los arcos mediterráneos.

Txt: Romina Martínez Ph: Gentileza arquitectos

Enamorado de un rincón en la Costa Azul de Francia, el propietario del terreno volvió a su ciudad natal con la idea de crear un hogar que lo inspire tanto como aquella visual de sus vacaciones. La coordenada era un amplio espacio verde en Country Club Pilar, y la premisa fue mantener un estilo mediterráneo y un diseño clásico.

Desde la entrada llama la atención la galería con tres arcos que antecede la vivienda, una propuesta original con tintes a los tiempos de otrora en el Viejo Continente. Dicha elección contrasta con los materiales elegidos para toda la vivienda, encargados de brindar el confort y la calidez que la vida cotidiana requiere.

La casa se desarrolla en dos ejes principales. En el centro se ubica el área común, de doble altura, que es el espacio de encuentro por excelencia. Amplísimo el living y el comedor, que indefectiblemente abren la mirada hacia el verde que se cuela por cada ventanal. En este ambiente se repiten los arcos que a, su vez, actúan como marcos de las obras de arte que suman calidez a todo el hogar.

El lado norte de la casa acoge a los dormitorios de huéspedes y al ‘playroom’ o sala de cine. En el área sur está ubicado el sector de servicio y la escalera que conduce a la ‘master suite’. Dicho ambiente incluye un gran vestidor y baño con sauna. Sin embargo, de esta área lo que más se destaca es la pérgola y la terraza de expansión, que ofrece intimidad, aire fresco y luz matutina cargada de verde. Uno de los rincones preferidos del propietario.

La cocina, por su parte, sigue la lógica de la tendencia actual: muebles multi-funcionales que sirven para cocinar, pero también como desayunador o para trabajar –una vez más, con vistas a los árboles y a los arbustos-. Muebles todo terreno y fáciles de limpiar. Y un blanco que todo lo invade, potenciando aún más la luz que saluda por las ventanas.

Pero si hay algo que no se puede dejar afuera de este relato, es la magnífica cava subterránea, que fue construida como una pequeña bodega para albergar hasta 350 botellas.

Exteriores que reinan

Sobre el segundo eje del hogar, se ubica un pequeño atrio de acceso con un ventanal que, a través de la galería, se vuelca a la pileta como si fuese una gran fuente. Allí, casi sobre la piscina, se ubicaron reposeras de ratán exterior súper cómodas y de nulo mantenimiento. Dicho material se repite en los muebles de la ‘pool house’, ubicada junto a la parrilla en el lateral del terreno, donde se generó un espacio de encuentro bien informal.

Con sus tres arcos protagónicos, la galería trasera es -sin dudas- el área más concurrida del hogar. Está divida en dos: la primera es la zona de estar junto a la chimenea –con cómodos sillones de hierro y una mesa de madera con ruedas-, en la segunda reina la gran mesa para recibir invitados o disfrutar un buen asado en familia.

En definitiva, un hogar que invita al encuentro, a la comodidad y a disfrutar de la naturaleza.

 

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